Todo el mundo conoce Pixels, la película de 2015 donde aliens invaden la Tierra tomando la forma de videojuegos clásicos. Pero lo que muy pocos saben es que la película originalmente iba a ser algo muy diferente, algo que la CIA hizo todo lo posible por enterrar.
Yo trabajé en el equipo de producción durante las primeras etapas. Al principio, el guion no trataba de aliens pixelados, sino de criaturas reales que supuestamente atacaron a Rusia durante la Segunda Guerra Mundial. Según la historia interna, el gobierno soviético había descubierto unas entidades que emergían de pantallas de radar antiguas, seres que no eran sólidos, pero tampoco completamente digitales. Eran como... sombras con textura, como si alguien hubiera filmado un monstruo en 8 bits y luego lo hubiera proyectado en el mundo real.
El diseño conceptual inicial de estas criaturas era perturbador. No eran simpáticos como los sprites de Pac-Mano Donkey Kong. Tenían rostros distorsionados, cuerpos que se movían a saltos bruscos, como si estuvieran atrapados entre dimensiones. Y lo más inquietante: algunos storyboards mostraban escenas basadas en testimonios reales de soldados rusos que decían haber visto estas cosas en los bosques de Siberia después de experimentos fallidos con tecnología de comunicación.
Pero entonces, la CIA se enteró.
Un día, llegaron unos hombres de traje negro al estudio. No mostraron identificaciones, pero todos supimos quiénes eran. Se reunieron con los productores y, después de horas de discusión tras puertas cerradas, el proyecto cambió por completo. Nos ordenaron reescribir el guion, eliminar cualquier referencia a Rusia y a la Segunda Guerra Mundial, y convertir a las criaturas en aliens inofensivos con estética de arcade. El mensaje fue claro: "No hablen de esto fuera de aquí".
Algunos de los diseños originales se filtraron en foros de horror, pero fueron rápidamente borrados. Yo guardé unos bocetos, pero después de que dos compañeros del equipo "renunciaran abruptamente", decidí quemarlos.
A veces me pregunto si esas criaturas fueron reales. Si la película Pixels fue solo una cortina de humo para ocultar algo que el gobierno no quería que supiéramos.
Y lo más aterrador... ¿qué pasaría si esas cosas todavía están ahí fuera, esperando en alguna frecuencia que nadie ha sintonizado?