Un amigo especial, un mejor amigo, un alma gemela, como sea que lo llamen los demás.
Era como una tendencia...bueno, es. Pero ahora solo los adquieren para traicionar y practicar ante otros.
Yo también quería uno, uno al que pudiera abrazar y contarle cualquier idea descabellada, pero no era de hablar demasiado, ni siquiera con mi propia familia.
Mamá era una de esas personas que se paraba en una acera y fingía verse como modelo, hasta que uno de esos viejos con cabellos blancos o aveces sin cabello le gritara algo que para ella era como un cumplido.
"—¡Eh, que necesito des-estresarme!, ¿me ayudas o no...?"
No sabia leer entre líneas, así que era como un pequeño pajarito recién nacido tratando de sobrevivir a las garras de un aguila o las majestuosas armas de una mantis.
Pero aun así, no tenía a mamá, y papá; buscó otra chica que fuera mamá, pero un poco más diferente., así que tampoco podía hablar con él, seguro estaría haciendo otra nadriguera para su otra docena de conejos.
[...]
El espejo cayó y se rompió en tres pedazos, uno mas grande que los otros dos, mi cabeza dolía, mis manos sentían el flujo sanguíneo que había salido de mi cuerpo gracias al estruendoso golpe.
Con mi otra mano, llevé mi dedo índice al río rojo que hacía en mi brazo, con el cual pintaba mis labios y pretendía ser una linda chica cazamentera, luego comenzaba a limpiarlo lentamente con mi lengua...sintiendo cada sabor fuerte de mi sangre, que activaba de nuevo las neuronas de mi cerebro y aceleraba cada arteria de mi corazón.
Hasta que alguien tocó a mi puerta...
Como pude me levanté, en el camino sequé mi boca, brazos y dedos, arreglé mi cabello y a saltitos me ponía zapatos.
—Abrí la puerta de roble,—¿Sí, puedo ayu...darlo?
Al parecer el que tocó a mi puerta había sido el viento, ya que no había nadie a quien mirarle, iba a cerrar la puerta hasta que un pequeño ladrido me hizo cambiar de opinión.
En el pórtico estaba un pequeño perrito French Maltés, moviendo su cola como si hubiera visto la cosa más linda de todas.
—Aww, hola pequeño, ¿qué haces aquí?
Levanté su diminuto cuerpo, aunque pesado.
—Bueno, te alimentan bien al parecer...¿dónde están tus dueños?.
Busqué algún collar pero no había nada, alguna persona cerca pero tampoco.
—Bueno...será que vivas conmigo...pero mientras vivas aqui conmigo tendrás que acostumbrarte a como te llame
El perrito volvió a ladrar.
—Tienes cara de Doffy.—reí
[...]
—Maldición.—dije por lo bajo
Doffy no dejaba de jalarme junto a él con su correa
—¡Muevete!, ¿eres de piedra?, ¿o engordaste?
El canino rió, lo tomé de ambas orejas alzándolo hacia mi rostro y amarré su cuello con la correa
—Escucha idiota, tenemos un trato y si no quieres morir va a ser lo que yo diga, porque si no lo has notado la gente te ve como la cosa más insignificante que puede haber, y si haces algo o te transformas van a matarte ellos y no yo.
Solté al perro, mis ojos se percataron de dos niños, habian escuchado toda la conversación.
—¡Mami, mami!
—...Cielos...
—El perro...el perro
—¿Qué, el perro qué?, ¿es bonito?.
—Es que...
Doffy y yo salimos corriendo hacia una pradera remota, ambos volvimos a vernos, el perro comenzó a soltar risas diminutas, como si eso no fuera sido nada.
[...]
—¿Doffy?.—Busqué atras de la nevera
—¡Ey, perro!.—me fijé atrás del sillón, pero nada.
Así hacía cada vez más largo mi experimento. Paré un momento para pensar en qué otro lugar buscar...
Puse el taladro y las croquetas en una mesita y me dirijí al pequeño garaje que hacía atrás de mí casa.
—¡Doff...
—¡AYUDA!
Doffy tomó al niño antes de que saliera del garaje, sus dos manos se volvieron una, atrapando al niño sin siquiera poder moverse, como haría una anaconda con su presa, iba estrujándolo más y más, hasta que las cuencas de sus ojos estaban vacías, mientras él gritaba de dolor casi inconsciente. Doffy levantó al niño y comenzó a enrollarlo en una pelota, como si hubiera dibujado un mal boceto pero estuviera desechándolo.
—No volverás a hablar niño, y so lo haces...lo harás dónde solo yo pueda oírte...
Su hocico se abría y abría, viéndose como sus tendones casi se rompían, pero no fue así, cada uno de ellos detenía la mandíbula del perro, sus orejas se hacian mas chicas hasta volverse dos hoyos negros en su cráneo, su pelo se caía, como si ya se estuviera haciendo viejo, sus ojos eran dos fondos negros iluminados por una luz verde dentro de ellos, lo unico que había en ellos, era pupila y nada más, pero a pesar de eso podía sentir como me veían fijamente y me advertian que era la siguiente, su garganta limpiaba la piel del niño, desgarrando cada vello y poro de él.
Entonces fue ahí cuando reaccioné y corrí, volví a ver hacia atrás, una masa gigante venía atrás de mí; Doffy, mis piernas ya no podían más, subí al árbol más grande que ví en ese pequeño bosquecito.
—Klair...¡Klair!, ¡NO ME DEJES SÓLO!
Sus garras golpeaban la tierra fuertemente, a tal punto donde ya tenian sangre, pero no le importaba. Se comportaba como si estuviera al rededor del ser humano, sin poder salir, como si fuers un ataque de pánico
De un pronto a otro, el lindo perrito, que ahora era un tipo de masa perturbadora, estaba cazándome.
Su cuerpo, o si aun era eso, se quedó quieto. Para luego comenzar a golpear su cabeza contra el árbol donde estaba.
—Cae...cae...CAE, CAE, CAE, ¡CAE!
Tantos golpes en la cabeza que estaba recibiendo me estaban comenzando a marear. A él también parecían marearlo pero no daba paso atrás, sus orificios donde antes estaban sus orejas, regaban ríos de un líquido café, con una espuma gris y burbujas de coágulos de lo que seguro eran pedazos de huesos.
—¿Tienes miedo chica?, pensé que la que mandaba eras tú...Jj, tonta, SOY MAS FUERTE QUE TÚ, tú solo eres una miedosa...Una.—un golpe por esta palabra.—maldita.—otro.—¡escoria!.—y otro.
Doffy llevó sus garras hacia sus ojos, desgarrándolos y destripándolos contra el piso y sus gigantescas manos.
—¡¡QUIERO QUE BAJES!!
Cada vez sentía menos mis piernas, mi visión y cada uno de mis sentidos.
—Lo único que tienes para dar es miedo y decepción, porque vives con eso...y siempre vivirás con ello, mientras yo siga aqui, me encargaré que asi sea inútil. ¡Oíste!
Trataba de mantenerme aferrada al tronco del árbol, pero cada vez tanto él como yo, éramos mas débiles.
—Es dificil negociar si sigues de terca Klair..¡Baja ya miedosa!, ¿sabes porque no bajas?.
"no quiero que lo digas"
...
"No lo digas"
...
"Voy a morir"
—Sientes miedo.
Miedo...
Miedo
Miedo
Miedo
Miedo
Fear
Fear
Fear
Fear
FEAR
FEAR
FEAR
KILL IT
Solté mis temblorosos brazos del tronco, y caí hacia Doffy, donde él me recibía con su estómago abierto.
—¡SIII!
"...ILUSO"
...
DOFFY
Especie: •Alienígena, cambia formas
Encontrado: •Woodbridge
# Cápsula: -D-05
Riesgo: Alto
Aspecto: Perro French Maltés, con una mancha negra en su cola, collar azul con placa redonda "My Little Doffy" escrita en ella.
Ojos color miel, de pupilas pequeñas, nariz rosada.
inteligencia: 98%
Debilidades: -
Molestias: A Doffy no le gustan los que juegan al rey de la selva.
______________________________________________•
Dear Doffy:
I loved you, despite the monster you were...
but you are also one of those who knows how to betray...
And I promised myself that every person who betrayed me again would make him regret it in the funniest way, as only I know how to do it.
sincerely, Fear, your best friend.
...
Made by 'PoppieAdicction'