https://creepypasta.fandom.com/es/wiki/El_problema_de_la_puerta
Kevin se mudó a una antigua casa en el tranquilo pueblo de Crestwood. Estaba emocionado por comenzar una nueva vida en ese lugar tan apacible. La casa tenía un encanto especial, con su fachada de ladrillo rojo y un hermoso jardín lleno de flores. Sin embargo, había algo que le resultaba extraño desde el momento en que puso un pie en su nuevo hogar: el ruido de las puertas.
Cada vez que Kevin abría o cerraba una puerta, el estruendo era ensordecedor. El chirriar y crujir de las bisagras eran como si las puertas mismas protestaran por ser perturbadas. La más inquietante de todas era una puerta en el pasillo de la planta superior. Era una puerta de madera oscura, con ornamentos tallados en su superficie, y parecía ser la que más resistencia ofrecía.
Los vecinos le habían advertido sobre esa puerta, diciéndole que ningún dueño anterior había conseguido abrirla. Algunos decían que estaba maldita, otros afirmaban que escondía un oscuro secreto. Kevin, curioso y decidido, no se dejó intimidar por las historias y decidió enfrentarse a la misteriosa puerta.
Pasaron días, incluso semanas, en los que Kevin intentó abrir la puerta con llaves, palancas y todo tipo de herramientas. Pero nada funcionaba. La puerta parecía resistirse a todos sus esfuerzos. No importaba cuánto lo intentara, seguía cerrada con firmeza.
Una noche, mientras Kevin investigaba en la biblioteca de la casa en busca de pistas sobre la puerta, encontró un viejo diario. El diario pertenecía a un antiguo dueño de la casa, un hombre llamado Samuel. En las páginas amarillentas, Samuel escribió sobre la puerta misteriosa y su obsesión por abrirla. Hablaba de voces susurrantes en sus sueños y de sombras que acechaban en la oscuridad de la casa.
Decidido a descubrir el secreto de la puerta, Kevin continuó leyendo el diario y siguiendo las pistas que Samuel dejó. Mencionaba un antiguo ritual que involucraba velas, incienso y palabras en latín. Kevin, con la esperanza de desentrañar el misterio, reunió los elementos y se aventuró a realizar el ritual frente a la puerta.
Las velas parpadeaban en la penumbra y el incienso llenaba el pasillo con un aroma dulce y misterioso. Kevin recitó las palabras en latín con determinación. Entonces, la puerta comenzó a temblar y a crujir de manera espeluznante. Un escalofrío recorrió su espalda mientras veía cómo la puerta se entreabría lentamente.
Con cuidado, Kevin empujó la puerta y se encontró en una habitación oscura y polvorienta. Al encender la luz, su corazón se llenó de terror al descubrir lo que había dentro. La habitación estaba llena de espejos rotos y velas negras. En el centro de la habitación yacía una figura pálida y encadenada, con ojos vacíos y un susurro ininteligible en los labios.
La figura era el espíritu de Samuel, el antiguo dueño de la casa, atrapado en ese lugar por una maldición antigua. Kevin se dio cuenta de que había liberado algo aterrador, algo que nadie antes había conseguido. Ahora, enfrentaría las consecuencias de su curiosidad, luchando por resolver el misterio que rodeaba a la puerta y encontrar una manera de liberar a Samuel y devolver la paz a la casa de Crestwood.