Martes
Mi concubina Romina está enferma hace días, tose muy seguido y le cuesta ponerse de pie. Estamos dándole medicamentos de a poco y no sé si le funcionarán, se supone que es nuestro médico el que sabe qué necesita ella, pero así como puso un pie en esta casa se tuvo que ir para no contaminarnos el aire. Con una mano extendida, en la lejanía que puede dar una habitación, se despidió para ver a su próximo paciente. Desinfecté todo el ambiente luego de su presencia para evitar otro disgusto biológico.
Jueves
Romi sigue en cama, el horizonte que ve cuando levanta su dolorida cabeza es el escritorio descascarado de madera. El desayuno, almuerzo y la cena son servidos religiosamente a horario por la sirvienta al costado de su letargo, para que cuando despierte disfrute de un banquete ligero y reponedor, porque un bicho de estos no es nada. Mantengo mi distancia pero me muero de ganas de darle un beso, estoy en abstinencia.
Viernes
Se despertó mal, le costaba respirar. Llamé de vuelta al doctor y me recomendó darle más fármacos vía oral, que ya no le encontraba la vuelta a lo que estaba ocurriendo dado que ella es una persona sana. También alzó la voz y me mencionó que el que debía tomar los remedios era yo, quién sabe. Cruzó el límite y se fue, dejé la intriga en el escupidero. Maldije unas cuantas generaciones de familiares, naciones, linajes, hasta estar satisfecho, pero nada puede remediar mi desconcierto. Ahora Romi duerme, no es la misma persona que conozco.
Sábado
Romi ya no puede respirar, neumonía me dijeron, con toda la parafernalia bucal de no poder hablarte a la cara sino mediante un plástico protector. Respeto y entiendo la mesura, salvo que escapa de mi entendimiento semejante castigo a mi persona, a Romi, una persona que no hizo quejar a ninguna divinidad que adoramos. Alguien se está metiendo feo conmigo, ayer me reuní con mi gabinete de emergencia personal y llegué a la conclusión de que esto tiene responsables, no es la puta enfermedad.
Domingo
Llegué a la sala de internación para regalarle un cuaderno forrado con palabras que me hacen acordar a ella, palabras que inventé como “petriperonta”, “goromastione” y “tetripolimasirón” y no me dejaron entrar. El centro de cuidados intensivos estaba cerrado y me dijeron de mala manera: “Volvé a tu habitación, ¡carajo!”. Después uno quiere pagar los impuestos y estar al día, luego te empoman con un sistema de salud deficiente, así no se puede.
Lunes
Salí de nuevo y con una voz ronca el médico me dijo “Romi no resistió”. Quise entrar a verla pero no me dejaron, solo vi una bolsa negra cerrada sobre la camilla y los asistentes que se la llevaban. Está bien, es el precio a pagar por saber las verdades de un sistema corrupto, porque ante la umolostoserepia siempre hay que presentar una yugathiposis rebelde que haga reventar a todos por igual. Voy a volver a todos por igual una bolsa negra como Romi. Será la maldición de Romi y yo la haré cumplir, empezando por las cabezas de arriba.
Dos meses después
Domingo
Vi una noticia en la tele. El intendente que nos dejó encerrados estuvo haciendo fiestas con prostitutas y amigos en la municipalidad, y justo mañana va a pasar por mi hogar. Mi manera de proceder no es muy sutil, pero tengo mi justificación. Tengo guardado un cuchillo de la cocina, lo voy a colocar como un enchufe en su cuello y esperaré atento a que se convierta en una bolsa como la de Romi. Quiero que todos sean una bolsa, ¡TODOS! La yugathiposis es universal.
Lunes
El personal policial tuvo la gentileza de alcanzarme el diario, puesto que es de los únicos objetos que poseo. Mi trofeo ya lo gané, es una bolsa, me voy a casar con esta noticia que voy a pegar acá.
Conmoción: el intendente de General Paulgaville fue asesinado por un paciente esquizofrénico en su visita al hospital psiquiátrico de esa ciudad
Escrito por Rattibey, el 14 de agosto de 2024 a las 17:20 hs