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LimboP MORADOR DEL LIMBO
"Se estremece la tierra, ruge la espuma de los mares sobre las montañas, y el cielo arde en música de sombras y liras infernales"

Este es un descarriado del Limbo, penitente del Purgatorio con fecha de nacimiento en un guiño de ¡CreepyLooza! Abstente de la arena, que esto es más legal que tu jfa. Burló La Guillotina y a los Jueces del Infierno, así que cómete tu teclado.


Un sol ardiente yacía encima de mi cabeza, mientras la arena iba introduciéndose poco a poco dentro de mis botas y mi voluntad era lentamente quebrantada, una leve, pequeña, pero visible sombra se presentaba ante mí. Magnífica y gloriosa, casi un monumento a la vida, una pequeña cabaña de madera se paraba en medio de la nada, aguantando. Había llegado a casa.

Entré a mi hogar por la ventana, la puerta estaba bloqueada. Mi pareja me estaba esperando con esos ojos negros tan característicos, hoy olía mejor que antes, le pregunté si estaba usando un perfume nuevo pero no me respondió, ¡las mujeres siempre son tan difíciles! La besé y le dije que la amaba, de paso desayuné. Después de ver a mi amada, me saqué las botas y la camisa. Finalmente decidí ir a saludar a los niños.

Para mi desagradable sorpresa, un roedor estaba clavando los dientes en los dedos de mi hija, la aplasté con mi libro hasta que dejó de moverse. Abracé a mi hija y le dije que todo estaba bien, su cabeza se reposó en mi hombro y le cosí el dedo a la mano. Al lado estaba mi campeón, jugando con sus autos de carreras, mirándome con alegría y entusiasmo, siempre usa tanto su imaginación que se le olvida mover las manos, por lo que lo tuve que ayudar, fui tan brusco que algo de su piel se salió con el movimiento, dejando su mano expuesta, pedí disculpas y me fui a escuchar la radio.

Cuando la noche llegó tuve que cocinar yo, mi querida no se sentía lo suficientemente bien para hacerlo ella. Primero corté la cola, después la cabeza y las partes más importantes. La carne la dejé intacta, porque así sabe mejor. Cuando la cena estaba lista llevé a los niños a comer, mi mujer ya estaba ahí, por lo que no necesitaba traerla. La comida estaba deliciosa, a mi hijo le encantó tanto que su cabeza se soltó de la alegría. Tuve que ayudar a todos a masticar, pero no me importa, soy un buen padre. Las moscas de la casa eran molestas, siempre que se pegaban a mis niños tenía que ahuyentarlos con la mano, y eso los asustaba. Cuando terminamos de comer le dimos gracias a Dios por proteger esta familia, llevé los chicos a la cama y esperé a que se durmieran para jugar con mi esposa.

Los rayos del sol tocaron mi frente a la mañana siguiente, salí de la cama temprano, le quité los insectos de encima a mi mujer, le di un beso y la dejé. Me puse mi camisa y mis botas para salir, miré la casa por última vez y me fui.

No podía quedarme allí para siempre, habían otras familias que me necesitaban después de todo.

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