En la tenue penumbra del cielo nublado, avanzando muy lentamente por el atasco de la carretera principal, Nacho iba perdiendo la paciencia. El ruido de los demás conductores lo atosigaba, los cláxones sonando le provocaban dolor de cabeza y la prisa que tenía por llegar a la reunión de su empresa lo ponía irritable.
Salió del vehículo a fumarse un cigarrillo; no pensaba permitir que su coche nuevo quedara impregnado del olor del humo. Alzó la cabeza para ver por encima de los demás coches. Alcanzó a ver un brillo lejano rojo y azul, muy característico de los coches de policía.
Su curiosidad fue más fuerte; cerró el coche con seguro y caminó al principio de la cola. Tardó unos minutos en alcanzar el final del mar de automóviles cuando una banda de plástico amarilla con letras negras le cortó el paso. Un policía se le acercó y le pidió que volviera a su coche. Él preguntó qué había ocurrido, pero el policía se negó a responder. Nacho volvió a su coche resignado.
Mientras, el walkie-talkie del policía lo llamaba para que volviera con sus compañeros.
─¿Habéis averiguado quién es? ─preguntó el policía.
─No... De eso tendrá que encargarse el forense. No tiene ningún documento que lo identifique. ─respondió uno de sus compañeros.
─Bueno, ¿y algo que pueda darnos una pista acerca de su identidad?
─Pues... No, pero mire ─señaló a la espalda del joven cubierto por una especie de plástico dorado─, las alas que lleva, no son de atrezo, están absolutamente adheridas a su piel.
─¿Cómo es eso posible?
─No lo sé, pero tampoco es posible que haya caído desde el cielo y que no esté destrozado.
─A excepción de ese corte profundo en la garganta.
─Exacto.
─¿No estarás pensando en lo que creo que piensas?
─Gutiérrez... Hay muchas cosas que no sabemos.
_Pero, ¿y pensar que este chico es un ángel?
─¡Ha caído desde el cielo mismo, no tiene más heridas que la del cuello, que obviamente es un corte limpio y tiene alas pegadas!
─Pero esto es la realidad, no una serie para adolescentes, López.
─Lo sé, pero...
La voz del agente López se vio interrumpida por un enorme griterío donde aguardaban los conductores impacientemente desde hacía más de una hora. Varios agentes se acercaron a comprobar que todo estuviera bien, pero se vieron sorprendidos tras atravesar un círculo de personas, otra persona igual que la que investigaban sus compañeros. La víctima ─si es que podía llamarse así─, era una mujer joven, de asombrosa belleza, la cual se veía afectada por un enorme corte en la garganta del que aún caía sangre fresca y manchaba por completo su toga blanca. Lo inquietante era que, según le habían informado algunas personas del círculo, había caído desde el cielo, pero no le había reventado la cabeza a causa del golpe.
Otros gritos fueron lanzados desde más atrás, y otros, y otros, y otros. Un “ángel” cayó sobre el techo del coche de Nacho, quien salió disparado a ver lo ocurrido.
Más personas aladas caían desde las alturas, como si de una llovizna se tratara.
Una mujer mayor, alzó las manos al cielo y gritó:
─¡La batalla de los ángeles y los demonios ha comenzado! ¡Los ángeles están perdiendo! ¡Salven sus almas antes de que el diablo se las lleve!
Acabó su diminuto discurso apocalíptico justo antes de que un ángel se le cayera encima, matándola en el acto.
Creado por: Creepy adicta (discusión) 16:51 24 jul 2015 (UTC)