Él viene

Perdonen la duración de este mensaje, esta es la primera y posiblemente última vez que tendré acceso a una computadora, así que pensé que sería mejor que escribiera todo esto mientras pueda y se lo entregara a aquellos que deberían saberlo. Me voy de la ciudad, no sé adónde vaya, simplemente me voy lo más lejos posible.

Bueno, como algunos de ustedes sabrán, tomé un préstamo y abrí mi propia tienda de coches hace poco más de un año. El negocio ha ido decentemente bien, no puedo quejarme, y siempre he estado agradecido a todos mis clientes que vendrían a mí exclusivamente cuando Dios sabe que hay tantos lugares ya establecidos en la ciudad. Lo he estado haciendo lo suficientemente bien como para poder contratar a mi amigo Neil hace unos meses, y él ha estado trabajando duro y ayudando muy bien, como siempre supe que haría.

Bueno, necesitaba tomar un día e ir a un curso de preparación para el parto con Rebecca el mes pasado, así que le confié la tienda a Neil para la mañana y la mayor parte de la tarde. Ese es el día en que creo que todo empezó, porque cuando volví, él parecía estar en un estupor y estaba cubierto de aceite. Incluso le habían manchado la cara, como si hubiera intentado bebérsela o algo así. Le dije que se fuera a casa y se limpiara porque no teníamos clientes en ese momento y yo podía ocuparme de cualquiera que entrara por el momento.

Regresó 45 minutos más tarde, pero aún estaba mucho más callado de lo habitual. Trabajó tan bien como siempre, pero sentía que algo malo le pasaba. Le pregunté si había pasado algo mientras estaba fuera y agitó la cabeza. Le pregunté cuántos clientes teníamos, y él murmuró algo ininteligible. Le pedí que me repitiera y él se volvió y me miró fijamente, y por un breve instante juré que sus ojos parecían completamente negros, sin iris, sin esclerótica, sólo pronunciando toda la negrura que consumía. Me tropecé y golpeé un estante, derribando cosas. Cuando lo miré, todavía me miraba a mí, pero no parecía estar mirando con odio como lo había hecho antes, sólo parecía un poco.... fuera de sí. 

"Sólo un par", respondió. "Una mujer, y luego un tipo tatuado que parece un motociclista". Asumí que uno de ellos debió haber pedido un cambio de aceite y ahí fue cuando lo derramó, así que le pregunté si tenía algún problema y simplemente se encogió de hombros. Yo había mirado alrededor del garaje mientras él no estaba y no vi rastros de un derrame de petróleo, así que sea lo que sea que haya pasado, él debió haberlo tirado todo sobre sí mismo y nada de eso en ningún otro lugar, milagrosamente. Pero parecía reacio a hablar de ello, así que no presioné el tema, y trabajamos en ello durante todo el día. Ese día y el siguiente fueron relativamente normales, aparte de que él seguía siendo incómodo y tranquilo. Le pregunté si quería salir a almorzar mientras yo atendía la tienda y me dijo "seguro".

Cuando regresó yo estaba ocupado atendiendo a un cliente, así que puso la comida en el mostrador de la oficina para esperarme, y se adelantó y comió. Terminé con la cliente, teníamos que mantener su auto toda la noche para averiguar por qué se le estaba muriendo, así que le pedí a Neil que la llevara a su casa y luego fui a buscar mi comida. Me había traído algo de comida china y un té helado, así que abrí los paquetes de salsa de soja para verter un poco sobre mi comida cuando me di cuenta de lo más extraño...

Era como si la salsa de soja fuera algo vivo de alguna manera....extendiéndose como docenas de gusanos negros que se retorcían al caer en el arroz frito y enterrarse en su interior. Tomé el tenedor y empecé a sacar el arroz para mirar más profundamente dentro y pequeños zarcillos ahumados se elevaban del arroz de vez en cuando y se disipaban. Estaba increíblemente hambriento en ese momento, pero estaba demasiado asustado para comer eso, así que lo tiré junto té helado a la basura y decidí que esperaría hasta que llegara a casa esa noche para comer algo que preparase con mis propias manos. Nunca en mi vida había visto nada parecido, y ni siquiera podía entender cómo le preguntaría a Neil si había notado algo parecido. Tan frío y distanciado como había estado últimamente, estaba seguro de que me miraría como si estuviera loco de atar, así que me callé al respecto.

Ese viernes fuimos al viejo abrevadero, como siempre hacemos, a tomar unas copas y a ver tocar a las bandas locales, y Neil estaba tan tranquilo y distanciado como lo había estado toda la semana. Sin embargo, no es un tipo malo como parece, y a pesar de que en realidad no se esforzaba por hablar con nadie, una mujer se acercó al lugar donde estaba sentado y comenzó a hablar con él, y terminaron saliendo juntos esa noche.

El lunes por la mañana intenté romper el hielo preguntando cómo le había ido el fin de semana, me asintió con la cabeza y murmuró "bien". Le pregunté si tuvo suerte con la joven con la que lo vi, y me dio la más pequeña sonrisa, que era posiblemente la primera sonrisa que había visto en su cara en una semana, y me dijo "salió bien". No lo presioné para que me diera detalles, sabía que compartiría si así lo quisiera, y su pequeña sonrisa fue suficiente para calmar mis preocupaciones y darme alguna esperanza de que pudiera volver pronto a ser el mismo de antes.

El día estuvo relativamente ocupado hasta las 3 de la tarde, así que finalmente tuve un momento libre para sentarme en la oficina y escuchar la radio mientras esperaba al siguiente cliente. Así que ahí estaba yo, recostado en mi silla con los pies apoyados en mi escritorio cuando me giré y miré mi tablero de anuncios que está detrás de mi cabeza con todo tipo de recortes pegados a él. Tenía algunas tiras cómicas dominicales como Garfield y Calvin & Hobbes que había leído quizás cien veces desde que abrí la tienda allí... pero ese día algo era diferente.

El primer panel parecía normal, pero en cada panel subsiguiente, tentáculos negros oscuros salían de los bordes del marco y detrás de los personajes. La sangre goteaba de los oídos y de los ojos y a veces incluso de la nariz, y en cada una de las tiras uno de los personajes decía: "¡É͡ĺ ͘V҉i̡e͟n̶҉é͜!". 

Me senté asombrado un momento antes de darme cuenta de que los tentáculos se movían muy lentamente, y entonces las cabezas de cada uno de los personajes se volvieron hacia mí y me arrojé de espaldas al tablón de anuncios, deslizándome por encima de mi escritorio y en el suelo. Salí corriendo al garaje y grité por Neil, ¡no podía ser el único que viera esto! Para mi sorpresa, él se había ido... así que volví a la oficina con dudas y miré dentro. Los cómics seguían corrompidos, pero ya no parecían moverse. Me acerqué a él y me acerqué a sacar uno de los cómics cuando noté que los tentáculos negros de tinta comenzaban a filtrarse a través de la página hacia donde mis dedos, eran por lo menos tres veces más rápidos de lo que se habían movido antes y aparté la mano con un movimiento brusco. Nada bueno puede venir de dejar que esa mancha de tinta toque mi piel.

Por supuesto que rompí todo el tablón de anuncios, lo quemé en un cubo de basura de hojalata y nunca volví a hablar de ello. Esa noche me fui a casa y mi esposa ya estaba en la cama, profundamente dormida. Mi mente se estaba acelerando y ni siquiera me atrevía a cenar esa noche. Sin nadie a quien desahogar mis preocupaciones, caí en un sueño inquieto, y seguí despertando, pesadilla tras pesadilla, aparentemente cada hora de la noche, hasta que dejé de dormir por completo.

Ese viernes fui de nuevo al bar, a pesar de que mi esposa no podía beber, estaba embarazada y todo eso, y Neil ya no era muy divertido para estar con él, y ninguno de mis otros amigos parecía estar al alcance de la mano. Sólo necesitaba tener un buen zumbido y empezar a sentirme mejor, supongo. Después de tomar un par de cervezas, me fui al baño cuando noté que estaba más ebrio de lo que había estimado, así que me incliné sobre el fregadero para salpicar un poco de agua en mi cara y ahí fue cuando lo escuché. Como una sábana de tela arrastrada por el suelo, una voz resonó silenciosamente fuera de la alcantarilla. Sonó como una exhalación prolongada durante mucho tiempo hasta que finalmente reconocí palabras escondidas entre todas esas vocales. "¡E̶e͡e̷͜e̛͟e̵͜ĺ̸͠ ́͞V͢҉i̛̕ee̸n̸͝é͟e̵e͞é̡e͞͝!"

Aparecieron grietas en la porcelana, saliendo del anillo alrededor del desagüe. Al menos, al principio parecían grietas... pero después de unos segundos las reconocí como los mismos tentáculos de corrupción que había visto en los cómics a principios de esa semana....serpenteando lentamente. Tropecé hacia atrás, y salí rápidamente por la puerta del baño, chocando con el pecho de alguien. Me di la vuelta y miré fijamente a los ojos negros de un motociclista de seis pies y medio con tatuajes que cubrían cada pedazo de piel expuesta, además de sus manos y cabeza. Me alejé rápidamente de él y su maligna mirada penetrante me siguió mientras me retiraba a través de la barra. Se sentía como un sueño, donde cada vez que corres por tu vida se siente como si estuvieras corriendo a través de arenas movedizas. Mientras caminaba por la habitación me di cuenta de que el motociclista no era el único que me miraba fijamente. Parecía que cada par de ojos en el lugar estaban enfocados en mí, y más de la mitad de esos ojos parecían estar perfectamente negros, sin ningún indicio de iris o esclerótica. Algunos labios se movieron, y aunque no podía oír sus voces sobre el sonido de la rocola, podía adivinar fácilmente lo que estaban diciendo. "¡É͝͏l̸҉ ̨͟V̀͡͞i̕e͝n͘҉̢e̕͞!"

No pude dormir nada esa noche.

De hecho, no he estado durmiendo mucho en las últimas dos semanas, lo que supongo que aquellos de ustedes que me han hablado recientemente podrían haberlo adivinado. Sigo viendo esos ojos negros como la boca del lobo mirándome. Tengo miedo de que todos los que veo se vuelvan y me susurren esas palabras, mirando profundamente a mi alma con esa mirada maligna. Cada vez que me acerco a un fregadero o voy a comer algo, tengo miedo de ver esos tentáculos serpenteantes crujiendo, acercándose a mí. Incluso mi esposa ha parecido fría y distanciada últimamente.

Entonces esta noche mientras conducía a casa desde el trabajo, luchando por mantener los ojos abiertos para no caer en el tráfico, mi teléfono celular sonó y fue Rebecca. Iba de camino al hospital para tener a nuestro bebé, y por primera vez en dos semanas, ¡me sentí realmente feliz!

Ella estaba en la sala de partos atada a un monitor cuando llegué allí, observando sus contracciones. Apenas se dio cuenta cuando entré, pero no pareció asustada cuando me senté a su lado y tomé su mano en la mía. Intenté hablar con ella, pero estaba tan cansada que ni siquiera me di cuenta de que había empezado a dormirme hasta que llegaron las enfermeras y empezaron a trasladarla a la sala de partos media hora más tarde. Me puse mi uniforme y una redecilla y entré con ella para tomar su mano y entrenarla como nos habían entrenado en el curso, cuando empezó a maldecir y a gritar.

Yo estaba preparado para eso, así como su agarre cada vez más fuerte en mi mano, pero cuando vi el movimiento en su barriga, mi mente empezó a tambalearse. El médico dijo que el bebé estaba coronando y le dijo que empujara. Me hice eco de sus órdenes y ella me gritó con una voz que no podía describir. Cuando la miré, ella me miraba con los mismos ojos que había visto en el motociclista. Los mismos ojos que creí haber visto en Neil semanas antes. Intenté sacudir mi mano, pero ella mantuvo su agarre. Sangre negra como de alquitrán salpicó la parte delantera de los uniformes médicos, pero parecía no hacer caso. Cuando volví a mirar su barriga, las venas negras parecían sobresalir debajo de su piel, pulsando. Continuó mirándome fijamente, y ya no gritaba, sólo sonreía.... perforándome con esos ojos obsidianas.

"P̵̕͜͏á̧̡́r̡̧͞a͟͟ ̷̢͝͠I̷͜͡n̨͞v̸̴̡̕͢o̸̧͟͢c̴̨҉̧͝a̵̧͘r̛͞ ̸̢̧͢a҉̧͜͠ ̴͠l̡͠a̷҉̛ ̀͏M̵̴̨͡e̡͘͠ń̢̡͝ţ̷̴̧͞e͏̀̕̕͘ ̷̢d̢͡e҉̛͝ ͠͏Ç̡͟͠o҉̶͢l̵m͠͠è̡n̸̡͡a̛̕ ̷̡̢N̛͜͝ę̡͞z͞҉p̴̛͡͞e̴̵r̴ḑ̶̀͘i̷͢͞à̶̸͡n͡͞ ̷͏͘͜d̵̨̧́̕e̶l̶̡͟͝ ̡̧Ç̵̵̀à͟o̵̧͡s͘͟" pronunció con una voz ronca. 

"É҉͟l҉͟͞͠ ̶̕҉Q͜͠u͜i̛͡è̴̵̴̛n͏̶ ̵̡̡̕E͜͠ş͏̨͞p͡͏́͜e͜͏̷r̛͏̸̕a̴͠ ̧̕D̵́͢͞͝e͢҉͝҉t̷͘͡ŗ̴̵á̴͘s̶̶̕ ̴́̕͢͝d͟͡e̛͜ ̸̀͜͝l͠͞҉a̛͏̶͞͠ ͞͏҉͟͜Ṕà̸̕r͘͟e͢͟͠҉ḑ̷͠" continuó el doctor mientras miraba al niño, mi hijo, acostado en silencio, acunado en sus manos manchadas de sangre. Levantó la vista y alzó al bebé, y parecía estar cubierto de un líquido negro que rezumaba tinta, muy parecido al que había cubierto a Neil un par de semanas antes. No gritó, pero estaba vivo, y se movió cuando lo levantó. Cuando sus ojos se abrieron, estaban tan negros como los de mi esposa. Tan negro como el del médico. Al unísono, todos pronunciaron su nombre.

"¡Z̏̅̈́͊̀҉̛̰̯͍̗̣̮͍͍a̮͉̪̗̳͕͉͑̇̀̚l͍͍̬̠̝͔̥̖͉̄́̅͝g̢̮̞̙͙͎̓͋ͬ́͊̉̽͆̚o̡͙͍̟̥̹̜̠̟ͧ͐͗͛́!"

Solté la mano del agarre de hierro de mi esposa y salí tropezando de la habitación, golpeando a las enfermeras que pasaban por el pasillo justo afuera. Cuando me levanté y volví a mirar a la habitación, pude ver los tentáculos negros como si se extendieran desde el médico hasta mi recién nacido, a través del piso hasta donde yo estaba. Me di la vuelta y corrí por el pasillo hasta el ascensor y golpeé con el dedo los botones. Cuando miré hacia atrás, los tentáculos negros habían llegado al pasillo, pero nadie más parecía darse cuenta hasta que se deslizaron sobre sus pies y sobre sus piernas, momento en el que se detuvieron abrúptamente, se volvieron y me miraron con los mismos ojos de obsidiana.

Abandoné mi esfuerzo por llamar al ascensor y entré en una carrera de pánico por las escaleras. Bajé corriendo los 15 tramos de escaleras hasta el vestíbulo, entré al estacionamiento, me subí a mi auto y empecé a manejar. No sabía adónde carajo iba, sólo tenía que salir de ahí. No sé si me estoy volviendo loco, ciertamente lo parece, pero ya no puedo estar cerca de nadie que conozca. Todos tienen los mismos ojos y las mismas miradas de muertos e incluso mi hijo... Dios mío, mi bebé.

Todavía veía esos ojos mirándome desde los autos a mi lado, y por alguna extraña coincidencia el mismo motociclista de la noche del viernes anterior en el bar se detuvo a mi lado a una hora del hospital y me siguió por casi dos millas. Se giraba y me miraba fijamente, sonriendo. No pude ver sus ojos a través de sus gafas de sol esta vez, pero sabía que era el mismo tipo. Sus tatuajes parecían moverse por su propia voluntad, el cráneo en llamas de su bíceps derecho empezó a sangrar por las mangas de sus ojos.

Tan pronto como pude, frené de golpe, permitiéndole pasar volando por encima de mí mientras me desviaba a mi izquierda e hice un giro en U. Creo que lo perdí, eso fue hace una hora. Estoy en un motel a 3 horas de la ciudad, el primer lugar que encontré que tiene wifi, y estoy cansado, temblando, y me pica la mano donde las uñas de mi esposa me rasguñaron. Honestamente, no sé qué hacer, o a quién puedo acudir. Esta historia sonará a locura y probablemente estaré internado y no estoy seguro de que eso no sea lo mejor para mí, pero ya no soporto mirar a esos ojos. Cada vez que veo a alguien nuevo y se me queda mirando, me entra el pánico porque sé... que está ahí fuera buscándome, s͍͕̻̠̫̲̤e̻͉̣̖ͅa͍͕̜̱ ̳͎̤l̥̪̖ͅo̝̺͕ͅ ͇̟̦͔͚̤̪̰̤q̯̗̲̙͖̪͍͈u̪̦̪͖̹͇̖e͇ ̱͙͙̥̪̝s͕̼̯e̺̯̥̟̹a̯̳̥̪͕̰͍.

E incluso cuando me recuesto y empiezo a dormir... p̡͏̠̳̤̖̦̗͓̬ú̸̷̹͎̞͈̼̮̘̬̱͎́͢ͅͅe͏̵̲̘͚͖͔̫̪̲̰̲͕͚̹͘d̸̵̤͔̫̘̤̗̤̱̺̠̻̯̗̪̦́͘ͅǫ̰͖̫͉̞̘̩̦͙̫̹̤͟͜͡ͅ ̥͈̙̗̣̫̦́ḙ̵͖̘̮̘͖̦̣̘̕ś̵̨̱̬͎͓̞̩̩̠͈̝͕͘͝c̴̢̰͚͍̥̩͘͜͡u҉̵̟̖͕̳̣̘ͅc̵͢҉̧̝̖̦̳̲̖͈͢ḫ̨̖̱͔̝̦̹̤̙̞͔̟̮̳̣͜͝͝ͅa̸̡͚̜̥̰͉̼̻̬͙̰͓̻͔̫͓̕̕r̶̢̡͟҉͍̯̱͇̝̮͈͙̫͓ ̜̩̗̯͔͙̝͍̳̪̗̼͔́͞e͠҉̷̥͇̞̲͎̟̙̳̩s̷̨̛̖̺͚͜a̶̶͙̣̩̰̞͙͙̜̕s͢͠͏̗͙̥͔̘̺͔̝̬̞ ̡̢̬͙̱̻̯̖̤̩͎̥̕͞p̴͕̩̺̦̮a͘҉͇̮̗̝̞͖̮̝͚͚̟͈͖̠͞ͅͅl̪̻̬̜̞̭̣̱͟͢͡͠͡a̷̠̟̪̜̥͢͠b̤̱̟̺͇̜͈̮̪͞͞r̷͈̥̖̜̹̀͘͜͢ͅa҉̕͏̛̠̩͕̼̩̬̻͚͔̜͓̦̫̘̩̠̝̀ͅs͔̲̬͘͞͞.͟͡҉̛̞̞̭͕̝̠̬͓̘̦̻͓͎.̖̯̩̖̠̝̘̠͚̭͖͈̲̝͎͉̹͈̹́̀̀͞͞.͈͍̣̣̹̥̻̪͈͟͡

¡̮̞̼̻̻͖̖̫͈͖̭͂ͤ̈̿͛ͤ̂͗̈́̋͐̈́̀É̓̽ͣ͂̈ͣ̑̓̔̓̾̇̽̍̉͑̂̚͏̧̦͇̝̗̤̭̤͖̣̭̞̙̤͍̣̥̣̺͎Ḽ̪̫̙̮̺̥̐ͯ͒̐͟͡ ͇͕̭̯̫̩̻̞͐̔͆̀͜V̷̍ͩ̄͒ͧ̉̋҉̵͙̠̟̦̖̖̮̳͈̘̣̦̱̜͔̹̝̺͘I̶̧̛̪͉͈̣͉̹̤̥͌ͧͩͫͦ̅̀̚͝ͅE̵̠͇̯͚̞͇̻̓͆ͪ̊̋͜͡N̴ͬ̍ͪͧͮ͝҉͖̠̤͉͖̪͎̮̘̘̮͚̙̪̰̝E̐͌̔͑͐͆̂̒̈ͮ̚͏̧̜͉̲͖̪͇̦̙̘̞̼̻̠!̨͈͚̤̖̹̞̤̠̹̬͉̝͍̪̠̥̯́̾ͥ͐ͯ̅̂͛̂̔̾͝ͅ