¿Hay algo que realmente, implacablemente desees? ¿Algo por lo que irías hasta el fin del mundo? Bueno por suerte para tí, hay una manera de conseguir lo que estás buscando. Y no tendrás que ir al fin del mundo para conseguirlo. Pero tendrás que ir a alguna parte, y el lugar puede estar fuera de alcance para algunos. No es muy lejos, más cerca de lo que uno cree, pero hay requisitos que algunas personas no pueden satisfacer.
En primer lugar, lo que sea que busques, debes desearlo seriamente. Para tí, debe ser algo que necesitas. Si comienzas el viaje sin el correcto estado de mente, seguramente, ya será tarde para dar marcha atrás. El segundo requisito es que necesitarás un vehículo. La mayoría utiliza un auto, ya que es la opción más cómoda. Ha habido unos pocos elegidos que han utilizado pequeños vehículos motorizados, como un todo terreno o moto. Pero esto ha demostrado ser muy difícil, ya que las condiciones del viaje pueden llegar a ser excesivamente molestas.
No utilices un vehículo demasiado grande o notable, ya que se necesita un poco de la oscuridad de la noche para estar más seguro. Asimismo, si bien cualquier tipo de coche sirve, es posible que no desees elegir el vehículo más caro. Puedes tomar tu nuevo Mercedes de lujo, pero no esperes que salga en buen estado. Antes de comenzar, asegúrate de que esté completamente cargado de combustible.
La primera tarea a realizar es la de localizar el camino. No tiene un nombre, no está en el mapa, y técnicamente, ni siquiera existe. Sólo se mostrará si lo estás buscando en el momento adecuado, y sólo te darás cuenta si sabes qué buscar. Por último, debes estar solo durante el viaje. No pensaste que serías capaz de ir con un grupo, ¿verdad?
Debe ser de noche cuando comiences. Escoge la hora de la noche donde creas que las carreteras son menos pobladas. Conduce a cualquier área que sea sólo un tramo de carretera rodeada de bosques. Aquí es donde debes empezar a prestar mucha atención. Si estás buscando el camino, debes sentirlo. Una vez que estés cerca, podrás ver o sentir sus signos, pero los signos dependerán de qué es lo que desees. Por ejemplo, si estás en busca de riquezas, es posible detectar brillo en las ramas de los árboles vacíos, parecido al brillo del oro o los diamantes. Si buscas el amor, puedes comenzar a ver pétalos de rosa bailando lentamente en la brisa que sopla en dirección a la carretera. Si buscas venganza, es posible percibir una sensación cada vez mayor de calor o ira en tu cuerpo cuando te aproximas. Sólo tienes que saber qué es lo que realmente quieres, y no vas a tener ningún problema para encontrar el camino.
Una vez que estés seguro de que has encontrado el camino, toma una respiración profunda, y adéntrate.
En este punto, habrás comenzado oficialmente a transitar la carretera sin nombre que te llevará a través de 11 millas hacia lo que sea que estés buscando. Cada milla pondrá a prueba tu deseo, y manifestará si realmente quieres lo que estás buscando. Antes de ir más lejos, para el auto y ten en cuenta lo siguiente:
No enciendas la radio.
No utilices un teléfono durante el viaje.
No abras las ventanas. Asegúrate de que están cerradas antes de continuar. Si estás en un vehículo sin ventanas, prepárate para lo peor, ya que las probabilidades están fuertemente en tu contra.
No intentes salir de tu vehículo en ningún momento.
Nunca debes superar los 30 millas por hora, a menos que estés desesperado por hacerlo a través de un tramo de la carretera.
Y lo más importante, el cinturón de seguridad.
Siéntete libre para prepararte y asegúrate de estar listo. Una vez que hayas entrado al camino, el tiempo se detendrá, por lo que no tienes que preocuparte de que se termine la noche. Aunque es posible que no te des cuenta, ya no estarás en este mundo. Tomate un último momento para darte cuenta de que una vez que la primer milla haya pasado, no hay vuelta atrás. Una vez hecho todo eso, continúa por la carretera.
En la primera milla, no verás muchos cambios. El camino pasa mayormente entre bosques. El aire se volverá un poco más frío, y deberías encender el sistema de calefacción si el vehículo tiene uno. No quites la vista de la carretera. Tómate tu tiempo para calmar cualquier inquietud admirando el cielo nocturno. Lo verás completamente lleno de estrellas, más de lo que alguna vez creiste posible. Si el clima era nublado antes de empezar el viaje, notarás que ahora el cielo está claro.
En la segunda milla, el aire será aún más frío. Esta es la razón principal por la cual es muy difícil viajar en un vehículo abierto. Con cada milla, el aire bajará de temperatura aunque sea una temporada cálida. Si el aire es demasiado frío para soportarlo, incluso con la calefacción del vehículo, tu única opción es acelerar. Con cada milla la carretera también se vuelve más compleja, teniendo más vueltas y mostrando una cantidad cada vez mayor de peligros en el camino. Asegúrate de mantenerte siempre atento a la ruta frente a tí, con el fin de evitar la mayor cantidad de baches u obstáculos que sea posible. Golpear algunas rocas y baches no obstaculizará demasiado tu progreso, pero querrás mantener las mejores condiciones por el mayor tiempo posible. Si el vehículo está obligado a detenerse debido a los daños, entonces no queda nada que puedas hacer, excepto morir de frío.
En la tercera milla, puede que comiences a detectar siluetas humanas entre los árboles. No les prestes atención, incluso si parecen estar más cerca. Será difícil resistirse a mirar de reojo su perturbador aspecto distante, pero debes saber que se revelarán más adelante. En esta milla, la carretera se volverá de tierra. Mantente en el centro de la ruta, ya que se hará estrecha y ancha a intervalos aleatorios. Una aclaración rápida: si a pesar de las advertencias previas intentas pegar la vuelta, acabarás en un camino que nunca termina. Finalmente quedarás sin combustible y morirás congelado ante las inclemencias del tiempo.
En la cuarta milla, no solo verás más siluetas humanas sino que también comenzarás, en cierto sentido, a oirlas. En el fondo de tu mente, susurros débiles e incomprensibles harán eco. Estos van y vienen, pero no puedes detenerlos. Si se vuelven molestos o te distraen, trata de ignorarlos enfocándote en lo que deseas. Intentar escuchar y entender lo que las voces dicen solo las atraerá hacia tí, y tu deseas que estén tan lejos como sea posible. Ya se acercarán más adelante, así que no tiene sentido atraerlas tan pronto.
En la quinta milla, llegarás a un claro. La hilera de árboles a tu izquierda desaparecerá para revelar un lago sin fin con una radiante, gran luna sobre el agua. La iluminación de la luna será tan espectacular que ya no serán necesarios los faros del vehículo. Evita mirarla. Si miras la luz durante más de unos pocos segundos, la carretera en frente de tí terminará, lanzando tu vehículo al agua, en la que te congelarás en cuestión de minutos. Las voces en esta milla se habrán ido, pero no te alegres todavía. Volverán.
En la sexta milla, toma conciencia de que ya has recorrido más de la mitad del trayecto. A pesar del progreso, es posible que pierdas las esperanzas aquí. Las estrellas habrán desaparecido, convirtiendo el cielo en un negro abismo vacío. El claro habrá terminado, y habrás entrado nuevamente en un bosque. La única luz que tendrás será proporcionada por los faros, pero fallarán de vez en cuando, incluso si estás seguro de que están en perfecto estado.
Si tienes una radio en el vehículo, se encenderá automáticamente. Si no la habías apagado de antemano, producirá un chillido abrumador que te enviará fuera del camino. Una voz tranquila entonces comenzará a hablar de tus mayores miedos, de lo que sea que te horrorice en tu vida. Hablará de forma tal que sus palabras se visualizarán en tu mente, así que no la escuches. Si empiezas a comprender lo que está diciendo, los horrores resultarán demasiado insoportables como para que puedas permanecer en la carretera con seguridad. El intento de apagar la radio resultará inútil. Acelera si lo necesitas, y simplemente evita pensar en la voz tanto como puedas. Al acercarse el final de la milla, la voz se desvanecerá de los altavoces, dejando tus oídos en paz (por ahora).
En la séptima milla, las voces de las figuras volverán. No sonarán como un susurro esta vez, pero más como gritos distantes, acercándose cada segundo. En algún momento durante esta milla, escucharás una de ellas en tu oído, como si estuviera justo detrás de ti. Esto se debe a que una de las figuras ha encontrado un lugar en tu vehículo. No te des vuelta. Su rostro te paralizaría y te haría salir de la ruta. Si no llamas su atención, eventualmente perderá el interés, y con suerte se irá. Se dice que estos seres son quienes han viajado antes por este camino, pero no tuvieron éxito. Ellos viven el resto de su existencia sufriendo en la oscuridad, y su único objetivo es llevar a otros viajeros con ellos. Se ha dicho por experiencia que estos seres no pueden hacerte daño físicamente. Así que mientras no te hagan chocar, estarás bien.
En la octava milla, disminuye la velocidad si vas demasiado rápido. El camino aquí tiene curvas muy cerradas, y si vas acelerado posiblemente lanzarás el vehículo a un pozo entre los árboles. El frío es casi fatal aquí. Si tienes un vaso o botella con líquido en tu vehículo, se congelará en cuestión de segundos. El sistema de calefacción se habrá vuelto completamente obsoleto. Los faros parpadearán más seguido, a veces se apagarán durante unos segundos. Debes desacelerar si esto sucede, pero nunca detenerte por completo. Las siluetas te estarán siguiendo en este punto, y si frenas por demasiado tiempo, van a rodear y encerrar tu vehículo. Se escucharán más de sus gritos fuera de tus puertas, a veces incluso sonarán como risa maniática. Sus manos estarán golpeando las ventanas, desesperadas por meterse y sentir algo vivo. No las mires. No van a bloquear tu parabrisas, y la última cosa que quieres que ocurra es chocar y ser atrapado. Si no haces caso, morirás congelado.
En la novena milla, tu vehículo se detendrá. Los faros se apagarán, al igual que todos los sistemas en el interior. No hay nada que puedas hacer para evitarlo. Lo que necesitas hacer es cerrar los ojos y de inmediato intentar reiniciar el vehículo. Mantén los ojos cerrados, ignorando las siluetas que te habrán rodeado. Al arrancar el vehículo se asustarán, y retrocederán temporalmente. Esto te dará la oportunidad de empezar a avanzar de nuevo. Los seres pueden afectar el vehículo pero recuerda que todavía no tienen la fuerza para dañarte físicamente. Una vez que el vehículo arranque, acelera a fondo. Tanto como puedas acelerar sin salirte del camino. Cuando la milla haya terminado, los seres se retirarán.
En la décima milla, las voces de los seres se detendrán. Si fueras a mirar en el espejo retrovisor (en realidad no lo hagas), verías que te siguen, pero no como si te estuvieran persiguiendo. Te están viendo, mirando como te alejas. Mientras transitas la décima milla, la ruta mejorará, como si estuvieras nuevamente en la primera milla. Las siluetas se alinearán a los costados del camino delante de ti. No te acosarán, sino que te observarán a medida que pasas. Algunos han teorizado que los seres están impresionados en este punto, porque ya has recorrido un largo camino en el viaje a lo que deseas. Esto es falso. No están impresionados, sino felices. Están felices porque te estás acercando a la próxima milla. Están felices porque es muy probable que vayas hacia tu muerte.
En la undécima y última milla, todo en tu vehículo se apagará, como lo hizo en la novena. Usualmente el vehículo quedaría inmóvil, pero estará en movimiento. Una fuerza desconocida lo empujará hacia adelante. En la oscuridad, verás, adelante, una luz roja brillante, como si se tratara de la luz al final de un túnel.
Cierra los ojos y cúbrelos. Has todo lo posible para asegurarte de no ver lo que está a punto de pasar. Cubrir tus oídos también sería útil, pero mantener tu vista tapada debe tener la máxima prioridad.
La luz roja es otro claro, pero esta vez no hay luna ni lago. Una vez que hayas entrado, ruidos incesantes e inconcebibles sonarán desde todas las direcciones. Ninguna cantidad de coraje o de preparación te ayudará con esos sonidos. El frío se transformará en un calor implacable, quemando todas las partes del vehículo. Sentirás la ilusión de que tu carne se está quemando, que cada parte de ti está siendo destruida a medida que viajes a través de los gritos y sonidos de agonía. Siempre y cuando mantengas los ojos cerrados, y resistas el impulso de ver donde te encuentras, sobrevivirás este sufrimiento. Esto durará un total de 31 segundos, pero muchos no logran mantener los ojos cerrados durante ese tiempo y terminan de la peor manera. ¿Dónde se encuentra esta milla?, Los que han sobrevivido no lo saben. Algunos la han llamado "la transmisión del infierno".
Después de la última milla, el vehiculo volverá a funcionar. Detente. Tómate un momento para, posiblemente, recuperar algo de cordura. Deja que los gritos en tus oídos comiencen a desvanecerse, sabiendo que ya casi has completado tu viaje y superado la tarea más difícil.
Respira, y enciende el vehículo una vez más.
Después de sólo un kilómetro, el vehículo llegará a un callejón sin salida. Detente ahí y no intentes moverte de nuevo. Nada va a suceder en este momento pero no te decepciones. Relájate y cierra los ojos. Imagina en tu mente lo que has deseado todo este tiempo. Es muy probable que aún sea lo mismo que cuando comenzaste, pero en algunos casos ese deseo puede cambiar durante el viaje. Piensa que fue lo que querías, que tuviste que pasar por tan aterradora y difícil forma de conseguirlo, e imagina poseerlo en tus manos.
Una vez que hayas visualizado esto completamente, abre lentamente los ojos.
A continuación, te encontrarás en el comienzo de la carretera sin nombre, donde empezaste. Esto puede confundirte, pero ya has terminado. Tu tarea ha concluido.
Tu mente se enfocará en la recompensa. Si lo que deseabas era material, busca en el asiento trasero, o en el maletero si es un objeto más grande. Si el objeto era lo suficientemente pequeño, podría estar ya en tu bolsillo. Si lo que deseabas no era material, entonces no te decepciones si el cambio no es inmediato. Regresa por donde viniste, y encontrarás en tu vida que lo que querías ya sucedió. Es posible que hayas encontrado el amor de tus sueños. Es posible que hayas obtenido un poder inimaginable. Es posible que tu enemigo más odiado haya sufrido la venganza más satisfactoria posible. No tendrás ninguna duda de obtuviste lo que deseabas.
Así que ahora que el deseo está cumplido ¿Cuál es el truco? ¿Se maldijo tu vehículo? ¿Hay algo que estés a punto de perder? ¿Es tu muerte inminente? La respuesta a todo es no, por supuesto. Has hecho el reto. Has demostrado ser digno de lo que deseabas. Como se dijo antes, los sonidos de la undécima milla seguirán existiendo en tu mente, y potencialmente te causarán pesadillas vívidas e inusuales, pero estas no son nada comparadas con lo que has ganado.
Ahora, una última pregunta: ¿Hay algo más que desees? ¿Ya estás satisfecho? Después de todo, vuelves al punto donde comenzaste. La carretera está frente a tí, ¿te gustaría hacer otro viaje?
Si es así, ajústate el cinturón de seguridad, y simplemente sigue adelante.