Inició la madrugada. Como todos los días, me desperté a las 4 A.M. para arreglar mis cosas e irme a la universidad. Ese día hacía bastante frío. Me resultó extraño, estábamos en verano y en una zona bastante calurosa.
No me pareció importante, estaba desayunando. Cuando estaba preparando mis cosas, sentí que me observaban desde la ventana.
Mientras volvía de la universidad, el ambiente estaba muy distante del que normalmente soportaba, éste era más frío… Escalofriante, en cierta forma. Ya habían pasado dos semanas, una vez más, me despertaba a las 4 A.M., pero esta vez había una presencia fría y pesada. Mi única compañía en lo que llamo casa, era mi perro, que estaba en una esquina bastante asustado. Lo acaricié y le dije que todo estaría bien.
Mientras salía, volteé a ver mi hogar, desprendía un aura oscura. La presencia que sentí hace unos minutos… No la sentía de afuera, estaba dentro de mi casa. Intenté alejarme lo más rápido posible.
Cuando regresé de la universidad, abrí la puerta de mi casa, allí estaba mi perro sentado, me estaba observando. Sólo estaba viéndome en silencio, intenté acercarme, pero solo conseguí gruñidos.
Le puse comida en su tazón y encendí la computadora para hacer mis tareas. Pasaron varias horas hasta que volví a sentir mi casa fría, silenciosa, y estaba completamente solo. No podría explicar esta sensación, pero no le tomé importancia y volví con mis tareas. Al poco rato, mirando de reojo, vi que alguien estaba en mi cocina, ¿qué se supone que debía hacer? Me limité a salir de mi casa, estar fuera un buen rato.
Cuando volví, apagué la computadora y me acosté a dormir. Al día siguiente, una vez más, me desperté a las 4 A.M., pero, a diferencia de los otros días, se sentía demasiado calor en el ambiente. En la oscuridad de mi habitación, veía distintas figuras moverse, escuchaba mil cosas, como si una familia de 15 personas viviera en mi casa. No sabía qué hacer, como cualquier persona con sentido común, encendí la luz. Al hacer esto, todo volvió a un silencio sepulcral.
Me apuré para cambiarme e irme de la casa. Esta vez me llevé a mi perro a casa de mi hermano, para que lo cuidara.
Le expliqué qué sucedía a mi hermano, como era de esperarse, solo se rió.
—Estás loco, vale — Decidí que era mejor quedarme callado y no explicarle.
Cuando volví a mi casa, todo estaba normal.
A la mañana siguiente, todo se mantuvo igual. Me alegró haber despertado sin ningún ruido, sobra o algo similar. La alegría duró hasta que salí de mi casa. Estaba cerrando la puerta con llave, se escuchaba a alguien o algo respirando, se sentía la fuerza de su respiración, en definitiva, era algo grande. Volví a abrir la puerta. Sentí que algo se estaba lanzando hacia mí. Asustado, cerré la puerta, de nuevo.
Escuché un fuerte golpe en la puerta.
Volví de la universidad y me daba miedo entrar a mi casa por todo lo que sucedía, ese día en todo momento algo me observaba, sentía esa mirada pesada y cada que volteaba sólo veía sombras negras desvanecerse rápidamente detrás de mí…
Regresé de la universidad, tenía miedo de entrar a mi casa. Hoy, en todo momento, sentí como si alguien me observara, una mirada pesada. Cuando volteaba a ver qué había detrás, lo único que veía era sombras desvanecerse…
Un sábado por la mañana, me desperté, viendo un bulto cubierto por la sábana al lado mío. Cerré los ojos e intenté volver a dormir. Sentí que alguien se subía encima de mí, intenté abrir los ojos para ver qué era, pero no podía. Comencé a desesperarme, no podía moverme, ¿una parálisis de sueño, quizá? Por fin pude abrir los ojos. No había nada.
Ya no me siento tranquilo. Cada vez que me despierto, siento ese escalofriante silencio, las miradas múltiples. En todos lados, cuando me siento en el sillón para utilizar mi computadora, siento que alguien está a mi lado viendo qué hago, incluso se escucha la regadera muy seguido.
Necesitaba dejar esto escrito en algún lado.
Ahora mismo siento su respiración al lado de mi oído.