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ADAM

Muchos creen que una historia de amor siempre termina en un final feliz pero no siempre es así, de hecho, no puedo seguir sin creer que terminó así, porque terminó así y si fue mi culpa o si hice algo mal o cometí un pecado mortal para que me castigaran así, ¿por qué? Pero bueno les comparto mi historia.

Todo empezó cuando tenía 17 años, estaba por terminar mi carrera técnica en electrónica unos 6 meses de graduarme, era un chico solitario cerrado ante la sociedad, tenía pocos amigos pero casi no hablábamos; solo lo hacíamos para preguntar por apuntes y tareas, pero casi siempre me la pasaba solo me gustaba más estar así; solo en mis pensamientos, pero todo cambió cuando la conocí a ella.

Un día al llegar a casa después de clases al entrar por la puerta principal de la casa estaban mis padres sentados en la sala conversando con lo que pareciera ser una familia, en el sofá estaban sentados un señor y una señora que desconocía totalmente, jamás los había visto y ¿Qué hacían aquí? A lado de ellos estaba ella, una chica hermosa de cabello largo y lacio color castaño, sus ojos color miel, su piel aperlada y sus dulces labios algo carnosos y de color rosado. Nuestras miradas se cruzaron fijamente y sentí esa chispa al vernos, cuando entre todos fijaron su mirada en mi al no saber qué estaba pasando solo dije extrañado:

—Ah…. Hola

Mi madre al verme dijo:

—Hola hijo qué bueno que llegaste, mira ellos son nuestros nuevos vecinos se acaban de mudar a tres casas de aquí vinieron a saludarnos.

Yo sin saber que decir solo dije:

—Qué bueno espero que se la pacen bien.

El señor se levantó del sofá, me saludo de la mano y se presentó él y a su familia:

—Hola mucho gusto me llamo Víctor, ella es mi esposa Lorena y mi hija Fátima.

—Hola mucho gusto me llamo Adam.

—Encantado de conocerte esperemos que nos llevemos bien como vecinos

—Si igualmente un gusto conocerlos y bienvenidos a este vecindario.

—Gracias ahora si nos disculpan tenemos que irnos debemos seguir desempacando la mudanza que tengan buenas tardes.

A lo que mi padre dijo:

—Si gustan podemos ayudarles.

¿Ayudarles? ¿Quienes? Espero que no me meta a mí también. Pensé mientras analizaba lo que dijo.

—Que bien así terminaremos más rápido usted y Adam pueden ayudarnos.

Como lo pensé no dije una palabra así que pensé que lo haría rápido para poder ir a mi cuarto a hacer mis deberes de la escuela. Me puse manos a la obra y me fui a su casa con mi padre mientras que mi madre y la señora se quedaron conversando. Al llegar el señor me pidió que le ayudara a acomodar un sofá, luego un refrigerador y después la estufa, al terminar le pregunté al señor en qué más podía ayudarle mientras cargaba un ropero con la ayuda de mi padre, el señor me dijo que ellos podían seguir ellos dos y que fuera arriba a ver en que podía ayudarle a su hija, trague saliva y subí los escalones al segundo piso, su habitación se encontraba de lado izquierdo al terminar de subir las escaleras, de lado derecho estaba otra habitación vacía pensé que debía ser el cuarto de sus padres y enfrente estaba otro más pequeño y estrecho deduje que ese debía ser el baño ya que como máximo cabían dos personas ahí, toqué la puerta de la habitación de Fátima a pesar de que estaba abierta la toque de todos modos para no sorprenderla a lo que ella volteo.

—Hola tu papá me mandó para ver si necesitabas ayuda en algo.

—Hola que bueno que vienes puedes ayudarme a acomodar los muebles, son muy pesados para moverlos yo sola no sabía por dónde empezar.  

Entre a su habitación y era algo pequeña, pero era perfecta para una sola persona ya tenía muebles, pero estaban todos desacomodados, la cama estaba pegado a una esquina de la habitación y no tenía colchón, el colchón estaba de lado recargado a una pared, el closet estaba en medio de la habitación, había un tocador con espejo que estaba envuelta en emplaye de plástico mirando hacia una pared, una cajonera y unas cuantas cajas. Así que le dije:

—¿Por dónde empezamos? —le pregunté.

—Ayúdame a poner el colchón en la cama y moverlo a aquella otra esquina junto a la ventana.

—Está bien.

Así que eso hice, puse el colchón en la cama y después lo moví a donde ella me indico.

—Ya está.

—Gracias ahora ayúdame a mover el tocador.

Y así continuamos moviendo los muebles mientras conversábamos para que no se nos hiciera aburrido le pregunté en dónde vivían y porque se mudaron de su antigua casa.

Me dijo que vivían en Veracruz al suroeste de México se mudaron a Monterrey debido a cuestiones de trabajo de su padre se sintió un poco triste ya que tuvo que despedirse de sus amistades y familiares así que le dije todo era por un bien mayor que vendrían mejores momentos y amistades con este nuevo cambio de vida, pareció que mi comentario le alegró un poco y dijo me que tenía razón me pregunto mi edad y que si vivía aquí le dije que tenía 17 años y que vivo aquí desde que nací así que yo también le pregunté su edad, me dijo que tenía 16 y que en 6 meses cumplía 17, exactamente el 12 de julio, yo le dije que cumplía el 23 de marzo y me pregunto qué tal me fue, le comente que no estuvo nada mal que mi padre había hecho carne asada con alitas de pollo decía que nunca había comido eso y que le encantaría probarla yo le respondí que cuando quisiera ya que yo también sabía hacerlo y así continuamos hablando mientras hacíamos chistes de lo que se nos fuera ocurriendo y nos reíamos de otras cosas sentí esa química entre nosotros y al parecer ella también pues coqueteaba conmigo y me trataba con confianza como si fuéramos amigos de toda la vida,  hasta que terminamos de acomodar los muebles estaba exhausto, sudaba un poco y tenía la garganta seca fue muy agotador tener que mover los muebles, nos quedamos sentados en el suelo hablando un poco más y conociéndonos mejor, tomo un papel y un lápiz y escribió algo en él, me lo dio y me dijo que le escribiera, era su WhatsApp, saque mi celular y lo registre le dije que le escribiría cuando llegara a casa, me fije la hora y vi que ya eran las 8:35 pm le dije que tenía que irme ya que debía terminar los deberes de la escuela, se desanimó un poco y dijo que estaba bien y que ella se encargaría de desempacar sus cosas de las cajas, me agradeció por haberla ayudado y se despidió de mí.

Bajé las escaleras y vi a mi padre y al señor Víctor sentados en el sofá bebiendo unas cervezas al parecer ellos también habían terminado, mi padre me miró y me dijo:

—¿Nos vamos?

—Si ya terminamos, aún tengo que terminar mis deberes en casa.

Mi papá se levantó y se despidió del señor Víctor.

—Nos vemos si necesitan algo ya saben dónde vivimos, que pasen buenas noches.

—Muchas gracias por la ayuda que tengan buenas noches.

Mi papá salió primero y se adelantó, el señor Víctor se quedó sentado en el sofá viendo la televisión y yo salí después que mi padre cuando escucho que gritan mi nombre.

—¡Adam!  

Volteo y era Fátima que venía bajando las escaleras rápidamente dirigiéndose hacia mí.

—Adam me preguntaba si…. em… algún día de estos puedas enseñarme a recorrer el vecindario, ya que soy nueva aquí y no conozco nada de aquí.

—Eee… claro porque no puedo enseñarte algunos lugares de por aquí, ¿Qué te parece el sábado?

—Si claro a las 2:00 pm —dijo entusiasmada.

—Está bien paso por ti.

—Ok nos vemos, buenas noches.

—Buenas noches.

Me gire rumbo a mi casa y vi que venía la madre de Fátima que se dirigía a su casa ya que se había quedado hablando con mi madre, solo me sonrió y me dijo adiós, seguí caminando mientras festejaba silenciosamente mi primera cita y pensando a dónde la llevaría ya que casi ni salía de hecho no salía y si lo hacía era con mis padres a algún evento familiar del cual estaba siempre forzado a ir, no le di muchas vueltas y decidí que ya se me ocurriría algo cuando llegue el día. Entre a mi casa y mis padres estaban sentados en el sofá viendo la televisión mientras hablaban de algo del cual pase de largo, abrí el refrigerador y saque una hamburguesa que había dejado el día anterior aún olía bien así que la metí al microondas y lo calenté; lo saque y me la comí, tomé un vaso con agua y me la bebí, subí a mi habitación, me desvestí y me metí a bañar me puse ropa cómoda para dormir, mande a la mierda mis deberes de la escuela ya que de todos modos ya estaba aprobado en esa materia me distraje un rato en mi celular y luego recordé que había registrado el número de Fátima así que le mande un mensaje.

—Hola

—Holi (Emoji sonriente)

—Gracias por lo de hoy nuevamente (Pulgar hacia arriba).

—No fue nada (Emoji de abrazo)

—¿Qué estás haciendo? —preguntó ella.

—Nada, estoy en Facebook

—¿Tienes Facebook? ¿Y si me lo pasas? (Emoji con la mano en la boca)

—Adam Myers.

—Ya te mandé la solicitud (Emoji guiñando con la lengua de fuera)

—¿Fátima Vega?

—Si

—Ya te acepté.

—Qué curioso tu apellido, ¿de dónde es?

—Tengo ascendencia británica.

—¡En serio! (emoji sorprendido)

—Si, mi bisabuelo era británico y se casó con mi bisabuela que era mexicana. Mi apellido viene de mi bisabuelo.

—Ya decía yo que esos ojos azules eran por algo, ¿Por qué no me habías dicho?

—Bueno no es como que vaya por la vida presumiendo que soy parte británico.

—¿Y cuál es tu segundo apellido?

—García, ¿y el tuyo?

—Saldaña.

—Bueno, me iré a dormir te veo el sábado, no faltes (Emoji de guiño)

—Hasta el sábado (Pulgar hacia arriba) que descanses (Emoji durmiendo)

Al terminar la conversación me distraje un poco más en las redes sociales y luego me fui a dormir.

Un día después de la escuela me visito mi querida amiga de la infancia, mis padres no estaban ese día ya que habían salido de compras, pero aun así no se olvidaron de dejarme algo para cenar el nombre de mi amiga era Karen tenía el cabello ondulado (no era rizado), tintado de color negro artificial y las puntas de su cabello de color turquesa, piel clara y gruesos labios nos conocimos cuando éramos niños en el vecindario, vivía en frente de mi casa hasta que se mudó hace 2 años ya que sus padres fallecieron en un atentado a una empresa donde trabajaban, ahora vivía con su abuela en otra parte del estado. Venía de visita de vez en cuando, era alguien de confianza entre mis padres.

—Hola Karen cuánto tiempo ¿Qué estás haciendo por acá? —la recibí con un abrazo.

—Hola Adam estaba por aquí cerca haciendo unas cosas y decidí pasar a saludar.

—Ven pasa tengo algo que contarte.

La invite a pasar y nos sentamos en la sala.

—¿Te sirvo algo?

—Agua por favor.

—Y bien qué querías contarme.

— Bueno… hace unos días se acaban de mudar una familia a unas casas de aquí, me tomaron por sorpresa yo acababa de llegar de la escuela me presente, se presentaron y con ello estaba una chica y…. —puse una cara de estúpido.

—Oh ya veo ¿te gustó la nueva vecina no es así? —dijo mientras hacía una cara.

—¡¡Si!! le ayudé con la mudanza y hablamos por un rato, nos reíamos, bromeábamos, sentí esa chispa, hay química entre nosotros sentí el flechazo de cupido, hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida fue todo tan rápido y hermoso, huele a fresas.

—Parece que te llego el amor eh, Adam, me alegro por ti, espero… y… sean... algo más. —dijo seriamente mientras miraba fijo al suelo.

—Y no solo eso Karen, al terminar de ayudarle con la mudanza me dijo si la llevaba a conocer el vecindario ya que no son de aquí, vienen de Veracruz así que quedamos de vernos el sábado ¡estoy tan emocionado!

—Te deseo mucha suerte y que te la pases bien. —dijo entusiasmada.

Después de eso nos quedamos hablando un poco más de cómo nos había ido en este último año, de que habíamos hecho y de nuestros planes a futuro. Decía que quería ser astróloga ya que desde niña siempre le han gustado las estrellas y las constelaciones y que actualmente estaba estudiando para dedicarse a ello, yo por mi parte le dije que me gustaría trabajar para una empresa de desarrollo de videojuegos siempre ha sido mi sueño y que me encantaba jugarlos, aunque no sabía muy bien a qué rama dedicarme ya que para hacer un videojuego se necesita saber de programación, música, diseño de arte, guion, todo lo que conlleva un videojuego a lo que Karen respondió:

—Yo digo que lo pienses bien, aun tienes tiempo para decidirte y pienso que lo que decidas te irá bien, mientras sea lo que te gusta y apasiona no importa a qué rama te dediques, eres muy inteligente y sé que te irá bien.

—Tienes razón no lo había pensado de esa manera y gracias por tu apoyo, te deseo lo mejor a ti también y espero que llegues a ser astróloga y así me enseñes a comprender las estrellas.

—Así será —dijo mientras miraba la hora en su celular.

—Vaya mira la hora me tengo que ir, tengo cosas que hacer no quiero que se me haga tarde solo venía a saludar, nos vemos otro día y suerte en tu cita. —se despidió de un abrazo y salió apresurada.

—Adiós.

Fue lo único que alcancé a decir ya que se fue con mucha prisa, me extrañé al ver su reacción pero solo pensé que estaba ocupada ya que era una mujer ocupada. Poco después llegaron mis padres y les ayudé a sacar las compras del carro y a acomodarlos en la alacena, subí a mi habitación, hice mis deberes de la escuela y luego me fui a dormir.

Hasta que llegó el sábado, el día tan esperado. Me aliste y fui a la casa de Fátima a la hora acordada, toque la puerta de su casa solo para escuchar un “Ya voy” de parte de ella detrás de la puerta, fui paciente y espere a que saliera mientras me distraía en mi celular, hasta que escuche abrirse la puerta y gire la cabeza a dicha dirección. Al verla me quede asombrado por como lucia; tenía un vestido blanco con girasoles bordados en todas partes, su cabello lacio suelto a los mil vientos con una diadema verde con un moño de lado izquierdo, unas zapatillas loafers de color marrón y tenía un pequeño bolso con correa parecía un cartera de mujer pero más grande de color negro, tenía los labios pintados de una tonalidad rojo claro que a simple vista no pareciera que los tuviera pintados más bien parecía natural, un ligero rímel marcado en el contorno de sus parpados y las pestañas rizadas se veía tan perfecta, majestuosa, tan linda.

—¿Nos vamos? —preguntó ella.

—S... Si —dije mientras aun me quedaba viéndola.

—¿Y a dónde iremos?

—La verdad no lo sé, esperaba que se me ocurriera algo antes de que llegara el día, podemos empezar mostrándote las calles del barrio donde solía frecuentar cuando era niño.

—Me parece bien, sirve que así me cuentas tus historias de niño.

—Está bien. —respondí alegremente.

Caminamos unas calles de lado derecho al salir de su casa y llegamos a un parque bastante grande, tenía juegos y dos canchas de fútbol rápido y encima de las porterías tenía aros para jugar baloncesto. Jugamos en el balancín y en los columpios como unos niños, pero vaya que fue divertido ver quién llegaba más alto, corrimos en el césped y jugamos con unos niños que no tenían con quien jugar a la pelota, al terminar nos despedimos de ellos mientras nos decían adiós y se despedían ondeando la mano.  

Continuamos caminando por unas calles mientras le contaba mis aventuras de niño y pasábamos por un callejón donde me reunía con mi vieja pandilla de secundaria.

—¿Tenías una pandilla?

—No quiero hablar de eso

—Por…

Cambie el tema rápidamente para evitar más preguntas, la verdad no quería recordar esos tiempos se me escapó decir eso no sé por qué lo dije, así que le dije que se me había ocurrido un lugar algo lejos de aquí donde podíamos pasarla mejor y divertirnos.

—Oye ya sé a dónde podemos ir, te va a encantar ese lugar hay tantas cosas que podemos ver —la tome de la mano y la lleve a la parada del bus más cercana.

—Está bien más despacio —decía mientras se reía.

Llegamos a la parada del bus y nos sentamos a esperar Fátima saco su celular y comenzó a tomarme fotos y a tomarnos unas selfis juntos, yo también saqué el mío e hice lo mismo hasta que el autobús llegó y nos subimos, nos llevó a un centro comercial bastante grande con locales de comida, artículos, un cine y todo lo que te puedas imaginar. Fuimos al cine a ver una película, le di el privilegio de escoger la película y terminamos viendo una de romance lo normal que les gustan a las mujeres, pero no estuvo mal. Después fuimos a comer a un local de comida rápida, vendían alitas, hamburguesas, papas y pizza tenía mucha variedad terminamos por comprar una pizza y un paquete de alitas, de beber ella compró un refresco de naranja y yo un té helado del cual Fátima aprovecho y tomo otras fotos de la comida y de nosotros a punto de comerla, cada uno puso la mitad para pagar y nos lo comimos todo. Finalmente después de pasar un buen rato cayó la noche, exactamente las 10:15 pm así que nos dirigimos a la parada del bus nuevamente. Antes de que pasara el autobús Fátima tomo otra foto de nosotros con su cabeza apoyándose en mi hombro, tomamos el autobús y nos bajamos en el parque en el que habíamos estado anteriormente, caminamos unas cuadras y antes de llegar a su casa me detuvo y se paró delante de mí:

—Me la pase increíble de los mejores días que he tenido me divertí mucho contigo, te agradezco por esto espero y podamos repetirlo otro día.

—Me alegro mucho de que te hayas divertido, yo también me la pase increíble, casi no salía así siempre preferiría quedarme en casa.

Luego se hizo un silencio y nuestras miradas se fijaron mutuamente, mi corazón se aceleraba de los nervios no sabía que pasaría ahora a lo que yo le dije:

—Bueno…ya me…tengo que…

Después de eso ella se me acercó lentamente con la mirada fija en mi:

—Si…yo…este…quisiera quedarme…un poco…más…

Su frente tocó la mía y sus ojos demasiado cerca de los míos podía verme en sus pupilas, nuestros labios se juntaban cada vez más y luego…

—*Beso*

La tome de la cintura y la acerque más a mí, ella puso sus brazos alrededor de mi cuello parada con la punta de sus pies, un beso que duró más de 10 segundos mi corazón latía más fuerte que antes esas mariposas en el estómago, tan cerca de mí que podía oler su dulce aroma a jazmín y su cabello ondeando ante el viento que soplaba en ese instante y el silencio que se sentía hacía disfrutar de ese inolvidable momento, un beso que jamás olvidaré. Cuando terminó nuevamente se hizo un silencio entre nosotros, miradas y suspiros, caricias y tomándonos de las manos; fue entonces donde decidí hablar y dije:

—Entonces…tu y yo…somos…—le dije temerosamente

—Si—Contestó susurrando.

—Se que es muy rápido pero no hay duda de que te amo, ¿tú también sentiste esa chispa verdad? Ese día que nos vimos por primera vez en tu casa.

—Si, también lo sentí. —respondí.

—Chao. —dijo nuevamente susurrando.

Se despidió de mí de un pequeño beso y se dirigió a su casa con las manos en puestas en su pecho, y yo estupefacto parado en la orilla de la calle en el silencio de la noche sin saber que puta mierda acaba de suceder y si esto fue real me gire hacia mi casa analizando la situación de como yo un chico de 17 años que jamás en su vida conocía lo que era una fiesta y salir con amigos totalmente aislado de la sociedad encerrado en su habitación jugando videojuegos había besado y conseguido novia de una chica que hacía días acababa de conocer, no me lo podía creer. Entre a mi casa salude a mis padres.

—Hola mamá y papá ¿Cómo están?

—Bien hijo estamos cenando, ¿te sirvo?

—No gracias mamá ya cené afuera.

—¿Cómo te fue? —preguntó mi padre.

—Bien, salimos al parque y luego fuimos al centro comercial me divertí mucho.

—Qué bueno hijo disfruta tu juventud, deberías salir más y no estar tanto tiempo encerrado.

—Gracias papá, lo tendré en cuenta.

Subí a mi habitación y emocionado le mandé un WhatsApp a Karen.

—¡Karen! ¡Karen! (Emoji sorprendido x2)

—Si ¿Qué pasa? (Emoji pensativo)

—No me lo vas a creer!!! (Emoji sorprendido x7)

—¿Cómo te fue en tu cita? (Emoji con la mano en la boca)

—¡¡De locos!! Fuimos al parque al que íbamos cuando éramos niños ¿recuerdas?

—Si, si me acuerdo.

—Jugamos corrimos jugamos y jugamos y luego fuimos al centro comercial vimos una película comimos y luego al final de la cita

—¿Aja?

—La lleve a su casa y luego me detuvo y se hizo un silencio y luego…

—…

—  Me beso (Emoji de mono tapándose los ojos x3)

—¿¡¡Queeeee!!? (Emoji con los ojos muy abierto)

—¡¡Nos besamos!!

—Y dijo que me amaba desde el momento en que me vio, ya somos novios

—Eso fue…muy rápido Adam

—Lo sé pero no hay duda de que somos el uno para el otro, me la pase genial con ella

—Sigo sin creérmelo adam, no me lo puedo creer

—Yo tampoco :O

—No sé qué decir, estoy impactada

—Pues felicidades supongo

—Gracias, bueno luego te escribo iré a dormir hoy fue un día muy cansado

—Bueno cuídate que descanses

—Igualmente que descanses

La conversación terminó ahí, estaba a punto de apagar el celular e irme a dormir cuando recibí un mensaje de Fátima, abrí la conversación y me había enviado las fotos que nos tomamos no escribió nada mas solo varios emoji de corazón y otro de un emoji con los ojos de corazón yo solo comenté:

—Que guapos (emoji sonriente)

—Más tu corazón (emoji mandando un beso)

A pesar de que me agradaba como me mensajeaba no podía evitar sentirme extraño del hecho de que hace unos días no nos conocíamos y que de un día para otro ya fuéramos novios y nos texteáramos como si tuviéramos años de relación, pero bien decía mi madre que el amor obra de maneras misteriosas y que no avisa cuando llega solo sientes el flechazo, así que mi caso no fue la excepción, seguí con la conversación:

—Oye…sobre lo de hace rato…

—¿Sí?

—Em…

—¿Te gustó? (emoji riéndose, tapándose la boca)

—Si no me lo esperaba (emoji apenado)

—Lo siento no pude resistirme, quería esperarme más tiempo hasta conocernos mejor pero no pude evitarlo lo deseé tanto desde el día en que te vi, no dejaba de mirarte me pareciste atractivo. (corazones rojos)

—Entonces…de ahora en adelante…tú eres… tú y yo somos ¿novios?

—¿No quieres?

—Claro que quiero es solo que aun sigo en shock de verdad no me lo esperaba xD

—Jajajaja

—Mira mi foto de perfil de Facebook y las publicaciones que te etiquete

—Ya voy

Hice lo que me pidió y me metí a su perfil de Facebook solo para ver que su imagen de perfil era la que nos tomamos en la parada del bus donde salía ella reposando su cabeza en mi hombro y yo sonriendo mostrando dos dedos a la cámara solo que la imagen tenía un filtro de iluminación muy bien editado, así que le di me encanta y a las demás fotos que me etiqueto y me limité a comentar las fotos porque rápidamente otras personas que parecían ser sus familiares y amigos ya habían comentado cosas como: “¿Y ese quien es sobrina?(Emoji sorprendido), que guapos están”, “Ay prima preséntalo (Emoji coqueto)”, “Que envidia amiga duren mucho” y cosas así.

—Pues salimos muy bien la verdad, me gusta el filtro que le pusiste

—¿Por cierto le has dicho a tus padres sobre esto?

—Si, ya lo saben

—Y…

—No dijeron mucho, mamá dijo que estaba bien que te ve como un chico responsable y educado y que no le importaba que fueras tú y que se le hacía raro que ya tan rápido fuéramos novios, pero no le tomó mucha importancia.

—Mi papá dijo que no tenía ningún problema mientras sea feliz contigo (Emoji sonriente)

—¿Y tú?

—Em…si yo también les comenté y me dijeron que les caías bien que tampoco tenían ningún problema (Emoji de risa sarcástica) —Mentí

—¡Yei! les agrado a mis suegros (Emoji con estrellas en los ojos)

—Yo también me alegro de agradarles a tus padres

—Bueno cariño iré a dormir fue un día muy cansado y de nuevo mil gracias me divertí mucho hoy, soñaré contigo chao besitos (Emoji mandando beso x2)

—Si de nada yo también me la pase genial igual iré a dormir besos (Emoji mandando beso)

Mande mi último mensaje, me puse ropa cómoda para dormir, puse a cargar mi celular y me acosté a dormir y justo cuando empezaba quedarme dormido mi celular recibió una notificación, pensé que era Fátima y lo revise, el mensaje era de Karen pero cuando abrí la conversación solo decía “Este mensaje fue eliminado” se me hizo raro al ver esto pero luego pensé que se había equivocado de conversación así que no le tome importancia ni me moleste en preguntar así que me volví a acostar mirando al techo sonriendo con las manos puestas detrás de mi cabeza pensando en lo que había sucedido, lo que había hecho, en ese momento me di cuenta de que mi vida cambiaría para siempre.

“Y así fue”.

Pasó el tiempo y mi relación con Fátima mejoró más, se volvieron a mudar de casa por problemas de arquitectura pero no demasiado lejos como para que me fuera imposible irla a ver, solo tenía que tomar un autobús para llegar a su casa o a veces mis padre me iba a dejar a su casa cuando podía ya que a veces se llevaba el auto para ir a trabajar, hablábamos seguido y a veces nos desvelábamos hablando por teléfono y empecé a conocerla mejor sabía que su color favorito era el morado, le gustan más los perros que los gatos, medía 1.56 metros y pesaba 46.2 kilos, le gusta más el frio que calor, la noche que el día y cosas así, llegué a presentarle a Karen y las dos se llevaron muy bien incluso Karen le llegó a decir que si le hacía algo a Fátima me las vería con ella, poco tiempo después me gradué de la preparatoria con mi carrera técnica y Fátima estuvo presente junto con mis padres, se tomó fotos conmigo con mi bata y birrete puesto y en la entrega de titulación y cédula profesional, fue otro momento marcado en mi historia, y al terminar fuimos a comer a un bufet para festejar, terminamos con el estómago lleno.

Y tiempo después ella también se graduó de la preparatoria había estudiado artes allí ya que le encantaba dibujar y pintar, tanto que hacía pinturas en profesionales en un lienzo y dibujos a papel y lápiz en un cuaderno especial para eso tenía un don para las artes simplemente hacía obras de arte me encantaba verla hacerlo, podía retratar paisajes, animales, personas, casas, plantas y todo lo que podía ponerse en una pintura o cuaderno ella lo hacía sin dificultad, yo por mi parte me dedicaba a reparar aparatos electrónicos, celulares, consolas de videojuegos, controles remoto, computadoras, todo lo electrónico podía repararlo y conseguía buen dinero haciéndolo, éramos felices juntos.

Hasta que un día cuando tenía 19 años y ella 18 a punto de cumplir 19 también llegó un día especial, el día en que nos unimos en cuerpo y alma, esa vez ella había llegado a mi casa aproximadamente a las 4:00 pm habíamos quedado de ir de picnic a un campo a lado de una carretera, donde casi no pasaban autos para poder disfrutar de la naturaleza, ella entro a mi casa pues había dejado la puerta sin seguro para que pudiera entrar y no tuviera que esperar afuera, mis padres no estaban ya que habían ido a visitar a mi abuela a kilómetros de mi casa por unos días, yo estaba en mi habitación cambiándome y arreglando las cosas que me iba a llevar al picnic cuando de repente subió y apareció detrás mío me tomo por sorpresa, me encontró descalzo, sin camisa y solo con el pantalón puesto y mi cabello mojado porque había salido de bañarme, me vio y me preguntó:  

—¿Nos vamos ya?

—No, aun no termino de arreglarme y empacar mis cosas, terminare pronto.

Se me acerca y comienza acariciando mi abdomen.

—Jajaja me haces cosquillas.

—Es la primera vez que toco tu cuerpo al desnudo, se siente tan bien (suspira)

Deje lo que estaba haciendo mientras Fátima continuaba acariciando mi cuerpo y se iba acercando poco a poco a mi cara mirándome fijamente con sus mejillas enrojecidas, nos comenzamos a besar, primero un beso calmado y luego un beso apasionadamente, la abrace y nos tumbamos en mi cama mientras seguíamos besándonos cuando me dijo en voz baja.

—Ya no aguanto más, te amo tanto, quiero ser una contigo.

A lo que conteste con el mismo tono.

—¿Estás segura? Puedo esperar si quieres no tengo prisa en…

—Si, quiero ser tuya, quiero ser tu mujer.

Metió su mano debajo de mi pantalón tocando mis genitales completamente, se me escapó un gemido al instante pero me tape la boca con la mano para no verme ridículo aunque lo disfrutaba, ella sonrió pervertidamente al ver mi reacción así que bajó a mi zona para hacerme un oral, sentir lo húmedo de su boca hizo que me excitara más y más, se sentía tan bien que tome su cabeza para que lo hiciera más rápido, no me quise quedar atrás y que ella hiciera todo el trabajo así que metí mis manos debajo de su blusa y brasier tocando sus pechos y un gemido salió de ella, comenzaba a excitarme aún más al verla y no pude contenerme y termine desvistiéndola hasta dejarle solo las bragas, ella hizo lo mismo y quede en ropa interior. Seguíamos besándonos mientras nos toqueteábamos y en un momento ella no pudo aguantar más y se quitó las bragas, al hacerlo yo también me quite mi ropa interior y quedamos completamente desnudos, yo arriba de ella comencé a besarla y fui bajando a su cuello, luego a sus pechos, luego a su estómago, continúe bajando, llegue a su parte y le hice sexo oral, al escucharla gemir hacía que se me pusiera como piedra seguí haciéndole el oral hasta que me lo pidió adentro y eso hice, la fui metiendo poco a poco mientras gemía cuando lo sintió. Primero hizo un gesto de dolor y luego respiró profundo, la embestí hasta que entro por completo, otro gemido salió de ella y esta vez más fuerte mientras volteaba los ojos, por fin estaba dentro de ella se sentía tan caliente, húmedo y suave, se sentía tan bien y me detuve para que le dejara de doler, luego de un momento ella comenzó a moverse y deduje que ya no le dolía así que continúe embistiéndola esta vez más lento y luego continuamos más rápido cuando la lujuria nos consumió a tal punto que podía escucharse como mi entrepierna chocaba con la suya mientras sus piernas alrededor de mi cintura y nuestros dedos entrelazados y silenciando sus fuertes gemidos de un beso para evitar ser escuchados pues Fátima hacía mucho ruido de tanto que lo disfrutaba. Y así terminamos haciéndolo, probando varias posiciones en la cama y cada vez más rápido, cuando Fátima apretando sus piernas entrelazadas a mi cintura retorciéndose debido al orgasmo y yo no pude contenerme y llegué al clímax dejándolo salir en su abdomen para caer rendido encima de ella con mi cabeza reposando en su pecho, podía escuchar su corazón latir fuertemente y ambos jadeando del cansancio caímos en un profundo sueño extasiados.

Me desperté y vi a Fátima desnuda tapándose con la sábana de mi cama apoyando su cabeza con su mano derecha y el codo apoyado en la cama viéndome fijamente con una sonrisa apreciándome mientras dormía y al ver que ya había despertado dijo.

—Te amo

—Yo te amo más

(Beso)

—¿Cuánto tiempo llevas despierta?

—No lo sé, pero no me canso de verte mientras duermes, te ves tan lindo.

Me sonrojé al oír eso así que giré mi cabeza y Fátima al darse cuenta…

—Aw que lindo eres

Y la típica pregunta que uno hace después del sexo es:

—Y… ¿Qué tal estuvo?

—Me dolió al principio, pero me encantó, me gustaría volver a repetirlo, creo que me haré adicta. —guiña el ojo.

—A mí también.

—¿Qué hora es?

Abro la ventana a un lado de mi cama y vi que estaba obscuro:

—(Me sorprendo) ¿Ya anocheció?

A lo que Fátima responde con una risa fingida.

—Parece que ya no iremos a ningún lado.

Busco mi celular entre la ropa, lo encuentro y miro la hora.

—¡¡¿Las 10:45?!!

—Su puta madre ya es bien tarde

—¡Sh!

A Fátima no le gustaba que dijera palabrotas, pero igual lo hacía de vez en cuando para que se acostumbrara.

—Tengo hambre

—Podemos comernos lo que prepare para el picnic.

—Qué bueno, no tenía ganas de salir a comprar algo.

—¿Tus papás no vendrán o sí? —preguntó Fátima.

—No, se quedarán unos días en casa de mi abuela.

—Menos mal

—¿Qué hay de tus padres? ¿Vendrán por ti o qué?

—No, les dije que me quedaría a dormir, pero no saben que tus papás no están.

—No importa, de todos modos ya pasó. —me reí al decir eso.

Fátima se levantó y se vistió, se puso un minishort de color rosa y una blusa ligera color blanco con un estampado de Nyan Cat en el frente y unos calcetines cortos color lila con unicornios tejidos por todas partes, prefirió no usar brasier, yo solo me puse una playera azul con un estampado de un gorila comiendo una banana con un globo de dialogo que decía “Yeah” y unos shorts cargo color verde. Bajamos a la cocina y calentamos la comida que Fátima había preparado en una canasta de mimbre con un mantel de tela color olivo cubriendo la parte de arriba, en la canasta había un tóper mediano con ensalada de huevo, cuarto sándwiches cocidos de jamón con atún y queso envueltos en papel aluminio, un pay de manzana, dos bananas, dos cucharas, dos tenedores, una pala para pastel, servilletas y un termo cilíndrico con una taza con té helado. Comimos los sándwiches primero seguido de la ensalada de huevo y de postre el pay de manzana y las bananas, como ya era tarde subimos de nuevo a mi habitación y nos recostamos en la cama a punto de dormir cuando nuevamente sentí una mano en mi entrepierna tocando suavemente mis genitales cuando en voz baja Fátima me dijo:

—Quiero más

Sin pensarlo dos veces la besé y comenzamos a hacerlo por segunda vez. Y a partir de ese día nuestra actividad sexual se intensificó, en cada salida y en cada oportunidad que teníamos lo aprovechábamos para hacerlo en cualquier lugar, en cualquier cuarto obscuro y si no podíamos íbamos a un motel, dejándonos llevar por la lujuria y el éxtasis del momento, y el placer aumentaba más con el hecho de hacerlo sin ningún preservativo convirtiéndolo en una adicción, la sensación de venirse adentro aumentaba el placer llegando al orgasmo.

Pero como en toda práctica sexual sin preservativo siempre existe el riesgo de un embarazo no deseado en nosotros no fue la excepción, después de cinco meses de actividad sexual activa la sorpresa ocurrió ya tenía 20 años y ella 19. Una noche de invierno fui a visitar a Fátima porque decía que se sentía mal, me pidió que la fuera a ver rápido antes de que llegaran sus padres así que me di prisa y llegué a su casa, entre y al recibirme le pregunté:

—¿Qué pasó? ¿Cómo estás? ¿Estás bien?

—Si estoy bien, no es nada grave, es solo que estoy algo asustada.

—Porque

—Tengo nauseas, vomito, mareos y dolor en el estómago, además no me ha bajado tengo 1 mes de retraso. —Dijo preocupada.

—¡¿1 mes?!, ¿Por qué no me habías dicho nada?

—Creí que me bajaría después, pensé que tenía un retraso común, es todo.

—Ven acompáñame a mi habitación.

Llegamos a su habitación y Fátima sacó debajo de su cama una bolsa de plástico con algo adentro.

—Fui a la farmacia hace poco y compré esto.

De la bolsa de plástico saca una pequeña caja, era una prueba de embarazo. Me sorprendí al verlo, aunque no entendía por qué ya que de todos modos me lo esperaba con el simple hecho de describir los síntomas.

—Te llamé porque quería que estuvieras presente en este momento, no quería hacerlo sola.

—Bueno me haré la prueba.

Fátima se encerró en el baño a hacerse la prueba y yo la esperé en su habitación sentado en la orilla de su cama. Espere y espere por varios minutos hasta que por fin salió, con las manos en el pecho sosteniendo la prueba firmemente mostrando el resultado de frente caminando lentamente y su mirada en el suelo estupefacta terminando delante mío, estiró sus brazos temblorosamente mostrándome la prueba aun con la cabeza agachada en silencio absoluto.

—Positivo.

Al escucharme Fátima dejó caer la prueba seguido de bajar los brazos completamente atónita, comprendiendo la situación y cómo se sentía ella me le acerqué, la abracé fuertemente, levanté su mirada y le dije mirándole a los ojos:

—Voy a estar contigo, no huiré, no te abandonaré, saldremos de esta juntos, asumiré la responsabilidad y me quedaré a tu lado, serán la razón por la cual cada día me esfuerce más para poder darle una calidad de vida digna para ustedes, trabajare duro por el bien de ustedes, ahora ya no solo somos tu y yo, ya viene alguien más no quiero que te derrumbes ahora porque es por ti por quien vivo y viviré porque sin ti yo me muero, te amo Fátima y siempre te amare, no quiero que lo olvides pues a tu lado siempre estaré.

Al escucharme Fátima entró en llanto abrazándome fuertemente, me aferre a ella entre lágrimas por la noticia que acababa de recibir, aunque es demasiado pronto para nuestra edad nunca estaremos listos para ser padres, no hay una edad para serlo porque nadie nace sabiendo ser papá o mamá, todos aprendemos con el pasar del tiempo, no hay un diploma o escuela que te enseñe a serlo. Cuando llegaron sus padres les dimos la noticia, luego al día siguiente les dijimos a los míos, no paso más allá de gritos y reclamos por ambas partes, pero con el pasar del tiempo se acostumbraron y se encariñaron de cómo iba creciendo la barriga de Fátima, también le di la noticia a mi mejor amiga Karen pero no recibí respuesta de ella incluso le llame pero no respondió, después de eso terminamos viviendo juntos en la casa que dejó mi abuelo a mi nombre como herencia el día en que se fue a vivir a otro país con su enamorada, y nos casamos tres meses después de que salió embarazada, éramos oficialmente marido y mujer, por mi parte fue un fastidio tener que lidiar con sus antojos ya que no eran normales, se le antojaba cada cosa extraña que era difícil de conseguir y a veces tenía antojos a las tres de la madrugada y tenía que salir a conseguirlo o si no se ponía de mal humor, también era muy incómodo que siempre se levantaba a ir al baño mientras dormíamos, iba cada 10 minutos, pero a pesar de todo eso disfrute el embarazo ver como su barriga crecía cada vez más y más al punto de ver cómo se movía el bebé me enamoraba sentir sus pataditas y de cómo se movía cuando le hablaba, había conseguido trabajo en una empresa que se dedicaba a la electrónica, me pagaban bien a parte del ingreso extra que ganaba reparando aparatos electrónicos, me iba bien, trabajaba de turno rotativo es decir cada semana iba de un turno diferente, una semana de día una de tarde y una de noche y así sucesivamente, Fátima por su parte vendía las pinturas que había hecho a un coleccionista y eso era otro ingreso más, nos iba muy bien económicamente a pesar de no tener títulos universitarios, con lo que ganaba yo gastaba en cosas que pudiera necesitar el bebé y preparando las cosas para su llegada mientras que Fátima con lo que ganaba lo guardaba en una pequeña caja fuerte que había comprado para emergencias o para comprarse un antojo que tuviera por si yo no estaba. Y así continuó el embarazo hasta que dio a luz el día 15 de septiembre de 2017 a las 8:30 am, yo ese día descansaba del trabajo cuando Fátima comenzó con los dolores, primero fueron leves hasta que se intensificaron y tuve que llevarla al hospital, llegamos y la atendieron rápidamente mientras yo espere en el pasillo pacientemente, esperé por horas hasta que el doctor salió.

—¿Usted es el esposo de Fátima?

—Si, soy yo

—Puede pasar, su bebé ya nació

Entre a la habitación y vi a mi amada esposa sentada en la cama y en sus brazos al bebé que hemos estado esperando por nueve meses por fin había nacido, dormido completamente envuelto en una cobija color rosa y me les acerqué.

—Hola amor. —dijo ella

—Mira a nuestra bebé, es una hermosa niña. —decía entre lágrimas de felicidad

—Es hermosa como tú. —respondí asombrado

—¿Quieres cargarla? —me preguntó

—No quisiera despertarla.

—Vamos carga a tu hija. —insistió

—Está bien.

Cargué a mi hija en mis brazos, la vi y unas lágrimas se me salieron de la felicidad al ver a semejante criatura, dormida y recién bañada con un agradable olor a perfume de bebé, la abracé y le di un beso en la frente.

—No te conozco y tú tampoco me conoces aun, pero ya te has ganado mi corazón. —le dije a la pequeña criatura que reposaba en mis brazos

Luego de unos momentos llegaron mis padres, entraron y vieron a la niña que tanto amaban sin siquiera haberla conocido, la observaron y la cargaron y luego de unos minutos nos preguntaron como la llamaríamos y ambos respondimos.

—Aylin.

En los días siguientes dieron de alta a Fátima del hospital junto con nuestra bebé ya que nació completamente sana, llegamos a casa y pusimos a Aylin en su cuna debido para que pudiera dormir tranquila y sin ningún ruido del exterior, llame a Karen para darle la noticia de que mi hija ya había nacido pero de nuevo no hubo respuesta, le pregunte a mi esposa si sabía algo al respecto, dijo que no sabía nada y que tenía meses que no hablaba con ella, el último mensaje que recuerda de ella decía que nos deseaba una vida feliz seguido de un adiós, al instante sospeche de eso y a que Karen nunca se despediría con un adiós, aunque suene ridículo a Karen no le gusta decir adiós ya que para ella significaba que nunca se volverían a ver o que era un adiós definitivo, preferiría decir “Hasta pronto”, “Chao” o “Nos vemos luego”. Al día siguiente fui a visitarla a casa de su abuela y me abrió un anciano desconocido, me dijo que su abuela había salido un momento de compras, yo estaba muy confundido ya que no sabía quién era él y antes de preguntarle me dijo que él era su amante ya que me vio con cara de duda, también dijo que su nieta Karen ya no vivía con ella, se independizo y ahora vivía en una casa que ella estaba rentando, me pasó su dirección y me describió la casa donde vivía, era una casa pequeña de un piso color marrón con protectores en las ventanas de color blanco y macetas en la entrada. Fui hasta allí y al llegar revisa bien la dirección y la descripción que me dio el anciano, toque la puerta por varios minutos y no salió nadie, revise por las ventanas para ver si estaba bien o que le haya pasado algo y por eso no pudiera abrir pero no logre ver nada, me quede afuera un rato más tratando de localizarla con mi celular, le mandé mensaje y la llamé varias veces pero mis esfuerzos fueron en vano y después de pensarlo muchas veces de llamar a la policía para iniciar una búsqueda opte por no decir nada, quise pensar que a lo mejor estaba ocupada o no tenía teléfono debido a que ya se independizo así que regresé a casa.

Después de llegar a casa mi esposa me pregunto cómo me había ido, que si había hablado con ella y como estaba, le dije que no la pude encontrar, que al parecer se había ido a vivir sola y que había ido a buscarla a su nuevo hogar pero que no había tenido suerte en encontrarla, Fátima solo se quedó pensado tratando de averiguar donde pudiera estar. Y así pasaron los años sin recibir señales de Karen, mi hija Aylin ya tenía tres años y se le definieron más sus rasgos, la forma de sus ojos los tenía como su madre redondos y grandes pero tenía los ojos de color azul como los míos y el cabello lacio como su madre pero el color oscuro casi negro como el mío, piel clara y los labios de su madre, era una niña hermosa a pesar de haber pasado tantos años aun no podía creer que fuera mi hija, y después de esos felices y hermosos años viviendo en calma…El infierno comenzó.

Un miércoles iba a ir a trabajar en el turno nocturno, la entrada era a las 10:30 pm ya estaba listo y cenado para irme solo que me sobraba unos minutos y me dispuse a aprovecharlos conviviendo con mi familia, cuando llego la hora de irme me despedí de mi familia, mi esposa me acompaño a la puerta mientras que Aylin se quedó en la sala jugando con sus muñecas, Fátima me dio mi almuerzo y me persignó y me dio un beso en la frente, yo le dije que la vería en la mañana pues yo salía a las 7:00 am le di un beso también y me fui. Tomé la ruta normal para alcanzar la parada del transporte que me llevaría al trabajo pero hubo un percance debido a que en la calle que lleva directo a la parada del transporte por la cual yo siempre iba había un agujero puesto con señales de no pasar, conos y desviaciones, ya que unos trabajadores estaban laborando en las tuberías del drenaje para hacerlas más amplias ocasionando un bloqueo, así que sin más remedio tuve que tomar un ruta alterna para llegar a mi destino, gire a la izquierda y tuve que atravesar un callejón que me llevaría del otro lado de la calle por la cual estaba bloqueada para llegar más rápido, pero el problema de esta es que estaba muy obscuro y casi no transitaban peatones así que me dispuse a cruzar lo más rápido que pude por cualquier cosa y a solo unos metros de atravesar el callejón obscuro…*Golpe*…sentí un golpe en la nuca que me dejo inconsciente, solo sentí el golpe y después nada, mi visión se oscureció por completo cayendo al suelo.

Abrí los ojos lentamente mientras escuchaba a una mujer gemir muy cerca de mí, tenía la mirada viendo mi estómago amarrado a una silla de madera, pero aún no estaba consciente de lo que pasaba, veía borroso, los gemidos eran más intensos y por alguna razón sentía mi pene húmedo y erecto, levante la mirada poco a poco y cuando mire al frente vi a Karen completamente desnuda encima de mí, violándome, fue ahí cuando reaccioné.

—¿Karen?

—Hola querido por fin despiertas. (Risas)

—¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿Y porque estas encima mío? —decía eso tratando de zafarme

—Discúlpame por despertare así pero ya no pude aguantar más, deseaba tanto esto que no lo pude evitar.

—¡¡Quítate de encima y suéltame!! ¡¡¿Dónde está mi familia?!! ¡¡¿Que les hiciste?!!

—No les hice nada, ellas están bien, esa idiota debe estar buscándote como loca desesperadamente. —ríe

—¡¡Suéltame!!

Grite y grite pero nadie podía oírme y Karen continúo violándome hasta que se hartó, cuando termino se vistió y se fue dejándome atado y completamente desnudo, me sentía terrible y sucio porque había tenido relaciones con otra mujer que no era mi esposa y entre llantos me lamentaba por eso aunque no fuera mi culpa. Luego de unos momentos Karen regresó con varios instrumentos de tortura improvisados, entre ellos había un látigo corto de cuero, una llave stilson de 36 pulgadas, navajas, cuchillos, unas pinzas, cadenas, alambres con púas y envases de medicamentos sin etiquetas ni nombres y otros instrumentos que no puedo recordar.

—¿Qué vas a hacer con eso?

—Que te imaginas.

—Voy a castigarte por ser tan egoísta conmigo, a pesar de que siempre estuve contigo y apoyándote, siendo tu única amiga y así me lo pagas, besándote y revolcándote con una puta que acababas de conocer, todo este tiempo lo he estado planeando.

—Pero no te preocupes no voy a matarte, voy a hacer que me ames por las malas, he aprendido a como lastimarte sin matarte.

—Así que por eso no contestabas.

—Me he estado preparando con ayuda de mis contactos, gente que si me aprecia y valora como tú debiste hacerlo.

—¿Por qué haces esto Karen? Le pegunte con miedo a su respuesta

—¿Y aun así preguntas por qué?

—Porque he estado todos estos años esperando por ti, a que me correspondieras a que me amaras y todos estoy años lo intenté y justo cuando tuve la oportunidad de decírtelo y me armé de valor, ¿y qué fue lo que hiciste? ¡¡te enamoraste de UNA PERRA DE LA QUE SOLO TENIAS DIAS DE CONOCER!! ¡¡¡DIAS!!! ¡¡¡ASI QUE NO IBA A DEJAR QUE ESA HIJA DE PUTA ME ROBARA A MI HOMBRE AL QUE TENGO AÑOS DE CONOCER!!! ¡¡Y ESA PUTA VIENE Y ME LO QUITA!! ¡PUTA! ¡PUTA! ¡PUTA! ¡¡TODO ES TU CULPA POR NO DARTE CUENTA ANTES!!

Seguido de eso toma la llave stilson y golpea fuertemente en mi mano derecha que estaba amarrado al descansabrazo de la silla, destrozándolo completamente, mi mano hinchada y ensangrentada con los huesos completamente rotos y mis dedos se doblaron de una forma que pensaba que no podían hacerlo, grite fuertemente del dolor, Karen se acercó a observarla.

—Creo que me pase un poco, creo que tendré que removerla.

Toma un serrucho y empieza a cortar mi mano sin ningún tipo de anestesia, la sangre brotando a chorros y yo gritando de tan agonizante dolor, cortaba y cortaba hasta que no pudo más pues el serrucho se había atascado con mi hueso, intentó sacarla pero no pudo así que optó por tirar más fuerte para sacarlo mientras que no podía soportar el dolor, el serrucho finalmente salió y mi mano quedo colgando de mi muñeca debido al corte agresivo que hizo al desatascarla, tomo mi mano y de un fuerte jalón la arrancó, el dolor fue tanto que no pude más y me desmayé.

Cuando desperté ya no sentía dolor ahora estaba en la cama amarrado en esa misma habitación un cuarto cerrado sin ninguna ventana, observé la habitación para encontrar desesperanzado una salida pero no pude ver nada la habitación era 4x3 solo estaba la cama en la que estaba sentado pegada a la esquina superior izquierda, la silla de madera donde fui torturado pegada en medio de la pared, en la esquina superior derecha estaba una mesa de metal con cajones de metal debajo de esta y con los instrumentos de tortura encima que en ese momento no estaban, en la esquina inferior derecha seguido de la mesa de metal estaba un lavamanos y un retrete completamente funcional, el foco en colgando en medio de la habitación con una pobre iluminación, una puerta de madera laminada en medio de la pared viendo de frente la silla de madera, en medio de la habitación, en el suelo había un desagüe y un televisor CRT encima de unas cajas de madera viendo a la cama pero no pude visualizar nada, no tenía la noción del tiempo, no sabía si ya habían pasado días o solo unas horas no había ninguna fuente de luz a excepción de un solo foco que iluminaba débilmente aquel horrible lugar donde yacía prisionero, me di cuenta de que mi mano derecha ya no estaba ni parte de mi muñeca, el lugar donde debía estar mi mano solo estaba envuelto en vendas, me la habían amputado, me asusté y lloré quería regresar a casa quería volver con mi esposa y mi hija, lloraba mientras decía sus nombres y pensando en si las volvería a ver mientras recordaba sus rostros y todos los momentos que vivimos juntos, forceje desesperadamente para tratar de liberarme, use la fricción de las cuerdas con el respaldo de madera de la cama para liberarme de mis ataduras la verdad no pensaba que funcionaria y cuando sentí el tirón y aligeramiento en mi mano izquierda me gire y vi que lo había conseguido las ataduras ligeramente quemadas por la fricción hizo que las ataduras se desgastaran así que continúe desatando mis pies con una sola mano, desaté mi pie derecho y luego el izquierdo, cuando lo conseguí un sentimiento de felicidad me abundo al fin podría escapar y volver con mi familia, pero había un problema, la puerta de la habitación estaba cerrada pero para mi suerte los instrumento de tortura estaban sobre la mesa y busque algo que pudiera forzar la cerradura, tomé una aguja y una pequeña navaja e hice palanca con la aguja hasta que se escuchó un “clic”, lo había logrado no podía creerlo, abrí la puerta y al salir había unas escaleras que llevaban hacia arriba, no había nada más que solo las escaleras, las subí y abrí la puerta que estaba al final de subir las escaleras y me di cuenta de que estaba en un sótano debido que al salir de allí me encontré con un pasillo que al ir de lado derecho llevaba a la sala y de lado izquierdo a la cocina, al parecer no había nadie Karen no estaba no tenía idea de donde había ido y tampoco me importaba, aproveche y recorrí la casa un momento en busca de ropa y comida para mi viaje de huida, logre encontrar una mochila y ahí metí comida y otros objetos que me pudieran servir, encontré ropa y me cambie, una vez listo no me lo pensé dos veces y me dirigí a la puerta principal, la abrí y salí solo para darme cuenta de que estaba en medio de la nada mire a todos lados y solo veía pasto, camine hacia el norte y cuando llegue al final del camino me encontré con un acantilado de 37 metros y al fondo había una formación rocosa en el mar, si me tiraba moriría por la caída o por las rocas no había forma de sobrevivir a la caída, regrese a la casa y esta vez camine hacia el sur y al final del camino me encontré lo mismos, regrese y esta vez fui al este y también encontré lo mismo, repetí el proceso esta vez al este y lo encontré lo mismo, buscando la manera salir de ahí tomé un lata de frijoles y la abrí en una roca y vertí los frijoles en la roca dejando una marca para no perderme, seguido de eso me dispuse a caminar por toda la orilla del acantilado, camine y camine y camine por horas hasta que mis piernas me dolían del cansancio hasta que atardeció, seguí caminando por toda la orilla hasta toparme con la roca manchada de frijoles que había dejado y me di cuenta de que todo este tiempo estuve caminando en círculos, no había salida, al parecer está en una meseta sobre el mar en medio de la nada aun no lograba entender cómo, y a punto de marcharme de regreso otra vez sentí un golpe en mi cabeza. Despierto sin camisa atado nuevamente a la silla con la mirada en el respaldo escuchando la voz de Karen decir:

—¿Quién te dijo que podías salir? No recuerdo haberte dado permiso. Todavía que me tomo la molestia de salir a comprar para hacerte algo delicioso para comer ¿y así me lo pagas? ¿fugándote? Otra vez haces lo mismo y me apuñalas por las espalda cuando hago algo por ti, te mereces un castigo y olvídate de la comida que iba a prepararte.

Toma el látigo y comienza a latiguear mi espalda mientras grito del dolor, golpe tras golpe mientras mi espalda se enrojecía, quedando insatisfecha con lo que había hecho tomó el alambre de púas y lo enrollo en el látigo convirtiéndolo en un látigo de púas y continuó golpeándome cada vez con más fuerza, esta vez el dolor era insoportable, las púas rasgando mi piel a cada golpe que hacía mientras la sangre escurría de mis heridas, continuó así por una hora hasta que mi gran parte espalda quedo sin piel rasgado por las púas, podía sentir la carne viva de mi cuerpo palpitar y la sangre corriendo de lo que quedo de mi espalda, Karen toma un pequeño envase pequeño y lo riega sobre la carne viva de lo que alguna vez fue mi espalda, no pude evitar gritar fuertemente del ardor que sentí, me retorcía al sentir el líquido quemarme completamente como si te prendieran fuego, gritaba y me golpeaba fuertemente la cabeza con el respaldo de la silla por un intento de distraer mi mente del dolor y lo único que conseguí fue abrirme la frente hasta que el líquido se vació y corto mis ataduras.

—A ver si así me valoras.

Cerró la puerta y se fue, quede completamente solo sintiendo como mi espalda me quemaba y burbujeaba por ese extraño líquido, trate de levantarme de la silla y torpemente me caí, me arrastre para llegar a la cama y cuando llegue me apoye en ella para tratar de levantarme pero no pude, estaba completamente débil y las piernas me temblaban, solo logre tirar de las sabanas cayendo encima mío y agotado por el dolor de la tortura y de estar en la misma posición en la silla por horas quede inconsciente en el suelo. Cuando abrí los ojos Karen estaba acostada en la cama de lado mío completamente desnuda y comprendí que me había violado mientras estaba inconsciente, me levanto y miro de nuevo mi mano derecha para notar que en efecto ya no había estaba ahí, miro mi cuerpo y noto que está completamente vendado, la espalda ya no me dolía no sentía nada, como si lo de ayer no hubiera pasado, Karen despierta y me mira, se levanta y me dice con una voz tierna:

—Buenos días mi amor, espero que hayas descansado bien ya que estuviste una semana dormido mi osito perezoso.

—¡¿Una semana?! —pensé

Al verme sorprendido me reafirma:

—Si, estuviste tan cansado que te ausentaste una semana completa, pensaba que te habías muerto hasta que revise tu pulso. Espero que ya no te portes mal y seas un buen esposo.

Karen se levanta de la cama y agarra una cubeta debajo de la cama y la lleva al lavabo, al ver que no cabía usa una botella de plástico con un agujero en el costado lo embona, pone la cubeta en el suelo y abre el grifo, el agua pasa por el agujero de la botella y sale por la boquilla de está cayendo en la cubeta, abre uno de los cajones de metal de la mesa y saca un paño y un bote de yogurt vacío y los deja en la cubeta, sale de la habitación un momento y regresa con un jabón, un shampoo y una tina grande, cierra el grifo con la cubeta llena de agua y lo pone a un lado de la tina, me levanta y me dice:

—Es hora de tomarse un baño mi hombre apestoso.

Me levanta y me sienta en la tina, me quita mis vendajes y comienza a regar agua sobre mí con el bote de yogurt empapándome por completo, pone shampoo en mi cabeza mientras comienza a cantarme y yo con la mirada perdida sin gesto alguno pero por dentro estaba molesto con ella por todo lo que había hecho hasta que termino de bañarme, me seco con la toalla y tiro el agua restante por el desagüe que había en la habitación, me puso ropa nueva como si estuviera cambiando a un bebé, sale de nuevo de la habitación y cuando regresa trae un plato de comida, arroz con huevo y trata de darme de comer en la boca pero me rehusé a comer insistió e insistió y seguí negándome hasta que en un arranque de ira golpe su mano haciendo caer la cuchara y me abofeteo varias veces por eso.

—Niño malo te estoy diciendo que no te portes mal o sabes lo que te pasara.

Levanto la cuchara y siguió tratando de darme de comer tome la cuchara nuevamente pero ella la agarro con fuerza para evitar que se la arrebatara, forcejeamos por un momento peleando por la cuchara hasta que por accidente le rasguñe la cara empujando su cara para alejarla, se levantó con la mano en la cara y se la quito dejando ver el rasguño que más bien parecía un cortada en su mejilla, tenía las uñas largas pues no me las había cortado desde que me secuestró, rápidamente sacó una jeringa que tenía guardada en el tobillo y me lo clava en la pierna, la retire rápidamente y me abalance sobre ella para caer inconsciente. Desperté y estaba amarrado a la silla con mi mano izquierda atada al antebrazo y mis pies a atados a las patas de la silla, sabía que algo horrible iba a pasarme, Karen entra con unas pinzas y dice:

—Es hora de cortarte esas uñas niño mal educado, ¿no te enseñaron que el rostro de una mujer es muy importante como para ser dañado? y más por un hombre, ahora toca el castigo.

Karen se me acerca y pone un pañuelo en mi boca, toma mi dedo índice de mi mano izquierda y con las pinzas toma mi uña y comienza a tirar de ella mientras me quejaba del dolor, continuo tirando y  tirando hasta que la uña se desprendió de mi dedo brotando la sangre y la uña escurriéndola fuertes gritos ahogados salieron de mí mientras mordía fuertemente el pañuelo del dolor, pone la uña en un recipiente pequeño de aluminio y continua con el siguiente dedo, tira y tira y nuevamente sale la uña y de ella la sangre y así siguió con los demás dedos, el anular, el meñique y al final el pulgar, no conforme con eso siguió con los pies, retiro los calcetines y comenzó con mi pie derecho a tirar de la uña del dedo gordo y fue la uña que más tiempo tardo ya que era gruesa y tenía poco espacio para agarrarla ya que estaba casi pegado al dedo ocasionándome cortes y pellizcos en dicho dedo, tira de él hasta que desafortunadamente se partió a la mitad quedando una parte enterada en la carne viva donde estuvo la otra mitad de la uña, como las pinzas eran demasiado gruesas como para retirar la mitad restante de la uña en su lugar toma unas pinzas de corte y comenzó a cortarlo pedazo por pedazo llevándose pedazos de carne viva de mi pie empapando mi dedo en sangre y retorciéndome del dolor moviéndome bruscamente hasta que terminó y siguió con los demás. Terminando con mi pie derecho siguió con el dedo gordo del pie izquierdo y justo como paso con mi pie derecho este también se partió pero en forma diagonal, el pedazo de uña que sobresalía del pie quedo expuesto dando la oportunidad a Karen de tener un mejor agarre con las pinzas, no se lo pensó dos veces y jaló con todas sus fuerzas de las pinzas no solo retirando la uña sino que también desprendiendo parte la piel ya que la uña estaba pegada a su base de donde crecía mientras gritaba y apretaba fuertemente los dientes con el pañuelo y sostenía fuertemente mi mano al descansabrazos, lo apreté tanto que la sangre salía nueva mente de donde solían estar mis uñas. Al finalizar vertió una vez más el líquido en mis dedos de los pies y de mi mano izquierda reanudando mi sufrimiento al tal ardiente dolor.

—Espero que aprendas de tus acciones. —exclamó

Continuaron los días y Karen seguía torturándome de maneras impensables, me golpeaba, me cortaba y mutilaba los dedos de mis pies, reabría heridas que ya habían sanado para volverlas a curar y volverlas a abrir, mi cabello se volvió blanco por las canas del estrés, a excepción de la parte superior del cabello que conservaba mi tono oscuro original. Intente defenderme varias veces de ella, pero debido a la falta de alimentación y ejercicio me debilité, ese fue su plan desde el principio debilitarme para que no me pudiera defender, viví un infierno en aquella habitación que termine perdiendo mi humanidad y la locura se apoderaba cada vez más de mí, sin salida, sin esperanza completamente desamparado, solo era un objeto para ella, cada vez que entraba por esa puerta 3 veces al día el terror me inundaba pues sabía que no pasaría nada bueno, me violaba, me torturaba, me aterraba su presencia, la última vez que entró tuvimos relaciones sexuales, luego me trato cariñosamente después de hacerlo y cuando me quede dormido se fue.

Después de eso paso el tiempo y Karen me mantuvo encerrado por horas, días, semanas encerrado en esa maldita habitación sin señales de ella, no volvió más por esa puerta, hacía tiempo que dejé de pensar en mi familia pues seguramente ya me habrían dado por muerto, ya no recordaba sus rostros ni sus nombres, no sabía cuánto tiempo he estado aquí pero ya no me importaba, ya había perdido completamente la razón y comencé a ver a Karen como mi único amor, mi única esperanza y razón de sobrevivir. Llegué a tomarle la palabra de lo que lo que hacía lo hacía por amor, desde que se fue comencé a extrañarla y lloraba por ella, imploraba por su regreso incluso me pegaba a la puerta a gritar su nombre, pero no hubo respuesta, me tiré al suelo a llorar y me deprimí abrazando la soledad.

Desperté y ella estaba allí besándome mientras dormía, se sorprendió cuando le respondí el beso y le dije amorosamente:

—Te extrañe, por favor no me vuelvas a abandonar.

—Amor mío por fin me quieres —respondió entusiasmada

—Me dije que si en unas horas no volvías me iba a matar.

—No vuelvas a pensar en eso no te voy a abandonar, solo fui por provisiones no muy lejos de aquí.

—Tardaste mucho. Le conteste abrazándola fuertemente

—Ya no llores ya estoy aquí, estoy tan feliz de que al fin me ames.

Comencé a besarla apasionadamente hasta que la cosa se calentó y comenzamos a hacerlo desenfrenadamente y todo mi estrés culminó dentro de ella, estaba satisfecho, ambos agotados y jadeando, quedándonos dormidos.

Me desperté agresivamente ya que escuchaba a Karen gritar, me levante y la puerta de la habitación estaba abierta y salí corriendo, llegue a la planta principal y los gritos se intensificaron y esta vez escuche a alguien más de afuera, me di cuenta de que estaba desnudo y entre a la habitación donde tome la mochila la última vez que salí, tome una playera gris, unos pantalones negros y unos tenis azul con blanco y me los puse, salí de esa habitación a ver lo que pasaba cuando escuche:

—¡Policía municipal abra la puerta está bajo arresto!

—¡¡VAYANSE A LA MIERDA!!

Derribaron la puerta y pude ver como entraron tres policías, el primero murió de un tiro a la cabeza por Karen que estaba armada escondida detrás del sofá, me sorprendí al verlo que vomité y me pregunte de donde había sacado el arma, tan elaborado era su plan que había adquirido armas, por un momento pensé que era lógico ya que estuvo varios años ausente desde la última vez que la vi, un policía se puso a cubierto en la casa y el otro se quedó afuera hasta que el que entró me vio en la cocina y disparó, rápidamente me oculte pero la bala impactó en un soporte donde había botellas de vidrio puestos en una tabla de madera, la tabla cayó y las botellas de vidrio cayeron, uno en específico cayó sobre mí, solo alcance a cubrirme los ojos y el líquido se derramó sobre mi cara provocando graves quemaduras en mi boca, barbilla y cuello.

Grite fuertemente retorciéndome del dolor hasta que no pude gritar más, mi garganta se cerró repentinamente y no podía hablar, al parecer una gota debió entrar en mi garganta, comencé a escupir para no tragarla, gritaba y trataba de hablar pero no producía ningún sonido, el policía salió de cubierto y fue por mi para capturarme bajando la guardia, Karen corre tras él y le dispara matándolo cuando el policía que estaba afuera entra y dispara con una escopeta a Karen y yo en un movimiento rápido la protejo apartándola impactando en mi antebrazo derecho haciéndolo volar por los aires quedando solo mi hombro y parte del brazo, lo sujeto fuertemente para evitar desangrarme, Karen me quita el cinturón y lo ata para evitar que la sangre siga saliendo mientras se encarga del policía restante, me levanto y me dirijo a una habitación a buscar un kit de primeros auxilios para intentar curarme cuando escucho los disparos de Karen y el policía tiroteándose. Busco por las habitaciones y en una de ellas encuentro un baúl, rompo el candado, lo abro y encuentro una espada gladius, un botiquín y brazales de cuero ya ni siquiera me pregunte el porqué de la espada, tuve una idea en ese momento así que recogí todo y corrí a la habitación donde estuve encerrado, tomo la llave stilson y a golpes le quito la empuñadura a la espada dejando solamente la hoja, abro el botiquín y contenía vendajes, un antiséptico, una jeringa de anestesia, alcohol, algodón y unos analgésicos, me inyecto la jeringa en lo que quedo de mi brazo derecho y en lo que espero a que haga efecto rocío la espiga de la hoja con alcohol para desinfectarla y lo limpio con el algodón, continuamente clavo la espiga de la hoja en mi brazo amputado creando una prótesis de espada, me pongo el antiséptico y lo envuelvo en los vendajes, salgo de la habitación para regresar a donde encontré la ropa y busco algo más para ponerme y encuentro una sudadera azul marino con capucha y me la pongo, cubro mi cara quemada con una bufanda pasamontañas negro que había encontrado en un cajón y me cubro la cabeza con la capucha de la sudadera, al salir vi que Karen salió corriendo de la casa sosteniendo su brazo izquierdo con la mano derecha y la pistola dejando un rastro de sangre y asumí que el policía la había herido, intente seguirla pero el disparo de un arma impactando en la pared me detuvo así que me puse a cubierto, al parecer Karen había logrado burlar al policía logrando escapar, el otro policía me había acorralado estaba en desventaja debido a que tenía un arma cuerpo a cuerpo y él una a distancia si me le acercaba me mataría así que me dispuse a buscar opciones hasta que vi el cadáver del policía que Karen mató en la cocina, me acerque rápidamente y tome la pistola, era una Browning GP-35, solo tenía diez balas así que revise el cuerpo y tomé un cartucho extra para estar seguro, ahora estábamos parejos, el policía se acerca y al ver que estoy armado retrocede y doy un disparo de advertencia y el policía se esconde en la pared del pasillo que lleva a la sala, disparo tres veces y abro la ventana de la cocina para salir, salgo y rodeo la casa para entrar de nuevo y ver al policía dirigiéndose a la cocina, aprovecho y le disparo cuarto veces hasta que cae al suelo y me aseguro de matarlo disparándole en la cabeza cuando de repente alguien me toma por la espalda y me coloca un saco en la cabeza gritando.

—Lo encontré, esta adentro.

Sabía lo que iba a pasar y para evitarlo clavo la espada en su pie logrando zafarme, retiro el saco de mi cabeza y a su vez cortarle el estómago de un tajo horizontal y finalizo clavándole la espada en su abdomen matándolo al instante, mire a mi atacante y este no era un policía, era diferente, estaba vestido completamente de negro con una máscara de cerdo, cuando escuche paso provenir de afuera y deduje que eran los refuerzos así que me pongo a cubierto a la pared, recargo el arma y por la ventana veo que pasan dos hombres más, uno tenía una máscara de mono y el otro de tortuga y justo cuando veo pasar al tipo de la máscara de tortuga atravieso la ventana abalanzándome sobre él y atravesando su cuello con la espada, el otro tipo que había entrado a la casa sale y dispara con un subfusil mp5, uso al tipo que había matado como escudo humano y le disparo en la mano obligándolo a tirar el arma, rápidamente saca un cuchillo y se abalanza sobre mi tirando mi arma, el arriba de mi con su pie sosteniendo la espada en el suelo intentando clavarme el cuchillo, forcejeo con él pero como tengo poca fuerza en la mano izquierda termina por enterrar el cuchillo en mi ojo derecho, grito del dolor y del coraje lo pateo en los genitales, retira su pie de la espada y se clavó en un costado atravesándolo saliendo la punta de la espada del otro lado de su cuerpo acabando con su vida, retiro el cuchillo de mi ojo cuidadosamente mientras salpicaba sangre, me quejo del dolor y corro al baño de la casa para atenderme limpio la sangre con agua y me coloco un apósito del botiquín que había utilizado y lo cubro con un pedazo de mi playera y tomo unos analgésicos, después de tratarme me siento un momento en el sofá, lagrimas comenzaron a salir de mi por todo lo sucedido hasta que escuche a alguien decir mi nombre, me gire y vi dos personas detrás mío, una mujer y una niña.

—¿Aun no nos has olvidado verdead? Nos tienes tan preocupadas seguimos esperando tu regreso, no hay día en que esta niña pregunte por su padre al igual que yo no hay día que no llore tu perdida aheleando que regreses, no te rindas, esperamos por ti.

Se dieron media vuelta y caminaron para desvanecerse al horizonte, extendí mi mano izquierda tratando de alcanzarlas mientras lloraba, en ese momento entendí que mi familia no había perdido la esperanza de encontrarme y fue en ese momento que recupere la cordura, tome la pistola nuevamente, me levanté y corrí siguiendo el rastro de sangre que Karen dejo al huir hasta llegar a una cueva cuesta abajo, entre y a lo lejos podía ver una luz, atravesé la cueva y salí a la costa fue entonces donde me di cuenta que la cueva era la forma en la que Karen salía de la isla y regresaba, con razón no había forma de poder ver esa cueva ya que la vez que me escape recorrí toda la orilla de la meseta y la cueva se encontraba en medio al sureste, fácilmente podía confundirlo con una formación natural de rocas si lo veía a lo lejos no había forma de identificarlo a simple vista. Al salir de la cueva me encontré con varios cadáveres de policías, eran alrededor de cinco y en la orilla del mar estaba el barco en el que llegaron los policías, me subí al barco y tirado en el timón estaba un policía herido.

—No me mates, ya no estoy dispuesto a pelear. —dijo el policía asustado

Dejo el arma en el suelo y levanto mi brazo sano y la espada hacia arriba dándole a entender de que no voy a lastimarlo. Intento comunicarme con él a base de señas diciéndole que me saque de aquí.

—¿Qué pasa? ¿No puedes hablar?

—*Niego con la cabeza y le muestro mi cara*

—Oh ya veo porque

A parecer el líquido que me cayó en la cara me había desaparecido mis labios dejándose ver solo los dientes, le pregunté qué había pasado mediante señas pero no pudo entenderme, el policía saca su celular y me pide que escriba en él y yo accedí y le pregunte nuevamente.

—¿Qué paso aquí?

—Unos tipos enmascarados llegaron en una lancha y nos atacaron, como puedes ver soy el único que sobrevivió.

—¿Viste a una chica con ellos?

—Si, es a la que venimos a buscar, se fue con ellos, creo que eran cómplices.

Después de escuchar lo que dijo me puse a pensar en los hechos, mientras estaba dormido los policías llegaron a la casa para atrapar a Karen y en algún momento al sentirse acorralada de alguna forma llamó a los refuerzos, consiguió tiempo para que llegaran y mientras yo me preparaba para pelear debieron avisarle de que ya habían llegado y se dio a la fuga y cuando llegó debió mandar a unos de ellos por mí pero no se esperó a que me deshiciera de ellos y sobre eso la verdad pensaba que moriría nunca había usado un arma no sabía que era tan bueno con la izquierda. Continúe y le escribí al policía.

—¿Puedes sacarnos de aquí?

—Puedo hacerlo pero primero necesito que me ayudes a atender mi herida en la pierna, ¿tienes algo que pueda ayudarme?

—Si, pero tengo que volver a la casa.

—Te esperare.

Regrese a la casa y busque como loco cualquier cosa que pudiera ayudarle pero no encontré casi nada, solo encontré unas pocas vendas y los analgésicos que había tomado antes aunque quedaban pocos servirían, regresé a la costa y atendí al policía como pude, una vez que los analgésicos le hicieron efecto encendió el barco y por fin salimos de horrendo lugar y pude darme cuenta al navegar que el lugar donde estaba era una especie de meseta en una isla en algún lugar del golfo de México y durante el viaje le pregunte al policía por medio de mensaje de texto desde su teléfono celular.

—¿Cómo nos encontraron?

—La verdad no tengo idea, solo soy un oficial encargado de manejar el bote, los que se encargaron de eso fueron los detectives de la agencia pero escuche por medio de unos compañeros que habían seguido la señal de un teléfono celular pero no sé de cual, es todo lo que se.

No le pregunte nada más y me puse a pensar, pudo ser el mío pero no estaba seguro ya que no lo volví a ver cuando me raptaron y la vez que intente escapar por más que lo busque no lo encontré ni las cosas que traía la última vez que salí de casa y pensé que pudo a ver sido el de Karen ya que como deduje anteriormente de alguna forma pidió refuerzos y debió ser el de ella lo más seguro, no le di tantas vueltas así que mientras esperaba a llegar a tierra me dormí un rato. El policía me despertó ya que habíamos llegado.

—¿Dónde estamos? —pregunté

—Tamaulipas

—Debo llegar a Monterrey

—Solo puedo dejarte aquí ya que este barco tiene un chip de rastreo y me meteré en problemas si te llevo hasta allá y no puedo llevarte al departamento de policía ya que descubrirían que participaste en el ataque, parece que tendrás que llegar por tu cuenta, pero no te preocupes te ayudare, conozco a alguien que puede llevarte se llama Ernesto tiene un pequeño bote que puede llevarte a Monterrey por el Rio bravo, vive escondido en la playa Costa Azul no muy lejos de aquí, le gusta pescar mariscos a las orillas del mar.

—¿Cómo llego allá?

—Podrías recorrer toda la orilla del mar hasta allá ya que no está lejos, pero no te lo recomiendo ya que es un área publica y si te vas así llamaras la atención, te recomiendo que rodees la playa para evitar la gente y te vayas hacia la derecha por el Río Bravo hasta que llegues al mar, su casa se encuentra allí así que lo veras fácilmente, dile que vas de parte de Roberto Alvarez.

—A por cierto, conozco a alguien que puede ayudarte con tu voz, toma te servirá para comunicarte con Ernesto, te recomiendo que vayas primero con él.

Roberto saca un papel y lápiz y escribe algo en él y después me lo da, el papel decía: “De parte de Roberto Alvarez (Op. Síntesis de voz)”, al reverso del papel decía la dirección: “Heroica Matamoros, Camino Vecinal a mano derecha por el camino de tierra #555”.

—Gracias por la ayuda.

—Toma, te dejo también mi número por si necesitas algo más.

Le devolví el celular y me marché rumbo a la dirección que me dio. Me las arregle para llegar, me cubrí la espada con la manga de la sudadera ya que no podía quitármela y así pasé de incognito, llegue al lugar y toque la puerta, se abrió una pequeña ventanilla y un hombre asomo los ojos.

—¿Quién eres?

—*Le muestro el papel*

Cierra la ventanilla y escucho como quita los candados de la puerta para finalmente abrirla y devolverme el papel.

—Pasa, al fondo a la derecha.

Entro y el lugar era muy sombrío había personas de la tercera edad y mujeres con sus niños sentados en una sala de espera, la luz del lugar era verde y no demostraba mucha confianza ya que el lugar estaba descuidado, me dirigí al lugar que me indico el guardia y al cruzar el pasillo escuchaba gritos de dolor y lamentos de las habitaciones laterales, llegue al lugar y toque.

—Pasa por favor.

Esperaba ver un doctor o algo así pero el tipo que me atendió no parecía uno, era calvo y llevaba una chaqueta de cuero marrón, unos pantalones rasgados, botas de casquillo y en sus manos tenía guantes de nitrilo. Y la habitación era pequeña, de lado izquierdo estaba el escritorio donde él estaba sentado y tenía una computadora vieja con Windows XP, tenía estanterías con medicamento y herramientas médicas, había radiografías de la parte del cuello y del cerebro, de lado derecho estaba una mesa de madera con un edredón encima y una almohada y a lado una lampara medica apuntando hacía la mesa.

—Que se le ofrece.

—*Le doy el papel*

—Hmm, ok quítese eso de la cara y recuéstese en la camilla por favor.

Me recuesto en la mesa de madera con la lampara apuntándome mientras que el tipo busca medicamentos y herramientas en las estanterías, prepara una jeringa y luego se me acerca.

—Tranquilícese señor usted no va a sentir nada y cuando despierte se sentirá mejor.

Lentamente mis ojos comienzan a cerrarse y quedo inconsciente. Después de unas horas abro los ojos:

—¿Qué pasó? ¿Eh? …Mi voz…pero…

Por fin pude hablar pero al contrario de lo que esperaba era diferente, no escuché mi voz normalmente sino que la escuchaba como si estuviera hablando por teléfono o por medio de un megáfono o bocina.

—Parece que ya se dio cuenta de lo que hicimos pero de todos modos le tengo buenas y malas noticias.

—Las malas son de que sus labios sufrieron graves quemaduras irreversibles por alguna sustancia corrosiva lo cual provoco que se carcomieran hasta desaparecer por completo, aunque pudiéramos reparar su garganta no había manera posible de que pudiera hablar.

—Las buenas son como ya se dio cuenta fue abrirle la garganta para conectarle un sintetizador de voz en los pliegues vocales inferiores con unos cables forrados con un protector impermeable, los cables reciben las vibraciones de los repliegues que producen los sonidos tonares, sonoros, vocales y semivocales y los transmite a un chip que se encarga de traducir dichas vibraciones para que suene parecido a su voz para después emitirlos mediante la bocina, y de todos modos le reparamos la garganta para que pueda comer y beber, también atendí tu ojo solo no vayas a quitarte el parche que te puse y de paso arreglé el funcionamiento de esa espada, no sé por qué lo tenías pero debió ser por algo así que lo mejoré conectándolo a un cuenco de acero inoxidable con una llave de rosca para que se ajuste a tu muñón y una vaina para la espada guardada en un estuche rectangular para que no sea vea sospechoso, solo debes espera a que cicatrice la herida para poder usarlo.

—En verdad le agradezco mucho por la ayuda.

—De nada y no se preocupe por pagarme, Roberto se encargará de eso, ya puede retirarse.

Me puse el pasamontañas de nuevo y abandoné el lugar con un ojo parchado y el estuche amarrado a mi espalda para dirigirme a mi próximo destino. Ya estaba oscureciendo y al fin logre llegar a la casa de Ernesto, toque la puerta y el salió.

—¿Se te perdió algo? —preguntó confundido

—Vengo de parte de Roberto Alvarez, me dijo que podías ayudarme a regresar a Monterrey con tu bote por el Río bravo.

—¿Qué le pasa a tu voz?

—¿Puedes ayudarme o no? —respondí molesto

—E…está bien cálmate, pero hay un problema, no puedo dejarte exactamente en Monterrey, lo más cerca que puedo dejarte es en el puente internacional Colombia, ahí tendrás que pasar por debajo ahí hay un túnel escondido entre unos matorrales que usan los inmigrantes para pasar al estado, el túnel es largo, saldrás por una loma y solo tienes que caminar derecho y llegaras a una estación de servicio, ahí estarás por tu cuenta.

—De acuerdo.

—Bien subamos al bote.

Subí al bote con él y después de prepararlo nos pusimos en marcha.

Llegamos en la noche para mi estaría mejor ya que en la oscuridad me movería mejor, al llegar Ernesto me detuvo y me dio algunos consejos para que no me descubrieran, me dio un pequeño saco con dinero para los pasajes que llegara a ocupar y por si quisiera comprar algo más y una mochila con comida, ropa y una lámpara.

—Toma esta mochila, tiene ropa, comida y algunas cosas que te podrán ayudar en tu viaje.

—Gracias Ernesto.

—De nada amigo y suerte, espero que regreses a donde perteneces.

Comenzó a remar de lado contrario y se fue mientras que yo me dirigí al túnel debajo del puente, encendí la lámpara y caminé apresuradamente para llegar más rápido pero el trayecto era muy largo, salí del túnel y llegue a la estación de servicio que menciono Ernesto, entre y compre algunas provisiones y aproveche para ponerme la ropa que Ernesto equipó en la mochila en el baño del lugar, la mochila tenía una camisa blanca, pantalón negro y zapatos de vestir pero sin el saco ni corbata, olían a detergente y pensé que la había lavado antes del viaje, también había una bufanda roja y me la puse para que cubriera mi boca dañada, después de salir me dirigí a la carretera a hacer autostop, estuve así por una hora y media luego de que una camioneta pick up blanca se parara.

—¿Vas algún lado muchacho?

—Debo llegar a Monterrey, ¿puede llevarme?

—¿Qué le pasa a tu voz?

Ya me había hartado de la misma pregunta pero tenía que acostumbrarme a ello y pensé que esto pasaría a menudo así que solo le invente una excusa.

—Es un proyecto medico ya que perdí la voz, no soy un robot no te asustes.

—Ok…si claro voy para allá yo también, sube.

Subí a la camioneta y el tipo arrancó, tomó la carretera Monterrey Colombia hasta que llego a una intersección y giro a la derecha tomando la carretera Monterrey Nuevo Laredo y siguió rectó, no había mucho tráfico pero con cada parada en los semáforos y en una parada que hizo para recargar gasolina hacía que el viaje se alargara, paso por Anáhuac, Lampazos de Naranjo y Ciudad de Villaldama y después de unas horas estábamos en Escobedo y luego en San Nicolás de los Garza hasta que alrededor de la 2:30 am llegamos a Monterrey, me bajé en el parque Niños Héroes y busqué algún local de comida para cenar me estaba muriendo de hambre, camine unas calles luego de encontrar un puesto de tacos, después de comer sabía que a esta hora no pasaría ningún autobús así que puse a esperar un taxi a ver si pasaba alguno, luego de esperar algunos minutos comenzaba a pensar que no pasaría ninguno y opté por hospedarme en un hotel para pasar la noche y en la mañana me iría así que busque un hotel. Pedí una habitación en el primer hotel que encontré cerca del lugar de donde llegué, me dieron la habitación 206 me quité los zapatos y me tiré a la cama para quedar profundamente dormido.

Me levanté aproximadamente a las 6:00 am, me puse los zapatos, desayune en el hotel y salí rápidamente, estuve afuera esperando a que pasara un taxi, no tardó mucho en llegar ya que era temprano y había poca gente, subí en él, le di la dirección al taxista y me llevo rápido a mi destino sin problemas.

Me baje en una calle después de pagarle al taxista, camine un poco y enterré todas las cosas que llevaba en un monte incluyendo el estuche con la espada y la mochila, me deshice de todo lo que cargaba, aún tenía puesta la ropa que Ernesto me dejó en la mochila el día anterior y no quise perder tiempo comprando ropa nueva. Continúe caminando, gire a la derecha en una calle y pude ver a lo lejos mi casa, me pare un momento a recordar el tiempo que pase ahí, me abundaron los recuerdos y la nostalgia con mi esposa e hija, imaginaba el momento de nuestro reencuentro luego de tanto tiempo, hacía algo de viento que podía hacer que la manga suelta de mi extremidad ausente y la bufanda ondeara, camine hasta darme cuenta de que alguien estaba afuera esperando así que apresure un poco el paso, a mitad de camino reconocí a esa extraña persona que se acercaba poco a poco desconcertada con lágrimas entre los ojos sin poder creer lo que estaba viendo.

—Adam —decía con la voz entrecortada.

La persona que veía a lo lejos era Fátima mi esposa, al reconocerme corrió hacia mí y me abrazó fuertemente entrando en llanto, se alejó un poco para verme, tomó mi manga suelta y se sorprendió cuando sintió que no había nada allí.

—¿Qué le pasó a tu brazo? —dijo entre lagrimas

—¿Qué fue lo que te hicieron? Creí que ya no volvería a verte, estaba tan preocupada, no sabía que hacer sin ti, te busqué como loca por todas partes y no encontré rastro de ti, sentí que se me salía el alma, quería verte, quería encontrarte pero tenía miedo de cómo te encontraría, si te encontrara muerto y mutilado. —decía eso mientras se aferraba a mí con fuerza negando que fuera una ilusión

Al escucharla se me hacía un nudo en la garganta y sentía que me estrujaban él corazón, no dije una sola palabra quería decirle cuanto la eché de menos y lo preocupado que estaba, quería decirle tantas cosas pero las palabras no me salían, tenía miedo de que escuchara mi voz ya que no era la misma que ella escuchó la última vez, me sentía avergonzado, inseguro de mí, solo cerré mi ojo y una lagrima se me escapó hasta que después de un momento de silencio me arme de valor y le dije.

—Yo también te extrañé.

Me miró sorprendida a lo que acaba de escuchar como si pensara que oyó mal.

—Tu voz… ¿Qué pasó con tu voz? ¿Qué más te hicieron?

—Lamento que tengas que verme así, lo siento mucho.

Toca la bufanda y lentamente la retira hacía abajo dejándose ver mi verdadera forma, completamente anonadada y sin poder creer lo que está viendo comienza a tocar donde alguna vez estuvieron mis labios, mi piel quemada y carcomida recién cicatrizada, lloraba al ver su rostro que en sus ojos presenciaba ver a un monstruo así que cerré nuevamente mi ojo para no seguir viendo su cara, inesperadamente siento sus labios en donde debían estar los míos diciendo.

—No te avergüences amor, no tengas miedo pues aun así te amo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, así lo juramos, te amo y te amaré siempre incluso después de la muerte.

Escuchar esas palabras hizo que se me nublara la vista de las lágrimas que desbordaban de mi ojo entrando en un ahogado llanto del cual solo se conformaba de lágrimas sin ningún sonido al sentir su aceptación a pesar de mi horrible forma, la abrace fuertemente y le dije que la amaba cuando de repente en el fondo escucho:

—¿Papá?

Sorprendentemente mi llanto se interrumpe al escuchar su aguda y dulce voz, la voz de una niña que esperaba que nunca escucharía y de nuevo el miedo se apodero de mí, mi esposa me aceptaba tal y como era, pero mi hija ¿Cómo se lo tomaría? ¿Qué pensaría de su padre?, pero al verla me sorprendí aún más ya que no era la misma, la última vez que la vi era más pequeña, apenas hablaba y aun usaba pañal, ahora era más alta, su cabello largo amarrado hacia atrás tenía un uniforme escolar y una mochila en su espalda, se acercó lentamente confundida.

—¿Eres tú papi?

—  Si hija soy yo, nos soy lo que esperabas pero soy tu papá, volví por ti.

Su cara se llenó de felicidad y corrió velozmente hacía los brazos de su padre.

—¡Papi, papi, papi! ¡eres tú!

—Mírate cuanto has crecido, te ves hermosa, ¿Cuánto tiempo me perdí?

—2 años y medio papá, estaba preparándome para ir a la escuela, es mi primer día.

—No puedo creer que me perdiera tu graduación del jardín de niños, perdóname hija.

—No te preocupes papá, ya estás aquí y estarás cuando me gradúe de primaria.

—Así será hija, te amo.

Le di un fuerte abrazo y pegue mi frente con la de ella, ahora la familia ya estaba reunida, entre a la casa a cambiarme de ropa y fuimos a dejar a Aylin a su primer día de escuela y cuando regresamos a casa Fátima y yo me preparó de almorzar, me miraba tristemente al ver mi manera de comer tenía que moler la comida para poder tragarla, luego de eso nos fuimos a la cama a dormir, me recosté y ella a lado mío abrazándome fuertemente pensando que así no me iría de nuevo, la abrece de vuelta y la miraba mientras dormía, la tome de la mano y la acariciaba, pensaba que debió de haber sufrido mucho por mi supuesta perdida y más porque tenía una niña de la cual cuidar y que en algún momento debía explicar por qué su padre no estaba, todo ese miedo y estrés por fin había acabado para ella, poco a poco cerré los ojos y me dormí profundamente.

Y así recupere mi vida de nuevo, convivía con mi familia para recuperar el tiempo perdido, poco a poco se fueron acostumbrando a mi nueva apariencia y de los cuidados que requería, nos levantábamos temprano para dejar a Aylin a la escuela y yo iba por ella en la salida y de vez en cuando le ayudaba con la tarea, salíamos a pasear los fines de semana y un día fuimos a visitar a sus abuelos, se entristecieron por ver como había quedado luego de mi desaparición pero se aliviaron ya que después de todo seguía vivo y así continué con mi rutinaria vida. Pero algo no andaba bien sentía que había dejado algo inconcluso ya que a pesar de haber regresado con mi familia no era feliz sentía que me faltaba algo, ya no era el mismo de antes ahora era más serio y frio con la gente incluso con mi propia familia y no podía perdonarme esto, también me costaba mucho expresarme ya no sentía nada era como si fuera un robot y lo peor era que mi voz no ayudaba en nada solo estaba ligado a decir palabras mas no expresiones, a veces reaccionaba de manera agresiva ante los problemas y así no era yo, siempre me tomaba mi tiempo y pensaba con prudencia antes que con violencia, los días se hacían más monótonos y no presentaba mejora alguna, hasta que un día de camino a la escuela para recoger a Aylin fui un momento al banco a recoger dinero de un cajero automático cuando vi una imagen conocida en el tablero de criminales más buscados que acostumbran los bancos a poner en las paredes, vi la imagen de Karen, al parecer se había convertido en un criminal pero eso no me importaba, al ver su cara en el papel me llene de ira y odio, ella fue la culpable de todo y por su culpa soy así por su culpa me convertí en un monstruo física y mentalmente, salí de allí con una idea en la cabeza pero no estaba seguro de querer hacerlo, ¿es necesario? me preguntaba varias veces mientras iba de camino a la escuela de Aylin y pensaba si debía o no, pero necesitaba respuestas, había algo raro en todo esto y no creo que Karen hizo todo esto por un amor no correspondido, sentía que había algo más en todo esto y además ¿quiénes eran esos hombres que me atacaron en la isla? Y ¿por qué se fue con ellos? ¿En que estaba involucrada? tantas preguntas sin ninguna respuesta.

Al día siguiente mientras guardaba mi ropa en el armario encontré la ropa que llevaba puesta cuando escape de la isla, por pura curiosidad revise los bolsillos del pantalón por si me había dejado algo y encontré un pequeño pedazo de papel con el número de Roberto Alvarez me detuve un momento a pensar de quien podía ser este número y recordé que era del policía que me saco de esa isla, ¿por qué me lo habría dejado? me pregunté, fui al teléfono y marque al número, no pensé que responderían la llamada pero sorpresivamente así fue.

—¿Quién habla?

—Hola soy el tipo que ayudaste a salir de Tamaulipas ¿recuerdas?

—¡Ah sí! El tipo de cabello blanco y el brazo de espada, sí que me acuerdo y por lo que escucho si fuiste a que te arreglaran la voz.

—Si soy ese tipo.

—¿En qué te puedo ayudar?

—¿Sabes algo de la sospechosa?

—Si, justo encontramos su escondite, pero aún no hemos hecho un plan de ataque

—¿Un plan de ataque?

—Si, creemos que trabaja con un grupo.

—Quiero participar, necesito que me hagas un favor.

—No podemos dejarte participar.

—Por favor, es personal, ¿sabes dónde se esconden?

—Si, en un edificio abandonado en el centro de Monterrey.

—¿Dónde exactamente?

—Av. Cristóbal Colon a lado del metro en los edificios de arriba.

—Necesitare equipo.

—Está bien, yo me encargo.

Corto la llamada y en ese momento me di cuenta de que ya no había vuelta atrás, tenía que prepararme. Días después recibí un e-mail de Roberto con una localización en un terreno baldío el e-mail decía que llevara una pala ya que estaba enterrado en un lugar marcado, no espera más y fui al lugar de inmediato con lo que se me pidió y en la tierra del lugar había una “X” marcada en un escombro supuse que debía cavar debajo del escombro y eso hice, al cavar encontré una caja de madera y al abrirla tenía una pistola, exactamente la misma que use en aquella isla, cajas con munición, una escopeta recortada con correa acoplada a ambos extremos, una sobaquera para la pistola, un abrigo largo color caqui, unos pantalones tácticos azules, botas negras y guantes tácticos sin dedos. Me lleve todo en el auto y lo escondí en casa, compré un terreno y construí una cabaña, lleve las cosas allí y pase 3 meses entrenando y preparándome para el asalto, para mi venganza.

Llego el día que pondría fin a esta historia a una venganza personal y en busca de mi propio ser que me fue arrebatado y devolverle a mi esposa al hombre que nunca regreso con ella, me puse una playera negra, la sobaquera para la pistola, el abrigo y luego el pantalón, las botas y los guantes y oculté mi cara con una bufanda pasamontañas del mismo tipo que use la última vez solo que este tenía un diseño de la mandíbula de una calavera.

Fui a casa para despedirme de mi familia, mi plan era dejarles una carta mientras dormían, pero cuando iba a retirarme Fátima se despertó y me alcanzó en la puerta principal.

—¿A dónde vas? ¿por qué estas vestido así? ¿Qué vas a hacer?

—Lo siento, pero estos días no he estado a gusto conmigo mismo, estoy feliz por habernos reencontrado de nuevo pero me pongo a pensar si de verdad volví, fui profanado, violado, torturado, maltratado, me quitaron mi inocencia y jugaron conmigo, me arrebataron todo lo que yo era y me obligaron a ser como soy y a amar a alguien quien nunca me intereso, ¿Sabes cómo se siente eso? tampoco yo porque también me arrebataron eso, el sentir, así que por eso me voy para recuperar lo que me fue arrebatado, mi propio ser.

Fátima comenzó a llorar, al ver como el amor de su vida se iba de nuevo.

—Por supuesto que no te voy a dejar ir, estuve todo este tiempo llorando tu perdida, incapaz de hacer algo y odiándome por eso, pensé que no volvería a verte y ahora que te tengo te vas de nuevo. Me niego, me niego a que te vayas así a que te paso algo.

—Perdóname pero es algo que tengo que hacer, en realidad Adam nunca volvió y en su lugar llegue yo, alguien a quien ni yo mismo conozco, una criatura fría y sin sentimientos, ¿tú quieres a alguien así?, yo no y por eso iré.

—Por esto, por esto nos juramos amor eterno, en la salud y en la enfermedad y por esa niña que ahora está durmiendo, hicimos un juramento ante los ojos de dios de que nos amaríamos por siempre a pesar de las circunstancias.

—Y por esa razón debo ir, Te amo.

Cerré la puerta, me subí al auto y me fui dejando a una triste Fátima atrás, me dolía tener que dejarla pero tenía que hacerlo para recuperar mi vida y regresar a como era antes, darle una vida feliz y digna de ella, pero tenía que ser fuerte y afrontar los hechos. Antes de llegar al lugar donde se escondía regrese al lugar donde había enterrado mis antiguas cosas y recupere la espada que deje en ese momento, me la puse ajustándola al aro de metal en mi muñón y cortando la manga del abrigo para poder usarla, una vez equipado y listo me dirigí a la dirección, era sin duda un edificio abandonado, recordaba que había locales en la planta baja y pensé que debieron haber extorsionado a los dueños para que los dejaran, se me hizo raro que no tuvieran guardias o alguien vigilando la puerta principal así, no quise verme muy obvio y le di la vuelta al edificio y me infiltre por una pequeña ventana abierta en el primer piso, una vez adentro explore el lugar el cual extrañamente no había nadie en el primer piso, camine un rato hasta encontrar unas escaleras de caracol y las subí, me encontré con uno de esos hombres patrullando el segundo piso y lo sorprendí de espaldas perforándolo con mi espada, un grupo de cuatro personas venían del fondo viéndome matar a su compañero, disparando sus armas contra mi alcanzo a esconderme en una habitación evitando sus disparos, gritan diciendo que hay un intruso e iniciando el tiroteo, nunca fui bueno para el sigilo, saco mi arma de la sobaquera y disparo contra ellos, uno se asoma y rápidamente le disparo en la frente, corro hasta el cuerpo dándome una mejor ángulo para dispararle al que está en la habitación de enfrente, dispara hasta quedarse sin munición y justo cuando va a recargar me le acerco y disparo en su pierna y arremeto contra el cortándole el cuello de un tajo, salgo y uno de ellos me espera en el pasillo con un machete, guardo mi arma y me enfrento a el cuerpo a cuerpo chocando nuestras hojas en el enfrentamiento, golpea en forma vertical y lo bloqueo de un fuerte tajo haciendo volar el machete, una vez desarmado clavo la espada en su abdomen, del pasillo del fondo sale el último apuntándome, tomo el cuerpo del tipo que acabo de matar y lo uso de escudo sacando mi arma por un costado y disparándole repetidas veces en el cuerpo cayendo al suelo herido, lo remato clavando mi espada en la cabeza cuando escucho llegar a la policía en la planta baja, corro por los pasillos buscando a Karen en algún lugar, entro por todas las habitaciones, abriendo puerta tras puerta y en una de ellas veo a dos hombres sentados en una mesa jugando damas chinas, cuando me ven entrar toman sus armas y le disparo a uno en la cabeza apuntando al otro sin siquiera hacer nada.

—Suelta el arma o te volare los sesos.

Le digo amenazante antes de poder levantar su arma, la suelta y levanta las manos.

—¿Dónde está la chica que se llevaron?

—No sé de qué chica me hablas. —responde con una risa burlona

Le disparo en la pierna y le repito la pregunta.

—¿Dónde está la chica que se llevaron?

—En serio no sé de que estas hablando no secuestramos a ninguna chica.

—La chica me mantuvo secuestrado ¿dónde está? —respondí agresivo

—En el tercer piso en la habitación más grande lo juro. —contesto con miedo

—Gracias por tu cooperación.

Finalizo la conversación con una bala entre sus cejas, el edificio tenía tres pisos así que me dirigí a las escaleras mientras la policía se tiroteaba con los que quedaban en el segundo piso y otros que sorpresivamente aparecieron en el primero cuando de repente escuché una explosión en el segundo piso que sacudió el edificio entero y otra explosión más pequeña que vino del primer piso.

—¡Incendiaria!

Escuche desde el piso de abajo y me apresure ya que nada bueno podía salir al escuchar esas palabras, de camino a la habitación me tope con más mercenarios pero pude acabar fácilmente con ellos, estaba preparado para esto, acababa con unos con la pistola y a los otros con la espada cuando los tenía cerca, llegue a la habitación más grande, guarde mi arma y era hora de usar la escopeta recortada que tenía en mi espalda, entre abriendo la puerta de una patada, la habitación sin duda era grande era una especie de almacén tenía racks con cajas y cajas de madera en el suelo acomodadas unas encima de otras, había una entrada al frente y otras a los lados, había dos tipos cargando una caja y los despache con la escopeta, disparaba y recargaba con la misma mano, era difícil al principio pero me acostumbre a ello, luego salieron dos de cada lado del lugar y me puse a cubierto entre las cajas, hice un barrido de una caja a otra y en el proceso le dispare en las piernas a uno tumbándolo y rematándole con la espada en el estómago y uno se levanta para dispararme pero le disparo antes de que pudiera ponerse completamente de pie, quedando solo uno corro hacia el desesperadamente y al no esperarse que fuera directamente hacía el solo se cubre la cara con sus manos mientras le atravieso el pecho con la espada, recargo la escopeta pero me doy cuenta de que me quede sin munición, la tiro y me dirijo a la parte de en frente donde me esperaría Karen, entro y ahí estaba ella sentada en una silla, esperándome.

—Por fin llegas, que valiente eres.

—¿Qué es todo esto Karen? ¿Tan bajo has caído?

—Que vas a saber tu.

—¿A qué te refieres?

—¿Recuerdas a mi padre?

—No mucho.

—Mi padre era un famoso empresario y dueño de muchas empresas y como cualquier empresario exitoso tenía enemigos y personas que envidiaban su éxito y fortuna, a raíz de eso surgieron los problemas.

—¿Eso que tiene que ver conmigo?

—Todo, un día mi padre me vendió erróneamente a uno de sus enemigos en una fiesta de inauguración de una de sus empresas, borracho y vulnerable sus enemigos se dieron cuenta de eso ya que tenían a un espía y se colaron a la fiesta y allí hicieron el trato, al darse cuenta de lo que había hecho se arrepintió y se negó a darme y al final lo mataron en su propia empresa junto con mi madre, una vez que se deshicieron con mi padre intentaron raptarme y llevarme por la fuerza pero me escape a casa de mi abuela, allí pase todos estos años escondiéndome pero no por mucho tiempo, el día que desaparecí fue cuando me raptaron me trajeron a este lugar e hicieron de mí su esclava, me usaron sexualmente todos los días mientras tu vivías tu vida feliz con ella mientras que yo me pudría en este lugar, hasta que un día me canse y una noche después de que su jefe me violara se quedó dormido en la cama y así aproveche mi momento y lo mate, clavándole un cuchillo en la garganta, este estúpido grupo tiene una tradición de quien mate al jefe se convertirá en el nuevo líder, a partir de ese momento me convertí en la jefa de esta organización y mi primer plan era hacerte jefe conmigo, te perdonaría por dejarme sola y te daría un lugar aquí no sin antes hacerte pasar por lo que viví.

—¿Cómo sabias que vendría?

—Por favor Adam, nos conocemos desde niños y sé que eres una persona vengativa, cuando alguien te hace daño tú le haces el doble del daño que te hizo, sabía que si te dejaba vivir te vengarías de mí, el policía que te ayudo en realidad trabaja para mí y he hice que te diera esta dirección sabiendo que vendrías a pesar de tener tantos años de amistad y al sentirte traicionado vendrías a buscarme.

—Así que todo este tiempo planeaste esto, por eso no había guardias abajo.

—Claro que había, solo que les di la orden de no atacarte, pero inesperadamente la policía llego y tuvieron que salir de su escondite, pero yo soy más lista.

De su bolsillo saca un interruptor y lo presiona ocasionando múltiples explosiones en el primer piso y parte del segundo provocando un incendio a su vez, la sacudida del edificio hace que me tambalee y caiga al suelo, Karen aprovecha para darse a la fuga, me levanto rápidamente y la persigo hasta el segundo piso, los escombros caen y las columnas se derrumban enfrente de ella, acorralándola.

—Se acabo Karen, vine para recuperar lo que me arrebataste.

—Entonces acabemos con esto.

Saca arma y me dispara en el pecho poniéndome de rodillas, se acerca y me apunta en la cabeza cuando un pequeño tanque de gas explota entre nosotros haciendo volar mi brazo izquierdo y a Karen hacia la pared, aprovecho la oportunidad y me abalanzo sobre ella, dispara cuatro veces más en mi estómago y en respuesta le corto la mano con la espada y después en su pecho repetidas veces, matándola de una vez por todas, me levanto y camino lentamente hacia la salida apoyándome en la pared dejando un rastro de sangre mientras el edificio se viene abajo, me dirijo a las escaleras para darme cuenta de que los escombros bloquearon mi única salida, la sacudida del edificio me tira al suelo, completamente débil y desangrándome sentí que por fin había recuperado mi ser, ya podía volver con mi esposa y mi hija, ya no nos molestarían más, ya había acabado con la amenaza que atormentaba a mi familia, el edificio se derrumbaba y las llamas se hacían cada vez más intensas que me hacían sudar, los escombros caían a lado de mí, poco a poco mis ojos se cerraban lentamente mientras la sangre se esparcía por el suelo, un recuerdo llego a mi mente de mi hija corriendo a mis brazos el día que me reencontré con ella, lagrimas salieron de mi al ver y sentir que no regresaría con ella otra vez y me lamente por eso, lo último que pude ver fue a mi familia abrazándome por mi llegada, mis ojos se cerraron completamente abrazando la oscuridad de la muerte.

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