Agosto 21:
El moretón en mi ojo derecho no me deja ver muy bien, pero comienza a deshincharse. El cigarro es mi único confidente y mi novio no tiene idea de lo que me pasa. Lo único a lo que me aferro es al bonito cazasueños que me regaló. Gira y gira en su lugar, como cuidándome.
Afuera, los gritos de siempre. Mamá llorando, mi hermana gritando y mi padre golpeando. Si no fuera por mi trabajo, pasaría encerrada aquí.
Doy otra cobarde fumada. Ya no sé que más puedo hacer en esta situación.
Agosto 22:
Gritos. El Cazasueños está en mi cama, y no sé por qué. Está como deshilado, su color verde está algo desteñido. Hoy escuché a papá decir que su amigo se encargará de los problemas de la casa. ¿Qué querrá decir con eso?
Los gritos han cesado un poco
No encontré a mi hermana. Salí al baño, ya todos duermen, pero en su cama, no está. Escuché “María, María” un par de veces, pero por miedo no salí. 5 cigarros y contando, mejor iré a descansar, quizás mi hermana duerme con mis padres…
Agosto 23:
Pasaron dos cosas extrañas:
1: Mis ventanas están selladas, y al cazasueños le falta una parte. Está incompleto.
2: Hay una cadena bloqueando la puerta de afuera y no pude salir. Vi la figura de mi papá bordeando la puerta, como medio escondido en medio de la aún oscura mañana. Tuve que regresar corriendo a mi habitación. No he comido y ya se me acaban los cigarrillos.
Agosto 23:
Mi hermana no está. Papá dice que se fue con la Tía Mimi, pero no le creo. Vi a mamá un par de veces, con la cara llena de manchas y susurrando cosas.
Comienza a darme hambre.
Hay un olor extraño…
Agosto 24:
Papá me golpeó otra vez. Esos no son sus ojos, ese no es él. Mamá tenía unos cortes en los brazos. Ya no sé que hacer, que quedan dos cigarros y me siento desecha. En la mañana, otra vez estaba el candado, y la puerta de mi habitación cedió de forma muy complicada. Quizá se preguntarán que qué pasó conmigo y vendrán a verme, lo mismo mi novio.
Espero sea así…
Agosto 25:
El cazasueños ahora está a la mitad, casi sin color. No entiendo, ¿será papá? Imposible, paso todo el día encerrado aquí.
Ahora que lo pienso, no he sentido a mamá. Iré a ducharme, van dos días sin hacerme nada. Necesito un poco de dignidad.
Mi… Mi hermana estaba en la tina. Estaba con su peluche, morada e hinchada. Casi me caí de la impresión, pobrecita ella, con razón no la escuchaba…
Prendo mi penúltimo cigarro. Quizás me volví loca, no lo sé. No he comido y no sé que pasa afuera. Rezo a Dios, mas mi mamá no aparece. Y papá, se pasea y se pasea con su amigo.
Agosto 27:
Decidí armarme de valor y enfrentar al Demonio que vive aquí. Mamá estaba en el lavabo, mutilada, manchando el piso con la sangre que escurría entre sus dedos. Nadie ha venido, nadie ha llamado y no quedan cigarrillos. Y el cazasueños ya no está. Quizás debí haberme fijado en eso.
Arreglaré un par de cosas y veré que hacer. Papá golpea mi puerta de forma incesante y grita mi nombre. Tengo un trozo de hierro y un cuchillo bastante pequeño.
Dios me acompañe.
(Sin Fecha):
Costó, pero lo conseguí. Mis esperanzas no eran muchas, y después de luchar, logré zafarme de aquello que me atormentaba. Ahora podré salir a comprar cigarrillos.
Dejo este testimonio en el diario de mi hija. ¡Al fin solo! La casa completa para mí solo, sin la chillona, sin mi estúpida mujer y sin la escritora de mi hija. Nadie sabrá que pasó con ellas.
El silencio es exquisito, y su carne no sabe tan mal. Quizás dure dos o tres días más sin congelar.