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Lucian c

Era una hermosa mañana el 14 de noviembre de 1950 en la capital de aquel bello país llamado Belice, lástima que el ambiente no estaba tan animado como la mañana. Mucha gente vio como aquella imponente nave con las inscripciones “carriet”, donde iban subiendo un número abismal de gente, mayoritariamente de tez oscura. Resulta que los propietarios de aquella belleza de barco, los lown, estaba por celebrar el cumpleaños de su hija más joven, Emy. No era sorpresa para nadie que llegasen a montar ese tipo de espectáculo por algo tan simple como el cumpleaños de sus retoños, pero era innegable que a ellos les encantaba alardear. Pese a ser una familia únicamente formada por gente negra, sabido subir escalones en la sociedad muy rápido.

Pero esa vez fue diferente, siendo que el evento no fue hecho únicamente por los padres, sino por su hija mayor y confidente, lucian. Más conocida como la abeja reina dentro de la familia fuera de sus padres, pero al mismo tiempo una víbora sin vergüenza que no lo pensaría dos antes de dejar en claro su estatus. Cuanto más lo pensaba más se daba cuenta de lo desgraciada que era. Madre y padre siempre les gustaba alardear de lo hermosa, divertida y esplendida que era en general. Pese a ser una joven mujer que apenas entraba en la mayoría de edad, Lucian ya actuaba como toda una líder para la familia, era mandona, sí, pero esa actitud era lo suficientemente fuerte para hacer temblar a cualquiera si las cosas no se hacían como ELLA quería. Aprendió desde muy joven que las apariencias eran la mejor arma para ganar lo que quería, ya sea llorando, fingiendo modestia o carisma, pero ella siempre ganaría lo que quisiese. Las consecuencias de haber nacido en una familia dispuesta a darle todo con tal de que se dieran a conocer.

El barco era inmenso, eran una familia grande y necesitaron algo enorme para que todos pudieran caber en la zona de ocio, pese a su vanidad, era gente que pensaban mucho en la comodidad de sus cercanos y en el bienestar de ellos mismos. Consistía en una enorme zona de ocio que daba hacia la proa delantera, muy espaciosa para poder bailar y tomar licores extraños que representa la mayoría de los regalos de parte de los invitados. Era una cualidad de lucían, predecir cualquiera acción y resultado posible, les ayudó mucho para saber cómo debería ser para que nadie se olvidara de ese festejo, y por fortuna lo lograron.

La pequeña cumpleañera estaba con un sabor agridulce por su cumpleaños, y bien sabía que estarían todos sus parientes alabándola, abrazándola y felicitándola sin ningún motivo aparente mas que por nacer, se sintió en cierta manera amenazada, no solo por su estatus y lo que significaba ser vista ante la sociedad como una mujer, sino de la presión que caería en sus jóvenes hombros por ser la hija de quienes eran sus padres y hermana de “la gran lucian lown”. Se sintió atacada con el simple hecho de salir a la calle con sus sofisticadas prendas, claro que nunca iba sola, lucian la seguía a cada paso y si alguien siquiera le miraba de una forma levemente “desagradable” se aseguraría de que no le volviera a ver la cara. Viendo atraes de una de las ventanas de su camerino en el barco, ella observaba a la gente que se acercaba al barco, ya sea para subir como invitados de la familia o con la intención de lanzarle los más bajos insultos hacia su persona o su familia en general. Se quedó observando hasta que sintió a alguien en el marco de su puerta, mirándola con sus ojos marrones y oscuros con cierta gracia, de seguro a simple vista se hubo burlado de su debilidad ante los insultos de los "inferiores", pero teniendo en cuenta que era su día especial, lo dejo pasar.

-¿Linda vista chaneque ? - dijo con algo de burla cariñosa con aquel apodo tan característico entre ellas

Se sobresalto y la miro con una cara de Parente sorpresa, ella solo solto una carcajada my audible y extendió su mano.

- los invitados esperan, están casi todos y mande ha hacer bollos con crema- dijo sonriendo. Su expresión cambio cuando la vio a la cara que estampada teníada una expresión dudosa

-¡Vamos! No hay truco esta vez, solo porque ten en cuenta que es solo por ESTA VEZ- dijo con énfasis en las últimas palabras.

Pese a que lucian pareciera ser algo (demasiado) agresiva, sabía lo que era tener presión y como la sensación de miedo pinchaba, pero no por ser su hermanita se iba a ver vulnerable. Tomo del brazo a la pequeña mientras ella se quejaba de lo tedioso que eran tantos lujos solo para mostrar lo superficiales que eran (indirectamente). “Se van a emborrachar” “no quiero ir lucían” “me siento mareada” “si no me sueltas te acusare con mamá “eran de las múltiples excusas que trataba de usar para que lucían dejara de jalonearla, pero ella ya se sabía todos sus cuentos, no se iba a dejar engañar, era una fecha importante y no permitiría que su estúpida timidez arruinara todo el arduo trabajo para hacer la fiesta perfecta. Nada podía salir mal y nada saldría mal -tenía que dejar de ser una llorona- afrontarlo con agallas, al fin y al cabo,ya era una mujer .

Mientras más caminaban por los largos pasillos que conectaban a la proa los gritos y alaridos de emoción eran más cercanos, eran una familia colosalmente ruidosa y sentían que pronto eso iba a cobrar extra por sus pobres tímpanos. No le gustaban las fiestas de ese tipo por el resultado final: todos borrachos a mas no poder, peleándose por quien sabe qué y bebiendo aún más para reconciliarse. Al salir por una de las puertas finalmente pudo aspirar aire limpio con aquel toque que le daba el agua dulce, le era satisfactorio poder estar cerca de ese cuerpo de agua en específico, se notaba que lucían lo que había planeado.

Se acercó un poco al borde de las barandillas y pudo ver abajo a una gran cantidad de personas, las cuales reconoció a absolutamente todas pese a que gran parte de su familia vivía en partes lejanas de la ciudad le era imposible olvidarlos, cada tío o tía , cada primo o prima, cada uno tenia ese ”algo” especial que le distinguiera. A lo lejos recibiendo a los invitados se vislumbraba a dos figuras, sus padres. Madre con su característico vestido magenta y su pelo suelto y alborotado con su sombrero de sol y padre con su imponente traje dorado y collar con su "herradura de la suerte". Cuando cruzaron miradas el sonrió y les hizo señas para que vinieran, lucian volvió a arrastrar a la infante por unas escaleras de caracol y en menos de un parpadeo ya había podido atravesar a la multitud, sent los cientos de ojos mirándolas,

Finalmente zarparon, vio desde la primera fila como el puerto iba desapareciendo de vista hasta quedar completamente consumidos por la vegetación y el sonido del río, ya era la hora de empezar el festejo. Los integrantes de la familia se miraron mutuamente antes de empezar a atravesar la gran multitud quienes les dejaban paso libre, hacer el mas mínimo acto de ingratitud (especialmente hacia ellos) tendría un castigo del que la familia no se excluía, al estar a la par de sus progenitores el mayor de ellos sonrió con entusiasmo y lanzo un colosal grito:

- “¡es momento familia! ¡Vamos a celebrar el cumpleaños de mi hijita hasta que salga el sol! El barco hasta la tarde del día siguiente es nuestro, hagan lo que quiera, es nuestra noche ¡y vamos a demostrarlo! ”-

Tras decir esa frase la multitud se encendió con alegría y emoción, la infanta desvió levemente la mirada de la gigantesca masa de personas y se enfocó en ver como unos hombres blancos estaban asegurándose de que la ancla estuviese lo suficientemente arriba para zarpar. Eso le extraño un poco, su padre nunca contrataba personal, pese a ser gente adinerada nunca se pudo soltar de sus viejas costumbres y todo el mantenimiento de la casa y propiedades era atendida por la misma familia. Un golpecito en la espalda la devolvió a la realidad, vio hacia arriba encontrándose con su padre que la miraba con una sonrisa de oreja a oreja, pero no sus intenciones se disiparon de inmediato cuando sintió como lucian le agarraba el hombro con fuerza, esa era su señal normal de: no lo hagas. Se acercó con sutileza y rapidez al oído de la chica y le susurro con gran cuidado

- “ya sé que no te agradan, a mí tampoco, pero es lo único que pude conseguir, prometo compensártelo más tarde” - finalizo dándole una de sus características sonrisas y un ligero alboroto de pelos que también causo la caída de su sombrero, pero por el calor del ambiente y lo esponjado que estaba su cabello no llego a notarlo, ni ella ni sus padres. Cuando llego el momento de bajar a celebrar con todos para la fiesta ella se quedó pegada a lucían, siempre era una niña muy penosa respecto a hablar con su propia familia y eso no iba a cambiar ni aunque quisiera, todos eran bastante… cuestionables en más de un sentido.

Sin embargo, se veía obligada a sonreír y ocultar su miedo de ellos, saludar, hablar cortésmente como le enseño madre. Vio como lucian se desprendió de su agarre y se alejaba en dirección a algunos de sus primos quienes reían y la llamaban, tratando de ocultar su espanto por la idea de quedarse sola oculto su rostro entre sus manos en un intento por no llorar; aunque sintió como alguien la movía por el hombro, por todo el bullicio no escuchaba casi nada, pero cuando agudizo para poder distinguir las voces cercanas

- “hija ¿Qué crees que haces? ¿Estas bien?” - era mamá, trato de mantener la compostura.

- “estoy bien má, solo tanto movimiento me marea y perdi de vista lucian” - hablo con timidez, su madre sonrio y le extendió la mano dispuesta a guiarla por la multitud.

Ella no era ciega, estaba al tanto del desagrado de su hija ante los eventos, pero es el precio a pagar por llegar tan lejos, si se descuidaban o mostraban algún signo de debilidad o cobardía las que mas lo pagarían serian las niñas y propios familiares . Eran gente horrible, pero con un gran cuidado ante la imagen. Dejándose llevar por el aura tranquilizante que su madre proporcionaba trataba de encontrar a su hermana, miro hacia arriba y vio en la barandilla de la parte superior algo que le llamo la atención; unos señores aparentemente hablando con su padre, lo cual seria bastante normal de no ser por un pequeño detalle, eran de tez clara.

Su padre era un hombre igual de racista que los de esos tiempos, tenía la preferencia de tener tratos únicamente con gente de la familia y era realmente raro que no los reconociese de alguna de sus numerosas juntas, cuando iba a preguntar recordó lo que tantas veces le decía lucían referente al trabajo callando sus impulsos.

- “no cuestiones, o preguntes… los negocios no son asuntos de una dama” -

Sintió que de igual forma, podría preguntarle a su padre cuando lo viera, no había prisa… ¿verdad?

Ya con su madre la guio hasta donde ella estaba con sus típicas amigas, con las cuales se dedicaba esparcir y difundir los rumores de la familia, no tenían nada mejor que hacer excepto emborracharse asi que escucharlas hablar de cuchicheos mientras ella simplemente miraba a la nada no era mala opción. El cielo ya se mostraba completamente oscuro ¿que hora era? nadie lo sabia ni le importaba, lucian se hallaba en la parte mas alta del barco viendo como todos bailaban y brindaban, todo era perfecto.

- “luci ¿Cuánto tiempo vas a estar viéndolos como una acosadora? Solo se están divirtiendo, no es nada nuevo ”- dijo su prima paula acomodándose el vestido mirando atentamente las acciones de la contraria.

- "yo organice esta fiesta, tengo todo el derecho de hacer lo que quiera ¿o te molesta que te vean besuqueándote con nuestro primo?" - dijo con una sonrisa de satisfacción al ver el rostro de la chica que solo se volteo soltando un leve “Estaba borracha”, le encantaba esto, tener ese poder sobre la gente, ser la matriarca en ese lugar lleno de gente salvaje y violenta. Quería quedarse ahí hasta que la fiesta se calmara un poco o hasta que todos se durmieran (lo que pasase primero), pero su estómago y necesidades básicas la traicionaron, se dispuso a bajar por unas escaleras de caracol de madera blanca que llevaban a la parte interior del barco donde se encuentra la mayoría de los parientes más mayores y por supuesto, su madre.

se acercó al barman y le pidió un trago, esta vez se tomaría las cosas con calma, recibió el vaso y lo tomo de un sorbo sintiendo el sabor amargo mostrando una mueca.

- “me sorprende que no haya querido el de siempre, señorita”. Habla el hombre tras un silencio, ella solo dio un pequeño hipo

- “no estoy de humor chico, déjame en paz” - contesto seria, mala señal.

Mientras el hombre se dedicó a atender a los demás en espera sintió como la llamaba una voz familiar, era su padre “¿Qué quiere ahora?” pensó y se encamino hacia el que tenía un semblante serio. Mientras más se acercaba se iba planteando que fue lo que lo irrito ahora ¿poco espacio? ¿Falta de comida? ¿El alcohol? Quién sabe. Al estar al par del adulto lo miro fijamente a los ojos.

- “¿que ocurre pa? No es buen momento hablar ahora, estoy borracha ”. Dijo tratando de aparentar para salir de esa, situación no sirvió.

- “lucian, estaba a 10 metros de ti y solo tomaste un vaso, necesito hablar contigo y Emiliana” -

- “escucha, acordamos que nada de trabajo en las fiestas, te dije que era mejor idea hablar de esto fuera pero n” -fue interrumpida por un cinchón en su falta, miro hacia abajo irritada encontrándose con emi, quien se veía algo preocupada, pero no por ella, sino algo mas.

- “papa, ¿Quiénes son esos señores? - pregunto sin rodeos pero con algo de miedo, cosa la cual lucian se dio cuento, dirigió su mirada hacia donde su hermana se refería y sintió una extraña mezcla de confusión y un gran asco.

Unos adultos blancos con traje elegante (bastante sofisticado) con miradas serias y penetrantes observando al padre de las criaturas, de por si odiaba el hecho de tener que estar con servidumbre, pero le generaba una gran repulsión los de tez blanca. Siguiéndole el juego entrelazo uno de sus brazos con el de su hermanita y alzo un poco la barbilla con seguridad

- “es cierto padre, ¿Qué hace ese tipo de gente en nuestro barco? ¿No crees que pondría incomodos a nuestros invitados” - hablo con una poco sutil molestia, su padre parecio un poco sorprendido al darse cuenta de lo que las molestaba

- “lucian, no esto de nuevo, ya hablamos que el negocio con los blancos es necesario, tienen mucho dinero y no los vamos a echar a la borda” -antes de terminar lucian se le puso en frente y lo encaro con rabia

- “¡¿Por qué no ?! Ellos harían lo mismo con nosotros si no fuéramos gente importante nuestros, ¿tienes idea de cuantos de amigos han muerto por su culpa? ¡Dejarlos estar aquí es un insulto! ¡Un insulto a ellos! ¡O se largan o los echare yo misma de MI nave! ”-

Emi se estaba poniendo cada vez más nerviosa, su mirada quedo pegada los hombres de negro mientras su padre y hermana seguían con su pleito de ideologías.

Pero algo sucedió, las luces se esfumaron, sentó la presión de la mano de lucían en su brazo tirándola obligándole a correr ¿Qué ocurre? Empezó a mirar hacia todos lados en busca de una respuesta, pero solo encontró toda la sala vacía, no había nadie, corrido directamente hacia las salidas de emergencia y se dispersaron por todo el barco. Miro a su hermana quien aun conservaba una expresión de rabia en su rostro, ella sabía que esto podía pasar si les daban acceso especialmente a ellos, se dirigieron a una salida secreta que lucian había armado sin su padre, todos los que estaban afuera estaban corriendo , gritando, escondidos debajo de las mesas, era un caos total.

Los causantes de todo se encontraban arriba del casco con dos grandes armas subfusil Thompson, buen gusto lucian tratando de mantener la calma busco con la mirada a su madre, padre probablemente estaba escondido adentro tratando de contactar con los de afuera, pero perdió de vista a su madre desde el inicio, los nervios y preocupación la comían de dentro hacia afuera ¿Por qué tenia que pasar esto?

Emi estaba igual, sus piernas temblaban con riesgo de romperse en cualquier problema, tenia el miedo plasmado en su cara, los ojos muy abiertos cuando se escuchaban los disparos, los cuales le lastimaban los tímpanos y se veía obligada a taparse para no quedar sorda por el horrible ruido de la muerte. Vio como varios miembros de la familia cayeron como hojas en otoño, sin prisa, todavía retorciéndose en un inimaginable dolor, su sangre mancho la madera café oscureciéndola y dejándole marcas que ni con 10 años de lavado se quitaría, tanto en la nave como para la niña.

Esquivando la mirada de aquel horrible panorama se dio cuenta de algo aún más espantoso, un gancho incrustado en una de las barandillas de la nave, ahora no solo los estaban abordando, sino que estaban trayendo refuerzos. Vio como unos hombres cercanos a su posición hablaban de forma despreocupada, como si no les importara el horror y pánico que causaban.

- “ya tenemos una mayoría de acorralados, pero no veo al objetivo por ningún lado” - hablo con cansancio.

- “esto hubo sido MUCHO más fácil si apagabas las luces, imbécil, pero sobretodo esto es culpa de Itzel” - finalizo para Emi, el seguía hablando pero ella se quedó estática al oír ese nombre.

Itzel, Itzel lown, papá era el responsable de todo, lo supo desde el momento en que esos hombres cruzaron miradas con ella ¿Cómo pudo olvidar todo lo que la guerra les había quitado? Eso no se recompondría gratis pero su padre… tenia tantas opciones, tantos caminos y decidió trabajar con terroristas. La de cabello negro corto estaba esperando alguna señal, algo que le fuera útil para salir de este sitio con vida, que se fuera al carajo la fiesta y todos los que estaban en ella, tenían que salir antes de que ellas eran las siguientes en ser acribilladas. Lamentablemente el destino no fue muy amable con ellas.

- “¡oigan! ¡Encontré a la esposa!” - se oyó un grito cercano, otro hombre venía arrastrando a su querida madre del pelo mientras ella lloraba y les rogaba por que le perdonaran la vida a su familia, rasguñaba, pataleaba y aun así el hombre mantenía un fuerte agarre. El tiro a un costado de los barandales y le ato las manos y los pies. Ambas fueron testigos de esto, quedando totalmente petrificadas y no notaron al hombre con una barra de metal detrás de ellas hasta que fue demasiado tarde. Dos golpes, ambas caen al suelo, Emi estando todavía consiente mira con absoluto horror a lucían que tenía los ojos cerrados, se había desmallado. Las amontonaron a las tres, madre intentaba calmar a la pobre niña que estaba en un mar de lágrimas y lucian completamente fuera de combate.

- “lo encontramos tratando de usar los botes salvavidas” - dijo con cierta gracia el que lo dejo caer.

El seguía vivo pero de seguro se había roto algo, como una pierna o algo asi, la madre comenzó a llorar au mas pero ya no estaba segura de que: de que iban a morir todos o porque aparentemente su esposo se iba a escapar dejándolas morir , era una situación mala de todas formas. Finalmente dejaron a la familia junta y empezaron a hablar entre sí en susurros, estaban tratando de soltarse de las cuerdas que las mantenían cruzadas, pero era difícil hacerlo con lucian noqueada, mamá llorando y emi, una niña de se edad no podría sin ayuda, miro en busca de su padre que estaba semi-consiente, sin embargo ya parecía no tener esperanza de poder escapar de la situación.

Ya pareciendo haber decidido que hacer el mismo hombre de antes se acerco con mucha tranquilidad y se colocó en frente de lucian con algo en la espalda, la mujer gritaba y se retorcía suplicando por piedad para la joven, pero lo que el hizo fue cargarla en sus brazo y acercarse al borde para posteriormente tirarla como un saco de tela hacia al agua, la madre lanzo u grito desgargante y dolido empezando a llorar otra ves, a su lado su esposo estaba siendo estrangulado con una cuerda por otro de los hombres.

Emi estaba tratando de quitarse las cuerdas frotándolas con el barandal para que se quemaran mientras todo esto ocurrió y sintió como la sangre se le helaba cuando oyó un susurro que decía ”ve por la niña” de repente su madre logro incorporarse y empujar a los hombres dejándolos en el cuelo, llevándose las cuerdas que quedaban con ella, soltando a Emi.

- “¡emi! ¡Los salvavidas! ¡Huye! - grito la mujer que rápidamente fue neutralizada por los captores, emi cegada por el miedo acato la orden y corrió, corrió tan rápido como pudo esquivando a cualquiera que se le cruzara, vio como ya había un bote en el costado de la nave, era su oportunidad.

Torpemente se subió arriba e intento girar la manivela que permitía el movimiento de la cuerda, uno de los blancos trajeados estiraba los brazos para intentar alcanzarla, ella lo pateo y finalmente la manivela hizo caso y deja que el bote cayera directamente al agua, alzo la vela y dejo que el viento y la niebla del lugar la guiaran lejos de aquella nave que ahora tenia una atmosfera espectral. Cuando finalmente perdió la luz del barco de vista se puso a llorar, acaba de perder absolutamente toda su familia y ahora solo quedaba no morir de hambre o sed en medio de aquel espeso rio.

De alguna manera se quedó dormida, porque cuando habría los ojos ya podía deslumbrar el sol de la mañana y escucho un sonido peculiar, gritos, pero no eran gritos de terror, sino de sorpresa. Se incorporó y vio como delante de ella estaban unos pescadores en el muelle de salida ¿Cómo había llegado ahí?

- “es la niña de los lown, los que zarparon ayer” - dijo uno

- “pero ¿Qué demonios paso con el resto del barco?” -

Fue el caso más insólito en mucho tiempo, eventualmente la nave, casi todos los pasajeros fueron asesinados a disparos excepto el padre y la madre de la niña, se pudo identificar todos los cuerpos menos uno, lucian lown. Se creó una leyenda a partir de este suceso, que el fantasma de la joven deambula en la misma nave que fue asesinada y que buscara que el recuerdo de su persona no sea olvidado jamás. Porque esa es su función, ser la que en primer lugar olvidaron cuando la catástrofe inicio y su rostro será lo último que recordaran antes de partir y subir a su nave de la muerte.

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creador/a: Julixred45

permitida su traduccion al ingles y/o otros idiomas

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