La ultima tormenta, ya lo sabes. Mirando las gotas que caen desde lo más alto hasta morir en el suelo. Es el último frío, tal vez por esa razón es más intenso que nunca; quién sabe, quizás con estas ideas en mi cabeza, aquella brisa entra de lleno, así como de llenas salen mis lágrimas a borbotones que, aunque yo no lo quiera, demuestran y son la viva imagen de lo que siento en este último instante.
Ahora que llegó este momento puedo sentir como aquellos espectros me siguen mucho más rápido e insistentes que nunca, o quizás simplemente ahora los siento mucho más. Sus presencias se hacen más fuertes. Antes me consumían y me enloquecían, ahora simplemente me dan calor.
Ahora que estoy muriendo, veo mi reflejo en la ventana y lo único que presencio es una imagen de un saco de carne con huecos muy profundos y vacíos como ojos y boca. Ahora que es la última tormenta; veo sin sentido mi existencia, y sin importar que tan triste y decaído esté, ya ni siquiera lo siento, pues ahora me he convertido en un ser sin emociones; sin pensamientos.
Aquí estoy tras la ventana, la pálida ventana, viendo como pasa la última tormenta, la más fuerte y a la vez la más lenta y suave. En este preciso momento estoy más solo que nunca, pues no hay otro que abrase mi cuerpo que ya entre huesos y podredumbre está sufriendo.
Las cortadas, cicatrices aun latentes y vivas, no hacen su máximo esfuerzo y no cumplen con su promesa. Me lo prometieron. Duele todo, pero no acaba. Quizás simplemente debería tomar otro método, otra solución que acabe con esta mala muy perversa odisea.
Mis movimientos son toscos y torpes, no me dejan llegar pronto, pero con los últimos alientos puedo agarrar la soga y robótica y automáticamente, formo el sistema y él me toma. Es horrible, hay muchos dolores de distintas formas, todos quitándome la realidad, pero con tal de llevarme lejos, lo haría una y otra vez hasta que me guste.
Ahora junto a la ventana quedé, ahora ella me ve. La última tormenta.
Historia inspirada en la canción "Mary and the storm- Blitzkid"