Llegaron a su cuadra un poco desconcertados y atemorizados por el suceso, esta vez sus vidas parecían estar en juego. Al entrar a su casa, Gian sentía un poco de dolor en su pecho debido a lo que le sucedió: enseguida quiso acostarse y dormir para descansar y mañana terminar con todo lo que les sucedía. Mientras él dormía, la puerta de su cuarto se abrió y entró el hombre que estaba furioso porque quisieron enterrar a su hijo sin él.
Mientras el hombre se acerca a él, se podía ver como se inquietaba y se movía en la cama, se acercó justo a la diestra de él y le propicio un fuerte golpe en su pierna, al sentir tremendo golpe despertó y vio al hombre con una sonrisa diabólica mirándolo estaban cara a cara, quedo congelado solo saco un poco de fuerzas para pegar un grito tan fuerte que estremeció su casa, al escuchar tremendo grito su mama se levantó y corrió a verlo, él estaba en shock, ella lo hizo reaccionar y luego vieron su pierna estaba moreteada tenía un gran moretón producido por el fuerte golpe.
Al día siguiente Gian despertó y corriendo fue a buscar a Oscar el cual no estaba en su casa, estaba en el hospital, su hermana le comento que despertó con la pierna rota y lo llevaron de emergencia al Hospital, Gian se asustó y fue al hospital donde se encontraba Oscar para ver cómo estaba. Él estaba en la Habitación 209 del Hospital "Santa Rosa".
Al entrar al cuarto Gian vio la cara de Oscar se podía ver el más puro horror reflejado en su rostro. Gian lo saludo y le pregunto qué paso, él le respondió con terror que estaba harto, que tenía miedo esto estaba atentando su vida, Gian le comento que el también recibió un maltrato, le mostro su pierna todo moreteada y se asustó aún más. Ese día Gian dijo que pasaría la noche en el hospital acompañándolo ya que ellos lo iniciaron y debían terminarlo juntos.
Era una noche muy fría con una fuerte llovizna, que hacía que los cuartos del hospital se helaran por completo, una noche un tanto silenciosa, solo se escuchaban los lamentos de dolor de los pacientes del hospital, esos ruidos escarapelaban el cuerpo, se podía sentir que el ambiente estaba muy cargado de penas, tristezas y muerte.
Oscar dormía tranquilamente por el sedante que le dieron para calmar un poco su dolor, mientras que Gian no podía dormir el miedo lo había invadido por completo todo le parecía terrorífico, desde las sombras que entraban de la calle, hasta los tristes lamentos de los pacientes.
La noche seguía su curso eran casi las 12 de la noche y Gian comenzó a ser invadido poco a poco por Morfeo a punto de llevarlo a un mundo de sueños, cuando de repente un golpe muy fuerte proveniente del pasillo hiso que reaccionara y se asustara, el miedo puedo menos que la curiosidad de Gian el cual se acercó a la ventana de la puerta de la habitación para ver qué pasaba y por delante de su ventana paso un anciano muy pálido con su bata del hospital yendo al final del pasillo donde se encontraban los baños, él pensó "pobre hombre a esta edad yendo solo a los baños" y salió a ayudarlo, él lo llamaba al anciano pero este no daba respuesta, pensó que no escuchaba debido a su edad, el anciano estaba ya cerca a la puerta del baño cuando voltio, unos ojos completamente negros miraron a Gian, era una mirada horrible y penetrante, el quedo congelado viendo como el anciano pasaba atreves de la puerta del baño. Luego Gian sintió como si su alma se quebrantara y vio como una niña de largos cabellos con bata de hospital lo atravesaba mientras iba por el pasillo, quedo perplejo al borde del desmayo por el miedo y la impresión, pero de repente del otro lado del pasillo se escuchó un grito espeluznante, era una niña gritando de miedo como si la estuvieran asesinando, el vio a la niña correr al otro pasillo, pero esta niña tenía ropa normal, pensó que era familiar de algún paciente y fue buscarla al llegar al otro pasillo vio como la niña ya estaba al final y se metió por una puerta muy grande, Gian pensaba si la ayudaría o no total no era su problema y tenía mucho miedo, pero al voltear para regresar vio como por el pasillo donde regresaría pasaban dos hombres muy altos y con los ojos negros como la noche en batas blancas corrían hacia donde está el, el miedo lo hizo correr hacia la habitación donde se metió la niña, cerró la puerta y se escondió tras una camilla que tenía un bulto cubierto sobre una sábana blanca.
Paso cerca de 40 min y Gian estaba un poco más calmado, eran casi como las 2 de la mañana y Gian se decidió por ir como sea a la habitación donde estaba Oscar para ver cómo estaba el, queriendo salir de debajo de la camilla Gian hizo caer la sábana blanca al pararse vio en la camilla echado un cuerpo se asustó tanto que retrocedió cayéndose tirando una sábana grande que separaba la habitación en dos, al voltear para ver qué cosa había hecho caer vio varias mesas metálicas en las cuales yacían cuerpos diseccionados, se asustó y salió corriendo, mientras corría a la habitación de Oscar se calmó un poco pues supuso que está en la morgue del hospital pero igual seguían con las ganas de vomitar debido a ver visto esos cuerpos. Finalmente llego a la habitación donde se encontraba su amigo, pero no lo vio en la cama, desesperado lo busco y lo encontró en la esquina más oscura de la habitación, yacía ahí parado mirando hacia la pared, se asustó horriblemente, dijo como diablos se paro tiene la pierna fracturada, le grito oye qué diablos haces ahí debes estar recostado, Oscar volteo con esos Ojos negros completamente negros y camino hacia Gian y de un golpe lo saco disparado contra la mesa el golpe fue muy fuerte Gian estaba a punto de perder el conocimiento y antes de que eso pasara Oscar con una voz gruesa una voz horrible y chillona le dijo "Llévame donde está descansando mi hijo" y luego perdió el conocimiento.
En la tarde del mismo día Gian despertó y estaba en una camilla al costado de Oscar sus padres de ambos asustados estaban esperando que reaccione para que le cuente todo lo sucedido. Gian tomo un poco de agua porque estaba sediento y luego procedió a contarles todo.
Al escuchar la historia de Gian, los padres de ambos decidieron ir con ellos a buscar ese maldito esqueleto, que fue entregado al policía y ponerle fin a este martirio por el pasan sus hijos y que está poniendo en peligro sus vidas... (CONTINUARÁ) Autor: Giancarlo tueros de la cruz