En los bosques al oeste de Nueva Inglaterra y al este de Nueva York existen cientos de enigmáticas edificaciones, conocidas como "Cámaras de piedra". Estas estructuras omnipresentes, a pesar de casi no recibir atención por parte de las academias más reconocidas, parecen formar parte del terreno desde que los seres humanos habitan la región, como mínimo. Y aunque historiadores locales alegan que son bodegas de la época colonial, jamás se ha encontrado ni una pizca de evidencia para declarar quien las construyó, cuando, ni con que propósito.
Ninguna tribu nativo americana ha reclamado la propiedad de dichas recámaras, y no existen datos para sustentar las alocadas teorías de origen provistas por historiadores radicales. No hay artefactos de ningún tipo, no hay señas de que hayan sido habitadas. Nada. Solo la uniforme y precisa construcción que delata su naturaleza artificial.
A raíz de la falta de información que rodea a estas estructuras, ha nacido un pequeño folklore lleno de anécdotas sobre ellas:
- En mayo del año 1988, Frank Muelin y su hijo pasaron un fin de semana pescando y acampando en el Parque Estatal de Fahnestock, ubicado en el condado de Dutchess, Nueva York. Durante el atardecer del segundo día de su viaje, los dos decidieron instalar su tienda de campaña al lado de una cámara de piedra. Para cuando el señor Muelin despertó a la mañana siguiente, su hijo, Terrance, había desaparecido. Pasó horas buscándolo por su cuenta, hasta que finalmente decidió contactar a las autoridades locales. No se encontró ninguna señal del niño en el área circundante; ni siquiera los equipos que registraron el parque por completo pudieron dar con su paradero. La única pieza de evidencia que se pudo hallar desconcertó a la policía: en el interior de la cámara había un conjunto de huellas pertenecientes al hijo del señor Muelin; al parecer, el chico había dado 4 o 5 pasos hacia el interior en algún punto de la noche, y luego se detuvo. Lo que inquietó a los investigadores no fue solo el hecho de que no había pisadas que se dirigiesen de nuevo hacia el exterior, sino que, además, había otro juego de enormes huellas sin identificar. Las mismas comenzaban desde el fondo de la estructura y se movían en dirección a las de Terrance. Una de esas pisadas yacía por encima de una de las del niño. Las extrañas pisadas jamás fueron identificas y no se pudo dar explicación de quien o qué pudo haberlas hecho. Terrance Muelin sigue desaparecido a día de hoy.
- Muchos condados y municipios han declarado que es ilegal destruir o modificar las cámaras. Al parecer, estas leyes jamás pasaron por ninguna asociación dedicada a la preservación histórica. La mayoría provienen de libros con cientos de años de antigüedad, y en estos se explica que dichas medidas se aplican para el bienestar de la población local y mantenerlos "fuera de peligro".
- No poca gente ha informado sobre severos casos de vértigo y desorientación cuando se quedan dentro de las edificaciones por un lapso prolongado de tiempo. Algunos aseguran sentir "ojos a sus espaldas" cuando desvían la mirada de una entrada.
- Una leyenda que se originó cerca de la región del lago Champlain, generalmente ambientada durante la década de 1920, narra sobre como una mujer hizo uso de un "cobertizo de roca" dentro de su propiedad para guardar bienes enlatados y empaquetados. Una mañana de verano salió por un frasco de mermelada. Sin embargo, notó que le era imposible salir de su bodega. Alguna clase de fuerza invisible se lo impedía. Entró en pánico y se desmayó. Al despertar, se dio cuenta de que ya podía irse. Afuera, el suelo estaba tapizado por una fina capa de nieve, y su casa no se veía por ninguna parte. Se cuenta que, según ella, los árboles tenían muy mal aspecto. Deambuló por sobre un camino boscoso, donde se supone debería haber estado su calle, y vio docenas de cámaras de piedra alineadas en el sendero. Horribles sonidos de algo crujiendo salían desde el interior de las estructuras. Aterrada, corrió de regreso a la cámara en la que había despertado, se acurrucó al fondo, y eventualmente, volvió a perder el conocimiento. Fue hallada por su esposo después de un periodo de tiempo indeterminado. Ella le preguntó cuanto tiempo se había ido. Él, tanto aliviado como confundido le explicó que no la había visto por dos años, y que tenía planeado derribar el cobertizo de roca, pues le recordaba a su desaparición.
- "Análisis de las cámaras de piedra de Nueva Inglaterra" es el nombre que recibe el que se considera el único texto serio que trata sobre las estructuras. No obstante, ya no existe ninguna copia de este escrito en la actualidad. Lo único que queda son unas cuantas menciones en unas publicaciones históricas, y una única cita en un periódico de Massachusetts. Escrito por un autor anónimo en 1919, se sabe que el libro era un texto académico bastante extenso, y describía una buena cantidad de propiedades físicas y matemáticas, expresadas en la misma arquitectura de las recámaras, todas relacionadas a la física del éter. La última sección del tomo postulaba que las construcciones actuaban como “conductos” para la “energía éter”, y podían ajustarse para ver “el exterior”. Es por estas razones que el libro se ganó una mala reputación en el mundo académico, pues las físicas de Einstein eran lo más revolucionario en su momento.
- La palabra "regresar" se asocia con frecuencia a la extraña arquitectura, aunque los orígenes de esta conexión jamás han sido aclarados.
A pesar de las extrañas y siniestras historias que rodean a las cámaras de piedra, aquellos que han vivido cerca de ellas por generaciones parecen, en su mayoría, ignorarlas. Cuando se les recuerda a los locales todo lo relacionado a ellas, estas personas suelen desacreditar los relatos como mera superstición sin sentido.
Por otro lado, pronto te darás cuenta de que es muy difícil encontrar a alguien, incluso entre los lugareños que no creen en el folklore, dispuesto a pasar una noche solo dentro de uno de estos lugares.
Autor: RoboKy
Traducción: El Orgullo Del Operador: