¡Oh, no, se acerca noche buena!
¿Qué haré para la cena?
Algo increíble debo hacer
Para a mis comensales sorprender.
En la heladera esperan
trozos, extremidades y calaveras
de mis sobrinas, tías y bisabuelas
saborizadas con la más espesa crema.
En el patio enterrado,
el cuerpo de mi ahijado
cultivado para dar
putrefactos tomates.
Mi abuela desesperada
grita en el horno, pidiendo
auxilio para evitar
el infernal entorno.
Y así se dio origen
a una rica cena,
repleta de sangre, saña y pena,
que quedó en la nefasta historia
por su oscura gloria.