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MORADOR DEL LIMBO
Este es un descarriado del Limbo, penitente del Purgatorio con fecha de nacimiento en un guiño de ¡CreepyLooza! Abstente de la arena, que esto es más legal que tu jfa. Burló La Guillotina y a los Jueces del Infierno, así que cómete tu teclado. |
Prólogo[]
El pequeño jovencito, de blancos cabellos, se dirige con una mochila hacia una plaza cercana al centro de la ciudad. Apenas llega, fija su mirada en cinco adolescentes que charlan animadamente entre sí, y decide que son ellos los adecuados.
¿Pero adecuados para qué?
Los saluda desde lejos, con la mano alzada y una enorme sonrisa cruzando su rostro. Aquellos a quienes observaba le devuelven el saludo con perplejidad; y el niño se acerca dando saltos, para posarse frente a ellos sobre un tobogán. Los asombrados muchachos sólo saben decir:
-Um... ¿quién...?
-Oh, no necesitan saber mi nombre -dice el niño con alegría-. Sólo les quiero hacer una pregunta: ¿quieren escuchar cinco cuentos de terror de mi parte?
De la sorpresa, los chicos pasan a la carcajada. Luego de un par de minutos así, uno habla por el resto de sus compañeros.
-Adelante, pequeñajo. De todos modos estábamos aburridos.
El pequeño cierra los ojos con fuerza, como tratando de recordar algo. Pasa así unos segundos hasta que parece acordarse finalmente de lo que quería decir; pero en vez de hablar, toma una rama cercana y escribe en la arena mojada: "Jeff".
-El primer cuento es sobre...
Jeff[]
Oh, Jeff se parecía mucho a ti. Sí, a ti, el de cabellos marrones y ojos verdes; incluso el que está junto a ti se parece a él...
Son los dos hermanos, ustedes dos. Ellos eran gemelos.
En fin, tras una serie de sucesos ¿desafortunados? ambos hermanos se separaron y constantemente trataron de matarse entre ellos. Qué pena, para dos personas tan parecidas y tan cercanas tener que terminar en esa situación.
Cada cual por su lado, el mayor, llamado Liu, no tiene mucho que ver en esta historia. El protagonismo se lo daremos a Jeff.
¿Conocen el famoso creepypasta "Jeff the Killer"? Bueno, si lo conocen, ya habrán averiguado quiénes son estos dos.
El niño enseña dos marionetas.
Jeff tuvo varios encuentros con su gemelo, con un ente sobrenatural, y hasta con su vecina. Pero lo que no esperaba era que hubiera alguien más como él, e incluso peor, más poderoso... hizo todo lo que pudo contra él. Nada sirvió.
La cosa fue así.
El asesino rondaba como siempre entre las callejuelas de la enorme ciudad, tratando de satisfacer su ansia de sangre. Su cacería no tenía fin. De repente se topó con un joven de unos veinte años aproximadamente; con cabello blanco como el mío, y ojos rojo y azul.
Lo amenazó como hacía a todos, pero este se limitó a mirarlo con desdén. Jeff, irritado, trató de insertar su arma en su estómago, pero fácilmente el desconocido lo tomó por la muñeca y le hizo clavarse su propia cuchilla.
En el suelo, nuestro protagonista agonizaba mientras veía cómo su verdugo arrancaba su corazón. Y este sonreía con compasión, quizá. Miró por última vez el cielo nocturno y sus ojos fueron perdiendo poco a poco toda su luz.
Bueno, ese fue el final del aclamado "Jeff the Killer", a manos de un simple muchacho.
El pequeño, que contaba el final de la historia, escribió un nuevo nombre en la arena, el cual era...
Jack[]
¿Por qué necesitaba alimentarse de órganos humanos? Ni él mismo lo sabía, pero de cierto modo lo disfrutaba; Jack ya no se compadecía de sus víctimas.
Los que usualmente visitan la web reconocerán el nombre de "Eyeless Jack". Bien, es él mismo de quien estoy hablando, el auténtico sin-ojos con máscara azul; fue decapitado y ajusticiado, atravesado de adentro hacia afuera, por el mismo chico del relato anterior.
Es evidente que no podía acabar así como así con un fantasma, pero poco a poco les iré explicando.
Jack devoraba ansiosamente su comida de todos los días, pero sin poder saciar su infinita hambre. Luego de darse cuenta de que estaba relamiendo los huesos de lo que alguna vez había sido un humano, se limpió la sangre de la máscara y prosiguió a buscar una presa, y ¡más carne!
No había absolutamente nadie en la calle. Entendió perfectamente por qué. Los sobrevivientes de sus ataques habrían alertado a los demás vecinos de aquella zona...
-Jack.
Sin sorprenderse, dio media vuelta esperando encontrarse a alguien más como él.
-Sí, soy alguien como tú. Un asesino, un verdugo, pero también el tuyo; soy TU asesino. Así que préstame atención por un segundo, mira mi rostro.
Jack observó atentamente cómo el peliblanco se arrancaba a sí mismo un ojo, sin gritar siquiera.
-Quieres esto, ¿verdad?
El espectro alzó la mano esperanzado, pero no tuvo tiempo de siquiera acercarse. Dos cuchillas extremadamente afiladas cortaron su cabeza y se clavaron en su estómago; para luego destriparlo violentamente.
-Sé que aún puedes escucharme, Jack. Sé lo que eres. Sé que esto no podrá matarte. Así que vive, encerrado como un perro.
Y la tierra se tragó el cuerpo de Jack, llevándose consigo su cabeza y sus sesos desparramados.
El niño reveló llamarse Isaac, y ante las miradas aterradas de sus oyentes, escribió un nombre de nuevo. Un joven, de cabello marrón también, lo leyó en voz alta; y decía...
Toby[]
Ticci Toby, sí.
No hace falta revelar mucho de su origen. ¡Vaya que sí es poco interesante! Mataría de aburrimiento a todos ustedes si me pusiera a contar cosas sobre él; por eso lo coloco en estos relatos, para que conozcan a alguien que merecía morir.
Es sólo un pequeñajo con tics raros, y un esclavo de uno de los siguientes personajes. Bueno, "era".
El cazador acudió al lugar donde Ticci reposaba, por la noche. Como faros de noche, sus ojos rojo y azul se iluminaban a pesar de que el visitante estaba envuelto en tinieblas. Su presa no se despertaba, así que en parte se sintió alividao: no causaría demasiados problemas.
Pero no podía resistirse. Quería verle a los ojos cuando su vida estuviera abandonando su cuerpo, oír un grito ahogado en su propia sangre.
Entonces, de un puñetazo logró que fácilmente el joven se despertara alarmado. Se acercó a él caminando pesadamente, mientras Ticci buscaba en la oscuridad sus hachas; el asesino negó con la cabeza. Se arrodilló junto a él.
-Tomé tus armas hace rato, Toby.
Quería acabar rápido, así que simplemente lo desmembró antes de hacerle reventar brutalmente su torso y cabeza con un martillo. Guardó esa especie de cuchillas negras en sus bolsillos, y salió tranquilamente por la destrozada ventana; aún le faltaban dos más.
Isaac mostró satisfacción ante las expresiones de los cinco adolescentes. Escribió otro nombre con su rama, pero este ya no era humano; ese nombre era...
Slender Man[]
El ente cuyo origen es desconocido y también es el amo de el antes mencionado proxy, es el que toma el papel de víctima en este nuevo relato sobre nuestro cazador. Él es aterradoramente parecido a mí, ¿no es así?
Bueno, no había un lugar en particular donde esta criatura se encontraba, pero apenas el cazador puso un pie en aquel parque en medio de la noche, Slender Man se apareció como si siempre hubiera estado allí. Se limitó a observar al joven mientras este buscaba algo en su chaqueta.
-Así que... tú eres Slender Man, ¿no? Puedes llamarme Died Alone; ah, espera, cierto que tú no hablas. ¿Tímido o algo así? Bah, ni que importara. Vengo a destrozarte con mis propias manos así que solamente déjate o sufrirás más de lo que te imaginas.
El ser pareció captar la amenaza, pues desapareció rápidamente y Died Alone pudo sentir su presencia detrás de sí. Los poderosos tentáculos de Slender no pudieron atravesar una especie de barrera invisible que cubría al intruso y, tal como sucedió con Eyeless Jack, la tierra tiró de él para sumergirlo en el interior del planeta.
Died Alone sacó de su chaqueta un papel y con un bolígrafo tachó otro nombre. Tan sólo quedaba uno, ¡esa cacería era tan emocionante!
¿Pero... para qué quería matar a todos ellos?
No tuvo tiempo de terminar de guardar esa lista antes de que tres de los tentáculos de su presa que se suponía ya encerrada lo atravesaran mortalmente. En vez de salir sangre, un espeso líquido mezcla de rojo y violeta surgió de las heridas.
-Creí que esto podía llegar a doler más...
Casi idénticas a las extremidades que lo apuñalaron, dos cuchillas negras como la noche cortaron estos tentáculos y cortaron a Slender Man en dos.
-Vaya, vaya... Entiendo que quisieras matarme usando esa basura. Al fin y al cabo, un humano como yo no podría sobrevivir a eso.
Acarició lentamente el filo de sus "espadas".
-Pero tus tentáculos nunca podrán sobrepasar a mis Látigos.
Una lápida enterrada formó una tumba, en la cual decía "Slender Man".
-Esa es tu tumba, Slender, disfrútala.
Eso fue lo último que dijo Died Alone antes de retirarse hacia donde se hallaba su última víctima, la cual según su lista debería ser...
Zalgo[]
"Va a ser un oponente realmente complicado, pero... ¿quién te creó, Zalgo?"
-Exitium.
Se respondió a sí mismo en voz alta. Se relamía los dedos con gusto pensando en si Zalgo iba a resultar un desafío para él. Después de todo, era "El que espera detrás de la pared"...
-No puedo matarlo. Es imposible. Mientras exista el miedo, Zalgo existirá; pero puedo encerrarlo tal cual hice con Eyeless Jack.
Sacudió la cabeza irritado, y se dijo para su adentros.
-¡¿Qué estoy diciendo?! Claro que puedo matarlo; puedo contraer su dimensión hasta que lo aplaste, puedo destrozarlo a él con mi Espacio de Control, puedo... puedo...
Se miró en el vidrio de una tienda que estaba por donde él pasaba, y se vio reflejado como un monstruo sin ojos. Una sonrisa cruzó su rostro y una idea iluminó su mente. Ya sabía exactamente lo que debía hacer para matar a Zalgo.
Susurró entre dientes algo inentendible, y posteriormente, gritó con todas sus fuerzas:
-HE COMES.
Sintió cómo una fuerza oscura y poderosa se adueñaba de su cuerpo, cómo sus ojos eran extraídos desde dentro de su cabeza, cómo las cuencas vacías y su boca sangraban y cómo su alma era arrancada de un manotazo invisible.
Con su último aliento, liberó un aura rojiza, y el que poseía poco a poco su cuerpo quedó paralizado a su voluntad, en su Espacio de Control.
-Zalgo... ¿no eras omnipotente? Mientras exista el miedo existirás, así que sólo debo comprimirte y encerrarte...
Entre la masa negra que conformaba a la entidad, vio cómo siete bocas afiladas surgían del interior. Seis de ellas gritaron con todas sus fuerzas, pero el sonido fue aislado a la voluntad de Died Alone, que disfrutó ver cómo Zalgo estaba desesperado ante su poder.
-Tendré que concentrarme de más para mantenerte así... pero lo vale. Estás prácticamente muerto, no podrás salir de ahí nunca más; despide a tu "asesino" y al último al que intentaste poseer.
Salió caminando hasta que sintió el aire fresco en su cara y no la densa atmósfera del Espacio de Control, el cual se cerró hasta formar una especie de esfera completamente roja brillante. Había encerrado al mismísimo Zalgo.
Tachó el último nombre de la lista mientras tomaba esa pelota y la pateaba hacia el lago de la plaza donde estaba.
Con este relato concluyen todos, mis amigos, y ahora debo retirarme, pero antes debo hacer algo importante con ustedes. Tranquilos, no dolerá tanto.
Epílogo[]
Los cuerpos de cinco adolescentes de dieciséis años fueron encontrados semienterrados en una plaza de la ciudad de Pak'nei. Cada uno estaba muerto de formas diferentes y macabras, pero cabe destacar una que fue particularmente horrorosa, la de un chico al que le faltaban los ojos y, junto a su "tumba" estaba escrita la palabra "Zalgo".
Las demás fueron de esta manera:
- Kayla, que era extrañamente alta y pálida, apareció asfixiada y con la cabeza rapada, y junto a su tumba decía "Slender Man".
- Haal, fue muerto desangrado por todas las cicatrices en su cuerpo y con una abertura en el pecho. A su lado, el nombre era "Homicidal Liu".
- Haos, gemelo de Haal, tenía una especie de sonrisa hecha con un bisturí, y le habían cortado los párpados. Esta vez, le escribieron "Jeff the Killer" en la frente.
- Will murió de un ataque cardíaco, tenía un bozal puesto y un hacha en la mano, el nombre que le asignó su asesino fue "Ticci Toby".
Frente a todas las tumbas de estos cadáveres, había una nota escrita con marcador azul, la cual decía: "Estos son los cinco pequeños niños de los relatos".
Autor: Naaga