Wiki Creepypasta
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Era un día normal de cuarentena durante la pandemia del Covid 19. Ya había terminado mis tareas pendientes y me puse a jugar Terraria pirateado en mi teléfono móvil, ya que llevaba varios días jugando y le acababa de agarrar gusto a ese gran juego. Hace dos día acababa de pasar al hardmode, y me sentía realmente feliz. Ese día llevaba 3 horas jugando, por lo que llegué a tener el medallón de luna calabaza, ya que era halloween. Pensaba dejar el evento para otro día ya que debía descansar la vista y además prepararme lo suficiente, pero sin embargo decidí invocarla porque las ganas me mataban (metafóricamente).

Respiré hondo antes de utilizar el invocador, (eran las 9:37 pm y mi mamá tenía tanto sueño que se fue a dormir), conté hasta tres y lo accioné. Nada. No pasó nada.

El objeto se consumió y en cuestión de milisegundos la luna del juego cambió a la respectiva luna de calabaza pero al instante volvió a su estado normal. Al momento yo no me asusté, más bien me dio rabia y me quedé desconcertado, ya que me había costado lo suyo hacerme con el objeto  y solo quedaba un día de halloween. Me imaginé que se debía a un error del juego ya que era pirateado.

Me dio tanta rabia que cerré el juego sin guardar, con la esperanza que el guardado automático no se hubiese llevado a cabo luego de utilizar el objeto.

Cuando volví a entrar al juego, la pantalla de inicio o menú principal estaba de noche, a diferencia de lo normal que es que pase un rápido ciclo de día y noche y además el título estaba estático y no se movía, eso sin contar que no había música. Yo me asusté porque pensé que había dañado el juego al salir de aquella manera. Luego, en la selección de personajes, me di cuenta que uno de los dos personajes que tenía creados (el que yo no usaba) había desaparecido, y, el otro, el que estaba usando desde que comencé a jugar, estaba inmóvil, sin la típica animación de caminar.

Un poco asustado, sí, entré en el mundo, y, en la pantalla de carga no salían los habituales mensajes como el de “Distribuyendo líquidos”, solo se veía la barra de carga. Durante ese tiempo de espera sentí un frío entrante en los pies descomunal. Cuando por fin entré lo primero que revisé era si contaba con el objeto, y, al comprobar que no, la ira me desvaneció cualquier miedo que podía haber sentido hasta el momento. Estuve aproximadamente diez minutos haciendo gritos sordos y dando puñetazos al aire y fingiendo patear el mueble porque no podía hacer ningún tipo de ruido ya que eso despertaría a mi mamá.

Luego, cuando me calmé, me di cuenta de algo que no me había percatado hasta entonces porque la falta del objeto me encolerizó: en mi punto de spwan no estaban ninguno de los dos NPCs que allí vivían. Con una punzada de miedo tomé el móvil para confirmar lo que ya sabía: no estaban.

Me aproximé a la otra casa más cercana y nada, no estaba su habitante. Luego revisé el mapa y palidecí al ver que en el mundo no se encontraba ninguno de los NPC que ya hbía desbloqueado.

Entonces me di cuenta que tampoco había música en el mundo, revisé las configuraciones y vi que si la tenía activada. Por inercia y consumido por el miedo, me puse a recorrer el mundo, el cual ya no estaba lloviendo. Al cabo de un rato andando me di cuenta de que no había ningún animal, es más, no había ningún monstruo y eso que era de noche. No había un solo ser vivo en todo el mundo.

No sé por qué, pero me dirigí  a la corrupción que había en mi mundo, ya que de alguna forma relacioné lo terrorífico de la situación con lo tenebroso de dicho bioma y además allí se generaban demasiados devoraalmas, y tenía la esperanza de encontrarme al menos uno. Cuando llegué pensé que me encontraría con algo traumático, pero estaba equivocado, no había nada. Estaba todo normal.

En ese momento me di cuenta que mi detector de formas de vida detectó una entidad, pero esta tenía un nombre ilegible, decía “X500ui54ogaitnas22W98”

De nuevo pensé que mi juego estaba dañado, pero sin embargo me aventuré a descender por el abismo más cercano de la corrupción para “intentar” encontrar dicha entidad que decía detectar mi personaje.

Bajé lo más profundo posible ya que no encontraba nada, y para mi sorpresa, el fondo del abismo estaba cubierto por una muy baja capa de agua… roja… como si estuviera en una luna de sangre (en la cual obviamente no estaba). Avancé por la derecha ya que por la izquierda no había camino.

Cuando llevaba apenas un minuto avanzando me encontré con una lápida tipo cruz de las que aparece cuando mueres, que raro… yo no recordaba haber muerto en aquel lugar. Por mero instinto revisé lo que decía y estuve a punto de dejar caer mi teléfono cuando leí lo que decía:

"R.I.P (...) 2006-2020"

Y luego escuche un mensaje en mi mente que sonaba con voz siniestra, la cual estaba seguro no provenía de mi:

“No seas imbécil, ¿seguro que no se puede leer el nombre que está arriba a tu derecha? Y además, intenta recordar como obtuviste tu tan preciado medallón de calabaza. ¿Ya te diste cuenta no? JAJAJAJAJAJAJAJA. Estás condenado”

Fue ahí cuando me fijé en el nombre detectado y lo comprendí: estaba al revés, y mezclado con otros dígitos,  pero si la palabra central la volteabas decía “Santiago” ¡Mi nombre real! Y en ese momento en el que casi me dio un paro cardíaco me acordé de cómo había conseguido el medallón de calabaza: Estaba explorando la mazmorra, cuando de repente me cayó encima un ejército descomunal de esqueletos, entre ellos, ahora recuerdo haber visto a uno casi rojo, con cuernos y, hora que lo pienso, tenía lágrimas de sangre cayendo por sus ojos. En ese instante no me había percatado de estos rasgos tan extraños ya que estaba matando a diestra y siniestra esqueletos y no me fijé por más de un segundo en sus extraños rasgos. Luego, cuando ya había aniquilado a todo el ejército y revisé el inventario me emocioné al ver el medallón.

Ya que tenía cerca mi laptop y además estaba encendida, la destapé y busqué en Google rápidamente “Medallón de Calabaza Terraria” y cuando entré a la wiki y leí lo que decía me quedé petrificado, decía que se obtenía por medio de una fabricación, la cual yo no había hecho, y por más que leía no decía nada respecto a un drop.

Entonces me volví de nuevo al móvil y vi que arriba decía algo como cuando sucede un evento, pero era un mensaje, un mensaje que decía:

“Me encantó tu cara al  enterarte de todo”

Y luego otro:

“¿Qué diversión tiene para mí un juego en el que solo tú te diviertes?”

Parecía un chat

“Te tengo una propuesta”

“¿No querías un evento tenebroso y complicado para halloween?”

“Pues te daré uno macabro e infernal”

“Los dos nos divertiremos ¿No crees?”

“Te enfrentarás conmigo. Si ganas te concederé lo que pidas. Si pierdes…”

“Pues me darás lo que yo más deseo: Jugar por toda la eternidad mi evento contigo, no con tu personaje, CONTIGO”

“Disfrutaré matándote una y otra y otra vez, sin poder morir definitivamente y jamás tendrás paz”

“Y si te niegas pues…  tú y tus seres queridos lo pagarán”

“¿Qué dices?”

Mi primer impulso fue cerrar el juego y apagar el móvil, pero cuando me dispuse a hacerlo otro mensaje se asomó en la parte superior de la pantalla con letra rojas sangre:

“¡Ni se te ocurra!”

Apenas leí el mensaje escuche unos pasos fuera de mi habitación por lo que me apresuré a esconderme bajo la cama.  Temblando y llorando le dije a la criatura entre susurros que aceptaba su juego. Entonces apareció un último mensaje en la pantalla:

“Sabia decisión”

Dicho eso recibí un objeto en mi inventario llamado: “Luna de muerte”

Era como un medallón pero con la cara de un esqueleto rojo con lo que parecían ligamentos y tendones sangrientos colgando de su mandíbula y con los ojos empapados de sangre.

Cuando lo fui a accionar conté hasta tres igual que como lo había hecho con el medallón de calabaza.

Cuando lo usé en la parte inferior de la pantalla, donde solían aparecer los mensajes al invocar a algún jefe decía:

“Ya llegué”

Era la cosa más horrenda y traumática que había visto en mi vida, era… era… indescriptible.

Tenía el tamaño de esqueletron pero sus stas hacían quedar los de El Guardián de la Mazmorra obsoletos. Yo en ese momento tenía como equipo la armadura fundida, el filo de la noche, el arco de lingote infernal, flechas de quemadura, minitiburón, poción curativa mayor, banda de regeneración, flagelo con bola, botas cohete, botas de Hermes, nube en botella, caja de munición, báculo de abejas, poción de piel de hierro, poción de resistencia y gancho de diamante.

El bicho tenía una velocidad descomunal y enseguida me atinó el primer golpe que me quitó la mitad de la vida, yo enseguida me di cuenta de que no tenía oportunidades contra él y comencé a huir, con suerte durante cinco minutos logré esquivar muchos de sus ataques y le asesté algunos disparos con el minitiburón, pero era inútil, no le quitaba nada de vida. Entonces sucedió lo inevitable, me alcanzó y asestó su segundo golpe. Doy gracias a Dios de haber corrido con la suerte de que mis objetos me salvaran ya que me quedaron exactamente 10 puntos de vida (la mitad de un corazón). En eso me apareció un mensaje que decía “Eso ha sido suerte, no volverá a pasar”

Entonces me molesté y me fijé que en el inventario me quedaban tres dinamitas, entonces hice algo muy suicida: me quedé en un sitio cerrado y lancé las tres dinamitas, en eso el bicho se abalanza hacia mi con intensiones de asestar su último golpe, pero me quité justo para que la criatura llegaraen el momento en el que explotaron las tres dinamitas. Eso le quitó 6 de vida.

Yo estaba feliz cuando lo esquivé ya que tenía la esperanza de que las dinamitas le quitaran “algo” de vida, pero mi tensión se bajó al ver que no le había quitado más que seis míseros puntos de vida. Por otra parte el demonio se molestó, se molestó demasiado e hizo aparecer un mensaje que decía:

“¡Arggg se acabaron los juegos! ¡¿Cómo te atreves a burlarte de mí?! Mortal estúpido. Ahora lo pagarás.”

Fue entonces cuando el bicho se transformó en lo que se llamaría su “segunda fase” lo cual aumentó considerablemente su tamaño y triplicó su horripilancia.

Se acercaba lentamente hacia mi avatar y yo ya me hacía hombre muerto cuando lo leí.

Estaba escrito en letras azul claro en el centro del extremo inferior de la pantalla. Decía:

“¿Te hecho una mano?”

En eso veo que en la esquina izquierda de la pantalla aparece el guía, , pero… no era el guía en sí, sino su versión fantasmal, de un color azul trasparente y estaba flotando.

Lo primero que hice en cuanto lo vi fue acercarme hasta él lo más rápido que pude esquivando a la criatura maligna.

Cuando llegué le di tab y lo que decía me dejó sin aliento:

“¿Qué  cosas no?, hace unos minutos estábamos contigo y de un momento a otro morimos…bueno, ese tarado nos mató. Escúchame Santiago, esto ya no es un  juego, se convirtió en una guerra de vida o muerte. Ninguno de nosotros puede hacer nada, pero, sí podemos darte cosas para ayudarte. Cada uno de nosotros de dará un objeto, que te será más que útil en la batalla contra este demonio. Y roguemos, que salgas victorioso. Éstas son:

- Las jeringas purificadoras de la Enfermera.

- Las bombas holocausticas del Demoledor.

- Los cuchillos sagrados del Mercader.

- La orca del Traficante de armas.

- La poción bendita del Médico Brujo.

- El pincel de los deseos del Pintor.

- El báculo invocador de ejército de mini duendes del Tabernero.

- La espada Zenith bendita del Duende Chapucero.

- El lobo multicolor del Mercader de Tintes.

- Las alas arcoíris de la Estilista.

- La armadura bendita del Mercader Ambulante.

- El escudo de flores de la Dríada.

Y por último… El arco de los dioses y la flecha Terraria, de mi parte. Úsala bien ya que solo cuentas con un disparo, debe ser en el momento oportuno. Ve, te deseo suerte, vénganos ya que es tu deber. Adiós.”

Se me cerró la ventana de texto y desapareció el guía. El bicho ahora se acercaba más rápidamente, pero todo mi inventario había sido cambiado. Tenía todos los objetos que el Guía había mencionado.

Cuando estaba relativamente cerca de mí, el ser maligno me dijo:

“No debiste hablar con ese entrometido, no se termina de morir”

Justo después de haber dicho eso la criatura creció aún más y sus extremidades de multiplicaron por cinco, y además ahora expulsaba lava por su boca.

Lo primero que hice fue golpearlo con la Zenith bendita, y para mi sorpresa, le hizo un daño considerable.

Fue ahí cuando pensé “Esto va a estar bueno”

La batalla duró una media hora, yo estaba empapado sudando, no había ningún ruido a mi alrededor, sentía latir mi corazón dos veces más rápido de lo normal, y, sin darme cuenta tenía los ojos lagrimosos.

Llegó un momento en el que me quedaban 2 puntos de vida y a él 20. Me sentí enfermo. Ya había gastado todos mis recursos, y solo me quedaba la Zenith bendita, la cual a esas alturas era inútil, y los súbditos duendes los cuales ya no le hacían ningún daño. Pero entonces, por cuestión de segundos recordé que contaba con el arco y la flecha del Guía.

Yo estaba arrinconado. El monstruo se dirigía a mí a toda velocidad, y yo con un último acto de esperanza disparé la flecha.

Asesté el ataque justo en lo que parecía ser su tercer ojo, cuando ya se encontraba a tres bloques de distancia. Los 20 puntos de vida que él tenía hasta el momento desaparecieron junto con la aberración. Sin más. Desaparecieron. Yo estaba conteniendo el aliento y estaba a punto de desmayarme cuando oí una voz en mi cabeza que dijo: “Maldición, ganaste nuestro juego mortal. De verdad esto es una humillación para mí. Y prefiero olvidarlo. Cumpliré mi palabra. ¿Qué es lo que más deseas? Te lo cumpliré.”

Tardé cinco segundos en responder, ya que la respuesta vino de mi interior y no controlé lo que mi boca decía.

¡¡¡QUIERO QUE DEJES DE EXISTIR!!!

Lo grité. Con tanta fuerza que me quedó ardiendo la garganta. Al estar a esas horas de la noche mi gritó resonó hasta el último rincón del planeta. O así lo sentí yo. Y mi mamá, la cual salió de su habitación entre asustada, alterada y molesta.

Me regañó diciéndome algo que no escuche ya que todavía me encontraba en estado de trance por lo que acababa de vivir. Vi que estaba sumamente enojada y me arrebató el teléfono de la mano, apagándolo y arrastrándome hasta mi cuarto. Lo siguiente que supe fue que estaba castigado. Sin tocar el móvil por dos semanas. Por mí podía ser por un mes. Por la eternidad si era necesario.

Transcurridas las dos semanas yo no había superado del todo lo que había pasado, no comía bien y siempre estaba pálido. Mi madre me preguntaba que me pasaba y yo le decía que nada, ya que no me creería. Pero sin embargo podría decirse que me sentía a salvo.  Dudé mucho al tomar mi teléfono, pero sin embargo me decidí a no dejar de usarlo por lo sucedido, lo único que hice fue dirigirme a la aplicación llamada “Terraria” y desinstalarla.

Desde entonces uso el mismo móvil pero no he vuelto a saber más nada de ese juego.

Armadura Bendita

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Guía Fantasmal

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Zenith Bendita

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