“¿Dónde estás, cariño?” La oigo decir.
“Estoy muy cerca de ti…”
Piensa que es un juego. Yo me escondo y ella me busca… como siempre ha sido.
“¡Sé dónde te estás escondiendo!”
Está cada vez más cerca. Por favor, no dejes que me encuentre. No esta vez.
“¡Cu-cú tras! ¡Voy a encontrarte!”
Está justo tras la puerta del armario. Nunca he respirado tan fuerte en mi vida.
¿Por qué no podré estar en silencio?
A mi madre le encanta jugar al escondite. A mí también me encantaba hacerlo... Antes de que ella muriera.
“¡Te encontré!”