Hace un año mi mujer y yo nos divorciamos y ella ahora vive al otro lado del país. Estoy solo en la gran casa, acostado en mi cama, despierto. De repente escucho algo en el cuarto de mi hija, me dirijo ahí y la encuentro acostada pero despierta. Me acerco, le doy un beso y le digo buenas noches, ella me miró, sonrió y volvió a dormir.
Al regresar a mi cama un escalofrío recorrió mi cuerpo, ya que recordé que mi hija estaba con su madre desde hace varios días.