Cuando las paredes te hablen, muy seguramente no lo sabrás, y eso es lo mejor en especial para ti, pues ellas a través de sus palabras; emiten en estas todo el horror que puedas imaginar, y aun así el inimaginable de todo el mundo.
Cuando las paredes te hablen, de ellas emergerán grandes bocas, las cuales muy seguramente van a moverse vocalizando alguna blasfemia. Muy seguramente, lo que digan, sea totalmente intangible, pues no vas a escuchar un solo susurro, ni siquiera sonido. Pero te aseguro que, de ser así, tendrían una voz que de tan solo dirigirte un suspiro, te cegarían, reventarían tus tímpanos, y tu realidad se despegaría como un estruendo incontrolable.
Te voy a contar un secreto. Las paredes pueden ver mucho más de lo que un simple y limitado ojo humano podría, pues no solo observa todo lo que haces, o lo que hace la persona que esté en su mira, sino también cosas fuera de esta dimensión. Me han dicho las paredes que son las cosas a las que nosotros llamamos del otro lado. Y están ahí tanto cuando estás como cuando no estás, de día y de noche; solo o acompañado.
Cuando las paredes te hablen, de ellas van a emerger ojos grandes y mórbidos, que te seguirán con su mirada muy para tu pesar, y cuando se vean los tuyos con los de ellas directamente, en sus pupilas se reflejarán como en las tuyas reflejan, como en las de ellas reflejan los tuyos, todo el infierno que yace, insomne en el mundo.
En medio de la oscuridad, cuando las paredes te hablen.