Wiki Creepypasta

Hoy me desperté, me bañé, y me arreglé. Parecía el día perfecto, porque iba a visitar a mi tan querido bisabuelo, pero... ya saben, parecía el día perfecto. Mi madre estaba recogiendo algunas cosas que podría considerar necesarias, al fin y al cabo pasaríamos un día entero con él, pero dudábamos bastante del servicio de aquel hotel donde tendríamos que quedarnos.

Quizá alguien pregunte "¿Por qué en un hotel?" Porque él carecía del suficiente capital para tener una casa propia, obligado a vivir del alquiler de habitaciones en sitios ruinosos con personal que a todas horas se encontraba de mal humor. Sinceramente, yo conocía por antemano el tipo de ambiente que iba a encontrar cuando llegáramos, por dos factores: primero y principal, que hacía dos meses, el anciano se encontraba en cama de hospital rogando por su vida, y yo había escuchado a los médicos decir claramente que no le quedaba demasiado tiempo; y segundo, ese mismo día nos dirigíamos hacia allí porque una recepcionista preocupada nos llamó diciendo que tenía muy malas noticias para nosotros.

Y, justo como yo esperaba, no pude soltar una sola lágrima cuando conseguimos acceder a su habitación y lo encontramos tendido en las sábanas sin emitir vibración alguna; unas moscas sobrevolaban su cabeza y se posaban de vez en cuando sobre su peludo y arrugado rostro. Mi madre apoyó la cabeza sobre mi hombro, ya que aunque yo no me sentí capaz de llorar por él, ella se encontraba desconsolada.

Sss

-Vámonos, llamaremos a la policía y reportaremos su muerte. Nosotros no podemos hacer nada salvo velar porque llegue en una pieza a la morgue -dije, intentando que se calmara.

-Está bien... pero ve al baño y busca algunas sábanas, para cubrir el cadáver -me contestó, con algo de indiferencia.

-Ok.

Tardé menos de cinco segundos en cruzar la puerta que separaba el recinto donde mi madre lloraba por el difundo y su baño con olor a podredumbre, pero apenas me di vuelta, allí estaba el cadáver reanimado arrancando trozos de los brazos de mi madre, cuya garganta había sido cortada por un arma punzante que no estaba allí. La sangre caía sin control, como una catarata, desde todo su torso. Siempre he sido de esta forma, pero aun así, no pude reaccionar de ningún modo salvo echando a correr; no me encontraba llorando por mi madre, ni preocupándome por el resto de gente que debería morir dentro de ese hotel junto con mi bisabuelo, sino huyendo para salvar mi vida.

No reporté nada a la policía, no busqué ayuda a la gente que se encontraba cerca mío, sólo intenté oír los gritos de las chicas de limpieza y ver la sangre escurriéndose lentamente por las ventanas de todas las habitaciones.


Hoy me desperté, me bañé, y me arreglé, Parecía el día perfecto, porque iba a visitar a mi tan querido bisabuelo, pero... ya saben, parecía el día perfecto. Mi madre estaba recogiendo algunas cosas que podría considerar necesarias, al fin y al cabo pasaríamos un día entero con él, pero dudábamos bastante del servicio de aquel hotel donde tendríamos que quedarnos.

No sé, pero tengo un mal presentimiento, y me siento con menos ganas de visitar a mi bisabuelo.