Fernando me contó una historia sobre sus hermanas cuando eran jóvenes. Yo pensaba que Fernando era hijo único, pero al parecer no lo es. No sé cómo contarla tan bien como él, pero les contaré.
Cecilia, una de sus hermanas, cuando era niña, tenía una hermana llamada María, que tenía miedo a la noche por la simple razón de creer que había alguien abajo de su cama. Siempre a la noche, ella agarraba una linterna y se ocultaba abajo de sus sábanas, eso la calmaba. Al paso de los años, ella seguía con su miedo, a pesar de que ya tenía 14 años. Una noche, se dijo a sí misma:
-No hay nada debajo de mi cama, nada, nada.
Luego de esa noche, María se despertó malhumorada, le contestaba mal a sus padres, cuestionaba las órdenes, y decía malas palabras, lo cual era raro en ella.
A la noche, María no tenía ninguna linterna, sólo dormía como un ángel. Esa mismísima noche, ella sintió que alguien la estaba tomando del pie:
-Cecilia, ¡Cecilia!
Cecilia se levanta y le responde:
-¿Qué te pasa?
De pronto, la cama de María comienza a agitarse, se abre la puerta de su habitación y una sombra gigante sale de su cama, dirigiéndose al living. María quedó paralizada, pero Cecilia se levantó de la cama y fue al living. Justo cuando salió de su habitación, la puerta se cerró muy fuerte, tan fuerte que dejó grietas en las paredes. Cecilia comenzó a gritar, pero no ocurrió nada esa noche.
A la noche siguiente, Cecilia y María durmieron en el linving sobre un colchón.
Eran las 3:00 AM, y Cecilia se despierta. Cuando abre los ojos, se da cuenta que está en su habitación, sobre su cama. Una mano rara, negra y grande, tan grande como una silla, y muy peluda asoma por debajo de su cama.
Cecilia comenzó a llorar del miedo, pero justo vino su papá. Cuando llegó, la mano no estaba, y Cecilia tampoco. Una cámara, que siempre les recordará esos videos cuando sean adultas, captó todo lo que pasó. Lo que vieron fue una mano que salía por abajo de su cama, que tomaba el pie de Cecilia y la arrastraba hacia abajo.
Al día siguiente ellos se estaban mudando, María estaba empacando sus cosas. Su mamá, embarazada aparentemente de Fernado, exclama:
-¡María, apresúrate!
María le responde:
-Ya voy.
Cuando, de repente, la misma mano que se llevó a Cecilia, agarra del pie de María y la arrastra con él.
Cuando sus padres llegan a su habitación, descubren a María con un cuchillo cortando la cabeza de Cecilia. Luego se degolla a sí misma. Todo parece sugerir cuál es la causa de tanto alboroto, pero nadie sabe aún cuál es el origen de las grietas en la pared y el pelo debajo de la cama de Cecilia.