Debajo de la oscuridad, lejos de la luz, en un pasillo, lejos de la vista.
Hay un tramo de escaleras que descienden, no se encuentra ni rastro del fondo. Muy pocos han intentado descender, los pocos que nunca regresaron realmente. Es una oscuridad que consume la luz y es un terror que amplifica la noche. Los pocos que han ido caminaron por cada escalón, descendiendo por la eternidad a las profundidades del infierno. Pero no hay fuego, no hay tal infierno ardiente. La oscuridad sigue y sigue. Entonces lo ven.
Un rostro sin boca para gritar y sin nariz para respirar. Cuanto más se acercan, más ve. Y ahí es cuando huyen. Ya sea hacia arriba o hacia abajo, no importa en qué dirección. No hay escapatoria. Incluso corriendo hasta lo alto de las muchas escaleras, no hay escapatoria. Siguió a los que se fueron. Buscando escapar, pero solo encontraron una pared sin puerta. Atrapados y sintiendo la muerte inminente, sus gritos nunca se escuchan. Les cortó la garganta con dedos largos. Pero si eligieran hacia abajo, seguirían corriendo hacia la oscuridad. Ver cosas que no deberían verse.
Caras probablemente muertas. Sangre y cuerpos de víctimas anteriores. Cada piso parece ser peor. Pero tal vez solo tal vez uno de ellos llegó al fondo aún con vida. Colapso por agotamiento pero no por inconsciencia. Entonces ven algo más. Un niño llorando. Lo llaman, exhaustos y asustados. No responde, pero sigue llorando. Luego se acercan a él.
Miedo de que sea otro monstruo, pero aún convencido de que es un niño que llora. Se arrodillan frente al niño y levantan la cara. Es un niño normal, pero llorando lágrimas de sangre. El terror se llena en sus ojos mientras señala detrás del que está frente a él. Se vuelven para ver lo que ahora hay detrás de ellos, solo para volverse cara a cara con el ser sin boca. No hubo gritos, solo silencio.
Entonces esa persona se despertó, solo para descubrir que era una pesadilla. Se sienten aliviados de estar en su propia habitación iluminada por el sol. Se levantan de la cama y se visten para el día. Luego van a abrir la puerta de lo que pensaban que era su apartamento. Solo para abrir la puerta a la oscuridad total. Paralizados por la confusión, no se mueven cuando el ser con quien antes no tenía boca, ahora con dientes afilados, se abalanza sobre la persona con intenciones asesinas.