Un muchacho buscaba un departamento para rentar, curiosamente encontró uno en el centro de Tokyo a un precio muy bajo (la décima parte del costo normal). Era un departamento en un primer piso, cerca de las escaleras de acceso (quienes han tenido oportunidad de ver los edificios en Japón recordarán que es común que las escaleras de acceso siempre se encuentren a un costado, justo para desembocar en la calle).Sin pensarlo dos veces lo rentó.
Ese mismo día se mudó, todo pareció perfecto hasta que anocheció...
Justo a las 2:00 am, un ruido fuerte y sólido lo despertó, decidió salir y ver de qué se trataba; al pie de las escaleras estaba un niño pequeño jugando. El muchacho le preguntó por qué jugaba solo a esas horas pero el niño no respondió y corriendo se perdió en la oscuridad. Sin más, el muchacho regresó a dormir.
A la noche siguiente nuevamente a las 2:00 am el muchacho despertó, pero esta vez escuchó no solo uno, sino dos ruidos seguidos y la temperatura bajó sorpresivamente, como si se encontrara dentro de un refrigerador. Se limitó a pensar que nuevamente el niño estaba jugando y trató de continuar durmiendo.
Pasaron 6 noches más, pero cada noche, justo a las 2:00 am se había despertado sintiendo un frío que le helaba los huesos y escuchando esos ruidos. Solo que algo había cambiado: ahora eran 8 ruidos. Cada noche se había sumado un ruido consecutivamente.
Ese día decidió no ir a trabajar; hizo algunas tareas caseras y luego salió de compras.
Bajaba la escalera apresuradamente, de repente paró en seco: se percató que cada uno de sus pasos en la escalera era igual a cada ruido que escuchaba en las noches. Entonces supuso que se trataba de un vecino, pero... ¿Por qué gradualmente solo había escuchado 8 pasos hasta ahora? ¿Por qué el vecino no subía completamente la escalera?
Ese mismo día un amigo le visitó y a media conversación el amigo algo inquieto le preguntó: "¿Te has dado cuenta que solo hay 13 escalones en la escalera? Ten cuidado, eso no es nada bueno".
El muchacho rió y tachó a su amigo de ser supersticioso.
Ya durante la noche, volvió a despertar a las 2:00 am, el mismo frío, los mismos ruidos de alguien que subía la escalera: "Uno, dos... Ocho, ¿nueve? Solo nueve pasos". Y esta vez recordó las palabras de su amigo y le costó más trabajo conciliar el sueño.
Pasaron tres días más, el muchacho ya ojeroso y cansado sin soportar más desvelo (la noche anterior escuchó 12 pasos), tuvo la esperanza de poder dormir, sin embargo... Otra vez a las 2:00 am repentinamente despertó, el frío fue más intenso que las otras noches. Comenzaron los pasos y a cada paso una sensación de temor le inundaba sin saber porqué, sentía que algo se acercaba..."Diez, once, doce, trece".
Después de esos trece pasos unos segundos de silencio y luego... ¡Un horrible estruendo golpeaba su puerta! Alguien trataba de entrar y golpeaba una y otra vez la puerta y el muchacho se estremecía de horror. Finalmente solo con un hilo de voz se atrevió a preguntar: "Quién es?". Pero en respuesta solo escuchó un rugido escalofriante. Él no quería abrir pero lentamente se acercó a la puerta, se arrodilló y decidió asomarse por la pequeña ventanilla para el servicio postal. Más valdría no haberlo hecho. Justamente frente a sus ojos estaban otros ojos. Una mirada furiosa y llena de odio. Lo poco que alcanzó a ver de la piel de ese rostro era azulada, con manchas negras y grietas que parecían heridas viejas sin sanar.
Inmediatamente el muchacho saltó hacia el fondo dando gritos y finalmente desmayado del horror!!
A la mañana siguiente, fue a casa de su amigo y le contó todo lo ocurrido. Ambos decidieron hablar con el dueño de esos departamentos, era un anciano.
Al principio el anciano se negaba a hablar con ellos, pero después de escuchar lo acontecido se paralizó y con una mezcla de sorpresa y horror comenzó a decir: "¡Entonces es verdad! Antes de que usted rentara ese departamento hubieron otros inquilinos, cuatro para ser exactos... Cada uno de ellos no duró más de dos semanas ahí. Dos dijeron que fueron atacados por el cadáver de una mujer, y los otros dos fueron encontrados muertos. Creo saber lo que vieron. Hace mucho tiempo, los primeros inquilinos de ese lugar fueron una mujer y su hijo pequeño de 5 años. Una madrugada murieron a causa de un incendio. Todo fue muy raro. Encontraron rastros de que la mujer trató de abrir la puerta pero ésta se atascó. Los vecinos dijeron escuchar los gritos de horror y auxilio de la mujer y el niño, pero nadie pudo entrar para rescatarlos y murieron quemados completamente."
Al escuchar todo esto el muchacho decidió mudarse enseguida, aunque ya era un poco tarde.
Su amigo llevó varios amuletos de papel para pegarlos en las paredes del departamento y salió a buscar un camión de mudanza mientras el muchacho terminaba de empacar. Pero oscureció. Una lámpara se cayó, luego las luces se apagaron... La temperatura bajó, una ráfaga de viento acompañada de un rugido abrió la puerta. El muchacho solo alcanzó a ver que el rostro macabro de una mujer estaba muy cerca de su rostro.
Cuando el amigo regresó y vio la puerta abierta se acercó corriendo, temiendo lo peor. Encontró al muchacho tirado en el piso, al fondo, el rostro completamente azul, la mirada cristalizada, una mueca de horror, la manos rígidas en la postura de tratar de alcanzar su cuello, la boca entreabierta con los labios morados, había algo en ella... Todos los amuletos hechos bolas y atorados en la garganta.
Desde entonces nadie quiere rentar ese lugar, pero siempre hay un incauto, un escéptico, un curioso, o simplemente alguien que busca un departamento barato para rentar... ¿Tú lo rentarías?