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En un lugar muy remoto, una pequeña villa llamada "Heinzfields", habitada por muy pocas personas, la mayoría entre ellos eran jóvenes, un día muy caluroso llega a su final, dándole entrada a la fría noche.

Yo estaba muy tranquilo en la sala de estar, mis padres estaban fuera de la villa, habían ido a una ciudad algo lejana a visitar a mis abuelos, decidí quedarme con mi hermano menor Josh. Él ya había ido a dormir, pues ya era muy tarde. Me aseguré de cerrar todas las puertas y ventanas, y al estar seguro de ello procedí a ir a mi habitación, que quedaba en la otra parte de la casa.

Cuando iba en camino, escuché claramente la voz de una pequeña niña, como de unos 4 o 6 años, pero no le presté mucha atención, creí que mi cerebro me jugó una pequeña broma, o cosas así puesto al cansancio, llegué a mi habitación, me aseguré de que todas las luces estuviesen apagadas, excepto la que llegaba a alumbrar por poco a mi habitación.

Me recosté sin dejar de pensar en aquella voz, en lo que se escuchó el eco de un "Click" Volteé a ver, y la luz estaba apagada, mi corazón comenzó a palpitar muy rápido y fuerte, tanto que casi se salía de mi pecho... En lo que se escucha en el salón junto a mi habitación, una risa llena de alegría, pero en el tono de voz de una pequeña e inofensiva niña.

No sabía que hacer, ni que pensar, nada más que esperar... Luego la puerta de mi habitación se abre lentamente, dejando un pequeño espacio como si me estuviesen vigilando, di la vuelta en mi cama viendo hacia la pared, mientras escuchaba la risa cada vez más cerca de mí, en lo que me atreví a gritar "ALÉJATE!" mis latidos se aceleraron aún más, pero la risa llegó a su final.

Cuando empecé a calmarme, siento el roce de una cabellera larga y sedosa en mi mejilla, y unos labios húmedos cerca de mi oído, y quedé paralizado, quería salir corriendo de la habitación pero mi cuerpo no reaccionaba ante la situación. Luego escuchó con una tierna y encantadora voz...

-Sólo quiero dormir, déjame en paz.

Acompañado de una risa tenebrosa y unas pequeñas manos apoderándose de mí, el miedo se apoderó de mí, sentía que no podía moverme y mucho menos gritar, no me atreví a abrir los ojos si no hasta cuando me sintiese seguro, esas pequeñas y gélidas manos pasaban por mi abdomen hasta llegar a mis mejillas y con una fuerza increíble... me rasgaba el rostro poco a poco, el dolor era intenso, pero aún así no podía gritar... Justo cuando comenzaba a ser insoportable, el martirio terminó, no sentí ni vi a la niña... o lo que se supone que era... me atreví a levantarme de la cama, siempre con un poco de miedo, en lo que veo a mitad de mi habitación un oso de peluche de un color café pero algo desteñido, sin un ojo y algo rasgado.

Me quedé viéndolo un momento y decidí recogerlo, la luz de mi habitación se encendió, lo que dejó plasmado en la pared una enorme sombra como 2 o 3 veces mi tamaño y se escuchaba un delicado llanto justo detrás de mí.

"La niña." Fue lo primero que pensé, así que me llené de valor y volteé, no vi absolutamente nada, o al menos... nada extraño. Un sonido estruendoso inundó el salón de al lado.

Me atreví a salir a ver y veo la silueta de la pequeña niña, y pregunté.

-¿Estás perdida?, ¿Cómo entraste?

La niña contestó: ¡Aléjate de mí!, ¡No me hagas daño!

Me asombré demasiado que no pude decir ni hacer nada... quedé en shock. Es como si hubiese sido yo quien aterrorizaba la noche de la inofensiva niña...

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