Aún recuerdo aquel fatídico día, en el que pensé que todo ocurriría como siempre lo había hecho; como otro día cualquiera en mi día a día. Sin embargo, todavía no era lo suficientemente consciente de lo equivocado que estaba, ni de lo que me estaba aguardando ese día.
Mi nombre es Juan y tengo 24 años, soy una de esas personas a las que le agrada poder dar largas caminatas matutinas para poder sentirme bien conmigo mismo.
Tras emprender una de mis muchas caminata después de desayunar, terminé ingresando en un bosque que nunca había visto cerca de mi hogar. Ese día, note que había bastantes personas en el lugar, pensé que debía tratarse de un parque normal y corriente, ¿sería que nunca me había percatado sobre esté sitio debido a su cercanía con mi hogar?
Nada más situarme en la entrada de dicho parque, una corriente de un frío helado recorrió mi cuerpo haciendo que me percatara de que a un costado de mí se hallaba un letrero hecho con madera con el supuesto nombre del bosque en el que me caminando.
"Bosque del árbol viviente", ese nombre me parecía bastante agradable, cuán equivocado estaba sin yo saberlo. Poco a poco me iba adentrando más en el bosque e iba percatándome de que la gente con la que me iba encontrando se veía cada vez más pálida y eso me preocupaba, pero decidí obviar ese detalle y seguí caminando.
Dieron las once de la mañana, debía volver a casa. Di la vuelta y, para mi infortunio, todas las personas con las que me había topado habían desaparecido repentinamente, es más, no reconocía en qué parte del bosque me encontraba, ¿acaso me había perdido en ese bosque? Solo me quedaba la opción de volver por donde había llegado para comprobar si ese era el camino por donde llegué, tenía que volver como fuese a mi hogar.
Era extraño, cuando comprobé por última vez mi reloj este marcaba que eran las once de la mañana en ese momento, y cuando volví mi mirada sobre este me sorprendió enormemente, ya que según mi reloj supuestamente eran las cinco de la tarde, ¿cómo podía haber estado seis horas más en ese bosque, se habría estropeado mi reloj sin darme yo cuenta? A pesar de estas preguntas que no dejaban de rondar por mi mente, no pude evitar asustarme, había estado demasiado tiempo en ese bosque y fue en ese entonces cundo logré una voz en medio de aquél páramo de frondosos árboles.
"¡Insensato, te quedarás atrapado aquí por toda la eternidad!".
Aquellas palabras me dejaron estupefacto, ya que nadie a parte de mí se encontraba en ese lugar, salvo los numerosos árboles que conformaban el lugar. Entré en pánico pensando en que debía tratarse de algún tipo de fantasma o algo así.
"Te equivocas, no estás solo, estamos nosotros también aquí".
Volteé hacia atrás de mí y corroboré que nadie a parte de mí se encontraba ahí, solo lograba ver árboles y más árboles, ningún ser vivo más que yo. No lograba entenderlo, ¿acaso estos arboles habrían cobrado vida propia y me estaban hablando o es que me esteba volviendo loco debido a la presión a la que estaba sometido?
Analicé la situación varias veces con el objetivo de encontrarle alguna explicación a lo que me estaba ocurriendo y no lograba encontrar ninguna explicación lógica. Es más, no quería creerlo pero lo único que tenía sentido es que todo era producto de mi imaginación por culpa de la tensión que había sentido o que en verdad me había vuelto loco. Sin esperanza alguna terminé dirigiéndome hacia un árbol con la esperanza de poder salir de ese infierno.
—¡Dime, por favor, árbol qué es en realidad este bosque y cómo puedo salir de aquí! —Había terminado la poca sensatez que me quedaba y terminé hablando con un trozo de madera, para mi sorpresa aquél trozo de madera pudo emitir una respuesta a mi pregunta.
—Pobre ser humano, tan desesperado te encuentras que terminaste hablando con nosotros directamente en último intento de poder salvar tu miserable alma. Verás, este lugar es claramente nuestro hogar, donde disfrutamos de la soledad que hay y detestamos que personas como tú se adentren en nuestro interior interrumpiendo la paz que gobierna este lugar. Las personas con las que te has cruzado durante tu viaje se trataban de personas que habían fallecido en este lugar, cuya alma hemos decidido conservar en pena por el motivo que te mencionamos anteriormente, y tú, ser inferior, serás el siguiente en unirte con los tuyos.
No podía creérmelo, los árboles podían hablar, ¿sería cierto que iba a morir? Lo único que sabía es que no eramos los únicos seres vivos que podemos hablar. Terminé asumiendo que los arboles eran capaces de hablar y que este lugar terminaría siendo mi nuevo hogar para siempre. La presión y la ansiedad terminaron apoderándose de mí, y en un abrir y cerrar de ojos terminé cayendo desmayado.
No sé cuánto tiempo habría permanecido en ese estado, pero cuando logré recuperar la conciencia me percaté de que unos guardabosques habían logrado rescatarme de ese lugar. Me comentaron que, por los síntomas que mostraba, había permanecido en ese bosque por dos días enteros y que había resultado un milagro que hubiera estado vivo, sin que la deshidratación o la hipotermia me hubieran afectado, y que era como si otra persona me hubiera ayudado a permanecer convida, ¿por qué motivo me habría permitido ese bosque seguir vivo?
Desde aquel incidente, cada noche al dormir escucho la voz de aquellos árboles, atormentándome sin parar. Terminé dejando la rutina de salir a caminar y siempre cuando me dispongo a salir a un lugar o a trabajar puedo escuchar de alguna manera a los árboles del lugar susurrarme.
"Tu hogar aún te sigue esperando, no lo olvides nunca".
Ahora sé que no volveré a ser jamás el mismo, pero lo más importarte es que solamente yo sé que los árboles son capaces de hablar, y tú, ¿también puedes oírlos?