Wiki Creepypasta
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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de re inserción social a donde puedas llegar. De forma casual, camina hasta el escritorio principal sin llamar la atención, o el destino que enfrentarás en la manos del trabajador será más tortuoso que cualquiera imaginable por mentes mortales.

Si llegas al escritorio, en un tono muy bajo, pregunta al trabajador por ver a El Holder de la Pofecia. El trabajador te responderá con una voz vehemente y profunda, que pareciera imposible que un humano pudiera concebir, diciéndote que el Holder que buscas se ha trasladado. Aunque el hombre parecerá gritar, nadie en el vestíbulo le prestará atención. No le creas. Él no cree que seas capaz de escuchar las palabras del Profeta. Respóndele con el mismo tono que usaste antes:

“Estoy listo y dispuesto a soportar el peso de Su profecía”.

A este punto, el hombre mirará en lo profundo de tu alma. Si lo has convencido, su escritorio, a continuación, se caerá al suelo, dejando al descubierto una escalera que parece ser increíblemente larga. Si no, no te molestes en rezar por una muerte rápida, ya que tus oraciones caerán en oídos sordos.

Comienza a descender por las escaleras. Frente a ti, a lo que parecerán kilómetros, habrá una luz blanca brillante, como si fuera el final de un largo túnel. No mires atrás, pues el trabajador estará mirándote. Cualquier señal de una voluntad vacilante y atravesarás estas escaleras por el resto de la eternidad.

Si en cualquier momento la luz al final de las escaleras pareciera cerrarse, como si una cortina la cubriera, brama, con tu voz más potente:

“Soy digno de visitar al Profeta y escuchar su Profecía”.

Si la “cortina” se abre y la luz aparece de nuevo, has sido bendecido, pues el Profeta te ha escuchado. De otro modo, arrójate fuera de las escaleras al olvido abajo y reza por golpear el suelo antes que las criaturas que habitan este lugar puedan alcanzarte.

Una vez llegues a la luz, pasarás a un nuevo plano de existencia, uno mucho más bello y sereno de lo que hayan podido soñar incluso los más grandes artistas. Verás a dos hombres profetizando debajo. Uno es un hombre gigante, más grande que cualquiera que hayas visto. Su voz resuena con un tono atronador cuyo echo reverbera en todo el planeta. El otro es un hombre anciano, débil y frágil que difícilmente puede moverse. Es difícil entenderle, debido a que parecerá sufrir un caso avanzado de la enfermedad de Parkinson.

Aproxímate a uno de los dos; asegúrate de escoger al correcto. Sólo te prestarán atención a una pregunta específica:

¿Por qué quiere Él que vengan juntos?

Si has escogido de forma incorrecta, el hombre frente a ti se reirá maníacamente, con una voz más malvada que la del mismísimo Satanás. Serás arrojado al olvido, para ser atormentado por las legiones del Infierno por el resto de la eternidad. Pero si escogiste bien, el Profeta levantará tu cabeza y te narrará una estremecedora profecía, una que explicará, en hórrido detalle, de Sus motivos para reunir los Objetos juntos una vez más. Considérate afortunado de escapar de su historia con tu salud mental intacta. Él extenderá su mano hacia ti.

Si tomas su mano inmediatamente, Él te considerará orgulloso, y te lanzará con fuerza inhumana por los aires, enviándote más allá del alcance de cualquier atmósfera natural. Te sofocarás eternamente y te congelarás en el negro vacío del espacio exterior. Si dices solemnemente:

Guante

“No soy digno” 

Tomará tu mano. Inmediatamente cierra los ojos, pues si no lo haces, desearás haberlo hecho, pues en un instante, serás testigo de la masacre del Falso Profeta y de todos los Falsos Profetas antes que él. Lo que verás seguramente te conducirá a la locura. En tu mano sentirás un calor suave, como el de un spa caliente. Cuando abras los ojos, estarás en tu cama en el lugar que llamas hogar, con un guante en la mano.

El guante es el Objeto 218 de 538. Ahora conoces su plan. 

¿Serás capaz de detenerlo?

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