Wiki Creepypasta
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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier restaurante a donde puedas ir. Alcanza la entrada, y un garzón se acercará a ti, su arrogancia y desinterés en ti es notoriamente obvio. Si no es así, entonces aún no has sido considerado digno y deberás regresar luego de que hayas obtenido otro Objeto.

De lo contrario, dile en un tono elegante que deseas una mesa en la parte de atrás y que no quieres ser molestado. El camarero te mirará de arriba abajo y se irá; su falta de respeto será exasperante, pero debes quedarte quieto y sólo verlo. Eventualmente, se volteará, hará sonar los dedos y te indicará una mesa. Pasará por delante de ti y deberás darle las gracias educadamente antes de sentarte. No responderá, pero el no agradecerle le incitará su gran furia.

Luego de unos pocos minutos, el garzón se acercará a tu mesa, esta vez viéndose muy ansioso; gotas de sudor serán apenas perceptibles en su frente y sus ojos se mantendrán mirando hacia la puerta. Sigue su mirada hacia la puerta, donde verás a dos hombres robustos bloqueando la salida, con los brazos cruzados. Estarán mirando al camarero.

Te mirará y dirá:

“¿Qué desea servirse?” toda su altivez anterior habrá desaparecido de su voz.

Sólo responde con:

“Deseo cenar con El Holder del Inmmolare”.

El garzón se estremecerá visiblemente, e intentará persuadirte por otro lado con tentadoras descripciones de cada artículo en el menú, pero debes ser persistente. Rogará por que pidas algo para comer, pero no lo hagas. Cuando te susurre al oído, exige tu comida alzando la voz forzosamente. Esto captará la atención de los otros dos hombres, quienes caminarán y tomarán al camarero de sus hombros antes de arrastrarlo fuera, hacia la puerta de la cocina.

Momentos después, un hombre vestido con pantalones de traje y un chaleco asquerosamente sucio, sosteniendo un plato de comida, saldrá de la cocina y se sentará a tu lado.

“Cuéntame de Immolare”, él ordenará, pero no respondas a menos que quieras ser su próxima merienda. Eventualmente, dejará su plato sobre la mesa y te dará permiso para comer.

En este plato estará la pierna de un bebé, casi quemada. Come con prisa: tú eres la estrella de su show, y todos estarán mirando. La menor señal de repulsión conducirá a los espectadores a un frenesí asesino antes que tu tarea esté completa.

Cuando termines de comer, el hombre tomará tu plato y te pedirá que lo sigas; debes hacerlo. Serás llevado al centro del lugar donde estará una silla. Siéntate y espera. Una multitud se ha reunido a tu alrededor ahora, todos sus ojos ansiosamente hacia ti. En ese momento, las puertas de la cocina se abrirán, los hombres en la puerta aparecerán con un carro ornado, provocando expresiones de júbilo infantil en los espectadores.

En ese carro estará el camarero; desnudo, atado, con cadáveres frescos y desmembrados de bebés y fetos en cada orificio. Sus ojos estarán cosidos, su patética lucha todo lo que queda de su cordura.

Si miraste a tu alrededor, habrás notado que el restaurante sigue llenándose desde que comiste, la multitud ahora se esparce de muro a muro y se hace más grande, cada ser clamando por una mejor vista. Ocurrirán pequeñas escaramuzas mientras la lucha por conseguir una mejor vista se vuelve más literal.

Uno de los hombres quitará una pequeña bolsa de cuero de sus pantalones, la deshará y tomará un gran pedazo de una mezcla toscamente molida. La multitud caerá silenciosa ante esto, y él rociará la mezcla sobre el camarero.

El indefenso garzón será golpeado, mientras la mezcla quema profundamente su piel, haciendo que el humo se levante, y sus gritos no serán nada comparado con los tormentosos aplausos y arrebatados gritos de alegría de la multitud. En poco tiempo, la lucha va a romper de nuevo, pero esta vez la gente estará trepando no para ver, sino para comer – corriendo hacia el indefenso camarero para devorar su carne aún viva.

Sus gritos de angustia nunca se levantarán por sobre el lujurioso grito de la multitud mientras lo hacen pedazos, hartándose sobre la ofrenda. El festín se tornará en una orgía; una masa retorcida de cuerpos desnudos se revolcarán el suelo, chorreando de sangre al camarero y a sí mismos.

Luego de un instante, la multitud caerá en silencio como un sueño profundo los envuelve. El hombre de la puerta te preguntará:

“¿Fue de su agrado?”

“Yo quiero el Immolare”, es todo lo que puedes decir.

Si quieres el Immolare, deberás tomarlo: En el momento en que declares tu deseo, el hombre correrá hacia ti. Haz lo mejor que puedas para esquivar sus dientes, pues son bastante afilados, y estarán tan podridos que seguramente te infectarán. Termínalo de cualquier forma que puedas, o enfrentarás el mismo destino que los otros Buscadores, aquellos que has visto devorar al camarero, atrapados y queriendo nada más que tu próxima comida.

Una vez lo hayas derrotado, toma la bolsa y ponla sobre tu cabeza. La horda estará durmiendo con agitación, vaciando sus contenidos sobre sí mismos. La mezcla quemará hasta tu alma, un dolor punzante recorrerá a través de tu cuerpo mientras la multitud se vuelve febril, la cantidad excesiva de mezcla los volverá furibundos, y ellos se despedazarán unos a otros para cenar sobre ti.

Despertarás en tu hogar, con la bolsa en tus manos, cubierta con quemaduras y mordidas, y una pequeña cantidad de la mezcla quedará dentro.

La Mola Salsa es el Objeto 295 de 538. No importa cuantas veces sean alimentados, su hambre nunca podrá ser satisfecha.

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