Wiki Creepypasta
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Quien me contó esta historia sabe que yo tenía pensado escribirla y me dio permiso, así como sabía que no soy un historiador ni un catedrático, así que confío en que no me va a reclamar si es que algunas de las cosas no están exactamente descritas como sucedieron.

ENVOY 2

En la ventana de atras

¿Ven esta foto? Si no se ve muy claro pueden descargarla y verla en su celular o en su PC, para que la analicen. Si aún así no se ve claro, no duden en pedirla y se las mandaré por correo. Pero, por razones que explicaré más tarde, quiero advertirles que la eliminen después de eso.

La persona que me la pasó a mi celular me contó que en toda su vida le han pasado un sinfín de cosas extrañas, que podría escribir un libro. Me contó varias anécdotas, pero esta es la que más me llamó la atención porque es una de las pocas de las que afirmó tener pruebas.

Dijo que un domingo que su esposa y sus hijas estaban con su suegra, él se recostó en el sillón a ver el futbol y que se quedó dormido. Despertó una hora después y la televisión estaba apagada. Sus perros ladraban en su garaje, estaban muy asustados, aunque no había nada allá afuera. Algo lo urgió, repentina y apremiantemente, a tomarle una fotografía a su camioneta; no me explicó qué, pero me dijo que tenía que tomarle una foto.

Esta fue la foto que tomó. Dijo que lo que se ve en la ventana de atrás es el reflejo del barandal de su cochera. Lo que sea que se está reflejando en la ventana, no estaba ahí. Dice que fuera lo que fuera, estaba como si quisiera entrar en su casa y no pudiera. Me explicó que, aunque al principio se asustó y se alejó de su ventana, más tarde ese día se sintió bendecido, porque era como si el que lo instó a tomar la foto quisiera decirle: “mira lo que mantengo a raya fuera de tu casa”.

Dice que llevó la foto con un reverendo para enseñársela. Él le dijo que, independientemente de lo que creyera ver, que borrara la foto de su celular, pues traer la imagen consigo era como cargar malas vibras. Él la eliminó de su celular, pero la dejó en la nube.

Al terminar su historia, le pregunté que si podía ver esa foto, y al siguiente día la bajó de la nube y la pasó a mi celular. Pensaba escribir esto de inmediato, pero por alguna estúpida razón lo olvidé. No debí haberle dado la importancia requerida al tema.

Repito ahora y siempre repetiré que no es que sea un valentón o un escéptico. Antes al contrario, respeto las cosas que no entiendo y nunca me atrevería a tontear con lo desconocido, aunque ya tenga mi religión e ideología bien establecida. Lo dice esa famosa frase de MEAN STRETS: «con el infinito no se juega». No digo que crea que algo haya pasado, pero durante la semana que traje la imagen en el celular, me despertaba seguido en la noche; dormía acalorado aunque el aire estuviera encendido; siempre sentía esta extraña urgencia, como si olvidara algo muy pero que muy importante y no podía recordar lo que era; sentía esta opresión en el estómago. Incluso mi sobrinita comenzó a jugar a cosas a las que nunca jugaba. Se encerraba en el cuarto de la lavadora y miraba hacia arriba, sonriendo; abría y cerraba la puerta como loca. ¿Quién le enseñaba estos juegos?

Sobrinta

Aca arriba

Fue cuando recordé la foto y todo cobró sentido. La puse en mi correo electrónico en una carpeta comprimida mientras escribía esto y desde entonces, he podido dormir como bloque de nuevo. Mi sobrinita ya no está ansiosa por entrar a ese cuarto.

Creo que dejar la foto aquí, aunque esté a mi cuenta, no afectará en nada, pues no la traigo más conmigo. Y no estoy admitiendo nada, si es que me entienden. Sigo sin creer en cosas como esta. Para mí, el mundo espiritual sigue siendo un misterio que espero resolver hasta el día que el telón se cierre para mí. Pongo la foto para que la vean y la examinen por su cuenta, y (¡demonios!) por propósitos literarios. Pero creo que no deberían cargarla consigo bajo ninguna circunstancia por la misma razón que yo no lo hago: para no joder con lo desconocido.

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