Antes de que el mismísimo hombre caminara sobre el mísero lugar que ahora llamamos Tierra, antes de que la codicia y la sombra del sadismo humano tocaran el mundo existía un lugar dentro del globo,un continente de tierra oscura y árida poblada por seres que ahora llamaríamos monstruos. Vivían en armonía hasta que con el pasar de las eras la raza humana surgió, la avaricia apareció en el mundo, esto llego hasta las sensibles criaturas en su continentes.
Por primera vez la maldad los tocó, esto causó la caída de su pequeña civilización causando guerras interminables. El Continente Oscuro cayó en la desesperación y terminó hundido en el mar y el olvido, pero este no era el fin de aquellas criaturas, algunas de ellas poseían cualidades anfibias y con esto sobrevivieron como monstruos territoriales en las ruinas de los que alguna vez fue el Continente Oscuro.
......
Ed tomó sus cosas, estaba listo para partir. Isaac lo esperaba junto con sus amigos fuera del departamento para partir hacia el campamento.
Bajó rápidamente las escaleras y vio a su amigo apoyado en la furgoneta con un cigarro en la boca
-Vaya Ed que te has tardado, vamos sube rápido- Dijo Isaac con voz grave mientras tiraba el cigarro al piso.
-Gracias por la espera, cabrón.- Soltó entre risas mientras dejaba sus cosas en la furgoneta- Espero que sea un viaje divertido.
Subió y eran en total cuatro personas, listos para aquel campamento alejado de la ciudad. Algo para poder alejarse aunque sea un poco de la urbe.
La furgoneta avanzó por las calles hasta llegar a una larga y bastante desolada carretera, era un lugar por el que no pasaban muchos autos, el sol estaba escondido entre las nubes y el aire a través de las ventanas reconfortaba a los cuatro amigos. Jeff, Walter, Isaac y Ed disfrutaban ahí bebiendo y fumando, llenando de humo el pequeño lugar mientras se dirigían a lo que ellos creían sería un “bonito campamento”.
Después de horas de trayecto, y un desvío de camino se encontraban dentro de algo parecido como un bosque, algo lleno de naturaleza que la urbanización no había tocado, dejaron estacionada la furgoneta y bajaron las cosas, carpas, comida y un par de guitarras.
-Jeff, Walter vallan a buscar cosas para iniciar una fogata, no sería bueno no tenerla y que oscurezca, Ed ayúdame a armar la carpa.- Isaac daba las órdenes con calma.
Todos arreglaban el lugar entre risas hasta que vieron algo, había un gran río cerca del lugar.
-Valla que conveniente, creo que este daba directo en el mar, mañana podríamos a bañarnos un rato a por aquí.- Jeff observó el río mientras pronunciaba sus palabras.
Los cuatro volvieron al campamento donde abrieron unas latas de comida y prendían una fogata mientras el sol bajaba y lentamente caía la noche.
Tomaron las guitarras, Walter y Ed tocaron mientras bebían hasta que el sueño los consumió y partieron hacia la carpa. La noche fría pasó lentamente con ellos dormidos y el río inquieto que avanzaba en la oscuridad total del bosque, los cuatros amigos ya un poco tocados por el alcohol durmieron plácidamente.
El sonido de los pájaros los despertó, el sol estaba alzándose en el cielo tranquilamente, ellos despertaron de forma lenta y fueron a mojarse hacia el río, volviendo al campamento comieron y despertaron totalmente para un día más en el bosque
Después de avanzado el día fueron a caminar por una pequeña montaña que había por allí, topándose con la fauna y flora inmensa del bosque, llegaron hasta una ladera donde el sol les daba de golpe y ya estaban cansados.
-¿Y si volvemos al río a bañarnos un rato?- Ed dio la idea y el restó la aceptó.
Bajaron por la ladera, al llegar se sacaron los zapatos y las sudaderas. Se quedaron un largo rato descansando y mojando las piernas y cuando el sol ya estaba por la mitad del trayecto empezaron a jugar a través del río.
Cuando el cielo estaba cambiando de color al naranja, decidieron devolverse al campamento, se quedaron secando, se vistieron y partieron, pero algo en el agua los observaba, una sombra salió lentamente del agua y sin hacer ningún ruido los siguió lentamente hacia el campamento. Ellos no lo notaron, solamente comieron hasta que la noche llegó y empezaron a beber tal como el día anterior, pero esa criatura estaba allí entre los arbustos, entre las sombras, aguardando de forma paciente a sus presas.
Estas empezaron a beber el alcohol que les quedaba, quedaron completamente borrachos y partieron lentamente hacia la carpa, pero la criatura no lo permitiría.
Rápidamente corrió hacia el más cercano, Jeff, la fogata lo iluminó dejando ver su horrible forma, era un humanoide muy alto cerca de dos metros, era de color oscuro, tenía escamas y su cara desfigurada dejaba ver la ira que sentía, ira y cólera que se desató en aquél campamento.
Agarró a Jeff y con una fuerza sobrehumana lo arrojó contra Walter y cayeron con fuerza al piso. Isaac se abalanzó sobre él, pero de un golpe cayó al piso y empezó con patadas, en vez de dedos tenía garras con las cuales hizo sangrar sus costillas hasta que finalmente las rompió. Ed corrió hacia el monstruo con una piedra en sus manos, golpeó lo más fuerte que pudo su cabeza, pero el ser si quiera se inmutó, golpeó a Ed en la cara y cayó justo con Walter y Jeff, su nariz rota teñía su cara de rojo. -Cabrón hijo de puta, ¿Qué has hecho?-. Isaac habló de forma moribunda, las palabras casi no eran expelidas de su boca.
El monstruo levantó lentamente la pierna y miró por última vez a los ojos de aquél desgraciado, y rápidamente aplastó su cráneo, masacrando y desfigurando la poca humanidad que yacía bajo su pie.
La sangre que emanaba el cráneo tocó los pies de Ed, que se levantó lo más rápido para correr, pero Walter y Jeff estaban consumidos por el miedo, miedo que los mantenía en el piso mientras su final estaba cada vez cada más cerca, la criatura caminaba lentamente mientras observaba, ellos lo miraban, pero en sus ojos no habían más que dos cloacas putrefactas sin alma alguna, donde lo único que podría ser reflejado era la oscura masacre que llevaba a cabo.
Ed corría a través del bosque, y aún cuando ya llevaba un rato, los gritos desgarradores llegaban hasta sus oídos y rasgaban su voluntad, lo único que lo mantenía en pie, pero esta no podría resistir para siempre. Una rama se interpuso en su camino y cayó al suelo, tomó largas bocanadas de aire con su cara pegada en el piso, pero aun así no podía encontrar la tranquilidad, él sabía que no había terminado, podía sentir a la macabra criatura seguirlo en la oscuridad del bosque. La Bestia había acabado su festín con esos dos desgraciados y su cuerpo oscuro estaba cubierto del líquido vital y se disponía seguir a Ed, que cansado yacía en el piso, respirando profunda y lentamente.
Siguió las huellas a través del bosque hasta encontrarlo, ambos se miraron a los ojos, y entonces aquel ser agarró el cuello de Ed y con sus garras lo levantó del piso, lo hizo sangrar aun más acabando lentamente con su vida, él intentaba sacudirse pero era inútil, la vida abandonaba lentamente sus ojos y los rastro de humanidad pronto iban a abandonar aquel cuerpo.