Wiki Creepypasta
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Todos sabemos que Internet tiene muchas cosas buenas, pero también puede ser algo peligroso, hoy les voy a contar algo que puede ser una leyenda… ¿o una horrible realidad?

¿Has oído hablar del chat del infierno? Posiblemente algunos ya han conseguido entrar en este chat, otros lo habrán intentado y los demás no lo creen, pensando que es una de las muchas leyendas urbanas que circulan por la web.

Muchas personas han intentado buscar la forma de entrar, pero este chat le concede la posibilidad de acceder a muy pocos, una de las opciones para entrar tiene que ser que seas el visitante número "666" si lo eres tienes la invitación automáticamente y llegas al chat.

¿Será este lugar el portal que lleva hacia el infierno?

¿Estará como moderador el mismísimo diablo?

Aquí les dejo la experiencia de alguien que consiguió entrar en el chat del infierno:

Sebastián tenía 18 años y, como muchos, escuchó algo sobre este chat, la curiosidad por acceder a un lugar donde muy pocos tenían la oportunidad de entrar lo llevó a intentarlo, pensaba que se conectaría con el infierno y chatearía con demonios, esto lo hacía riéndose y pensando que era una broma, no se lo tomaba en serio. Simplemente quería acceder para investigar un poco.

Sebastián no pudo encontrar nada y pensó que, si realmente existía este chat, era cierto que su acceso era muy difícil o casi imposible de encontrar. No le dio mayor importancia, pero unos días más tarde, cuando estaba conectado en su computadora, se sorprendió cuando de repente recibe una invitación que decía:

"Tu eres el visitante nº 666, has ganado"

El chico con toda la curiosidad y con una sonrisa, consigue entrar en el Chat, allí estaba en el mismísimo chat del infierno, todos los participantes tenían nicks extraños y al investigarlos Sebastián descubrió que la gran mayoría pertenecían a nombres de demonios de la biblia; además chateaban en idiomas raros (uno de estos idiomas creyó reconocerlo como alemán).

Como era una sala abierta, nadie se dio cuenta de su presencia, pero una persona empezó a hablarle, el Nick de esta persona era "Sorath", aludiendo al demonio más cercano al mismo Lucifer.

Comenzaron una extensa charla sobre diversos temas, el mal, el pecado, el futuro de Sebastián; el chico estaba un poco agobiado con tantas preguntas que contestaba y las que él mismo quería seguir haciendo a Sorath.

Hasta el momento todo era normal, este chat podría ser perfectamente un chat de satánicos que no tenían otra cosa que hacer que fastidiar a la gente.

SATANAS en el chat

Sorath se ausentó durante unos minutos, mientras tanto a Sebastían le empezó a dar hambre, y sin salir del chat simplemente fue a la cocina a prepararse un bocadillo de mortadela y un refresco de coca-cola, cuando vuelve a su computadora lo primero que lee de Sorath es:

"¿Tienes hambre?"

Sebastián se sorprende, pero no le da importancia y le responde:

"Si, fui a la cocina a prepararme algo."

Pasan unos minutos, y de repente, se apaga y enciende la luz del portátil varias veces, el chico se asusta, pero luego se tranquiliza porque recuerda que el enchufe lo tenía fastidiado y podía tener algún fallo, al instante recibe el mensaje de Sorath:

"Ah, disculpa por lo de la luz"

Horrorizado, Sebastián apagó rápidamente su computadora, la desenchufó, salió corriendo al comedor y encendió todas las luces de la casa y la televisión (Sebastián estaba solo en casa ya que sus padres habían salido).

Intentó tranquilizarse por un momento, trataba de no pensar en lo que había sucedido, pero no podía lograr

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lo porque repentinamente se apagaron todas las luces de la casa, quedando totalmente a oscuras. Ya estaba fuera de sí, con el terror metido en el cuerpo, su única opción era ir hacia la única parte de la casa donde notaba cierto reflejo de una luz…

Lo que vio al alcanzar esa luz fue el monitor de su computadora encendido, con el chat del infierno, tenía todos los aparatos desenchufados.

Ya no pudo más y salió corriendo, bajó las escaleras del edificio y corrió hasta la casa de su abuela, no volvió hasta el día siguiente a su casa…

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