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13 de Octubre de 1998

Hoy es un día como cualquier otro, Rita ha ido al mercado a hacer las compras mensuales, y yo me he quedado en casa dormitando.

He despertado a las 2:19 pm, y Rita no ha llegado a casa, me parece bastante extraño porque, después de todo, a éstas alturas Rita ya debería haber llegado a casa. Voy a llamarla a ver que le ha sucedido...

2:30 pm. He llamado a Rita, no ha contestado su celular, solo oí el buzón de voz. Me pregunto qué le habrá sucedido.

Ahora mismo me dirijo hacia el mercado, espero no haya pasado nada.

2:40 pm. He tomado el bus camino al mercado, me pregunto ¿qué le habrá sucedido? después de todo, quizá pudo quedarse hablando con Martha, la dueña del mercado, es su amiga de hace unos años.

Me he bajado del autobús, no hay rastro de Rita, ni mucho menos de Martha, he preguntado por ellas todo el día, es bastante tarde ya.

Ya son las 8 de la noche y no hay ninguna sola pista de Martha ni mucho menos de Rita.

14 de octubre de 1998.

No he podido dormir por la desaparición de Rita. Me temo que ya es hora de acudir a la policía.

He buscado por todo el pueblo, nadie me ha dado indicios de ella, he pegado carteles en todos lados.

Me di el tiempo de buscar por una mina, a la que ella quería ir, quizás no haya ido al mercado. Comienzo a sentirme culpable, después de todo yo no quise acompañarla, espero no le haya sucedido nada.

Finalmente he arribado a la mina de Antonswitch donde ella quería ir. Me he adentrado, se ve que fue abandonada hace muchísimo tiempo, me he encontrado un periódico viejo, el cual explicaba el por qué este había cerrado. Decía así:

La mina de Antonswitch: en 1950 ésta mina fue cerrada por el alcalde de United Towers, quién reveló que en aquella mina ocurrieron más de 150 asesinatos en un período de 3 meses, por un sujeto desconocido. El sujeto no pudo ser capturado, huyó a las profundidades de la mina. Nadie fue capaz de atraparlo, pues más allá de los 3 kilómetros el aire era imposible y frío, y el hedor que se sentía era nauseabundo.

Luego de leer esto me quede pensando unos segundos en si me adentraría ¿Quizá Rita no hubiese venido aquí, o si?

Lo medité por un par de horas, hasta que finalmente decidí entrar. Ya eran las 5 de la tarde, así que me adentré.

Tal cual lo explicaba el periódico, a cierto punto de la mina, el ambiente se colocaba frío y costaba respirar.

Encontré un cadáver en descomposición, aquella pestilencia era escabrosa, simplemente quería salir de allí, pero no me iría sin obtener respuestas.

15 de octubre de 1998.

Me pasé toda la noche caminando, el aire es totalmente frío, me siento muy enfermo.

Encontré demasiados cadáveres ya, creo que han sido los suficientes como para acostumbrarme, tan solo pensarlo me revuelve el estómago ¿qué cosas estoy diciendo? ¿Acostumbrarme al olor de los muertos?

Creo que el aire me ha afectado jajaja.

Al cabo de unos pasos más allá encontré una cabaña rodeada de agua, pero... el agua era rojiza. Al parecer es sangre, hay un pequeño camino para llegar a la cabaña, un camino hecho de un material que parecen ser... ¿huesos? ¿Huesos humanos?, caminé más cerca y entré sigilosamente a esa cabaña, los muebles estaban hechos de piel, huesos y partes humanas, el hedor era asqueroso, era una casa hecha de podredumbre, y restos humanos.

Encontré pequeños animales, subí al segundo piso, había una bañera repleta de sangre y el lavabo tenía moho.

Encontré una habitación que creo era del dueño de la "cabaña" si se le puede llamar así a esta cosa...

En la habitación vi algo imperdonable, se me erizó la piel, y sentí gran repulsión, no pude evitarlo, vomité en el piso...

En lo que parecía ser una cama, estaba atada una mujer, ésta estaba despellejada, dando sus últimos alientos de vida, no tenía salvación.

Pero... si la mujer estaba en ese estado y seguía viva... solo podía significar que no estábamos solos, detrás de mí sentí unos pasos largos y fuertes. Corrí detrás de la cortina y me oculté bajo el sofá de carne.

Acto seguido entró una cosa humanoide, medía aproximadamente 3 metros, era gordo, y su rostro estaba desfigurado, tenía un alambre que conectaba desde su cráneo entrando por su médula espinal.

Se dirigía hacia la mujer que estaba despellejada, atada a aquella cama, y éste prosiguió a sacar una navaja de su pantalón, comenzó a desmembrarla. La chica a su suerte ya estaba muerta.

El hombre bajó sus pantalones, iba a violar el cadáver... intenté no hacer arcadas producto el hedor del sofá, y por lo que estaba viendo, solté un quejido involuntariamente, el tipo se dirigía hacia mí, por suerte algo sonó en la parte de abajo, el tipo corrió a ver que sucedía, salí debajo del sofá, tomé la navaja, y corrí hacia la habitación siguiente, jamás me había asustado tanto.

Al parecer el hombre volvió a la sala de al lado.

Salí de la habitación, un cadáver me sorprendió a la salida de la habitación, caminé casi con normalidad hasta la salida de la cabaña, pero... el tipo no se hallaba en la habitación de arriba, estaba en la cocina. Tomó un cuchillo, y cuando iba a caminar hacia arriba, se me cayó la navaja que tenía en mi bolsillo, volteó rápidamente hacía a mí y me vio, solté un grito, tome la navaja y corrí lo más lejos que pude, el tipo me estaba siguiendo, corría a pasos agigantados, mientras que yo corría a lo que me daban las piernas, encontré un atajo, y doblé en seco. Perdiendo de vista al tipo.

Caminé apresuradamente, a la salida y encontré... lo que había venido a buscar.

Estaba Rita desmembrada en el suelo, tomé lo que era su cabeza y lloré un rato... estaba cubierto de sangre.

Cerca de sus brazos esparcidos... estaban las compras que había hecho... estaban cubiertas de insectos...

Hice un hoyo en el suelo, y enterré las partes. Cuando estaba terminando, el tipo me encontró, tome unas naranjas podridas y se las aventé a la cara, el tipo enfureció y comenzó a correr más rápido, ya casi llegaba a la salida, cuando el tipo me agarró por sorpresa, saqué la navaja de mi bolsillo y se la enterré en el ojo, gimió terriblemente, y me soltó, caí en cuatro patas y seguí corriendo. Llegué a la salida, me dirigí hacia casa, el tipo ya no me seguía.

Llegué a casa, casi muerto, no podía creerme todo lo que había visto.

Tomé una ducha caliente, pensando en todo lo sucedido. Lavé mi ropa. Me vestí y me dirigí a la estación de policía a contar lo sucedido.

Cuando llegué les expliqué lo sucedido. Me dijeron que irían a investigar al día siguiente, pero yo debía ir a ayudar con la investigación.

Al regresar a casa me tiré a mi cama exhausto. Ya habían pasado tres días dentro de la mina, sin que lo notara.

19 de octubre de 1998

Hoy acudiré de nuevo a aquella mina. Me comí un sándwich para recuperar fuerzas.

A eso de las 3 de la tarde llegamos a la mina, los oficiales me pidieron que los guiara hacia la cabaña, les pedí que llevaran armas, pues lo que se encontrarían allá iba mucho más allá de su imaginación.

Llegamos a la cabaña, el tipo no estaba. Habíamos caminado menos, por el atajo que había encontrado la última vez que había ingresado.

Tomé el tiempo, ésta vez solo habíamos tardado dos horas.

Ahora que lo pienso, me asombra la cantidad de tiempo que fui capaz de correr, cuando ni siquiera había comido.

Entramos a la cabaña, pero... las cosas habían cambiado de lugar.

En el segundo piso, la chica desmembrada ya no estaba. Ahora estaba otra persona la cual parecía ser... ¡Martha! me apresuré en desamarrarla. Le pregunté qué le había sucedido y nos explicó todo.

Ese día Rita había ido a comprar como de costumbre, y cuando iba saliendo, un hombre encapuchado alto y gordo, le ofreció llevarla a casa, en eso Martha interfirió y le dijo que se quedaría con ella un rato. El hombre de forma violenta arrastró a ambas a una camioneta oxidada.

Las llevó dentro de la mina, hasta la cabaña, las encerró en el sótano obligándolas a desnudarse.

Al cabo de 5 horas, tomó a Rita, y la desmembró viva. Mientras ella observaba todo. Ella escuchó cuando yo había entrado. Pero su boca estaba cubierta con una venda, que no la dejaba hablar. Y hace un rato la habían amarrado. Los policías estaban tomando muestras del lugar, y cuando ya nos regresábamos, el tipo ingresó. Los policías se alteraron y comenzaron a dispararle. Martha y yo nos ocultamos, él tomó a un policía y lo asesinó en el acto mientras el otro corría a la salida.

El resto estaba disparándole directamente al pecho y espalda. No parecía funcionar, su masa corporal era demasiada, nada funcionaba, uno de los policías se ocultó tras la cortina. Los demás habían muerto.

El tipo salió, rápidamente salí y cogí un arma del suelo, y apunté a su cabeza atravesándolo. Cayó al suelo, Martha, el policía restante y yo salimos del cuarto, pero el tipo recobró fuerzas y me agarró de la pierna, avisé a Martha que huyeran, mientras ellos corrían veía posibilidades para huir. Alcancé a tomar otra pistola, y le disparé al ojo que anteriormente había acuchillado, éste explotó, metí la pistola al cuenco de su ojo, ocasionándole dolor, le disparé al otro ojo.

Y me soltó, y como en la vez anterior corrí. El tipo estaba ciego, pero no sordo, así que dejé de correr, y comencé a ir más despacio. Encontré a Martha y al policía y les dije que fuesen cautelosos.

Pero el tipo ya venía cerca, Martha gritó del susto y éste la agarró con tal fuerza que quebró varios de sus huesos. Martha murió al instante, pues su cabeza también fue aplastada. Horrorizado por lo que veía, con el policía corrimos hacía la salida.

Al salir de la mina, nos ocultamos tras una roca gigante para recobrar el aire.

Recapitulé lo anterior...

Primero Rita, la compañera de mi vida, y mi mejor amiga, ¿y luego Martha? vomité. Me sentía fatal. Sin embargo fuimos hacia la ciudad, a la estación de policías, dimos las pruebas y la información, y enviamos a demoler la mina antes de que atacara a alguien más.

25 de octubre de 1998.

7:00 pm. Hoy se ha derrumbado la mina de Antonswitch, ya no habrá más asesinatos. Al menos no allí.

Lamento tanto no haberlas podido ayudar. Pero al menos, ya no podrán sufrir más.

Han llamado a la puerta. Hay un camión afuera, me pregunto quién será...

-AlmendritaRavenclaw.

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