Ayer estaba acostado en la cama, leyendo un libro, cuando un grupo de personas desconocidas entró a mi habitación. Eran tres: un hombre alto que empuñaba una linterna, una anciana de bastón con un anticuado sombrero negro, y un joven con el rostro cubierto de horribles cicatrices.
Sobresaltado, me incorporé y en el movimiento derribé el libro, que quedó sobre el suelo como una polilla muerta.
-¿Quiénes son ustedes?- grité-. ¿Por qué entraron sin permiso a mi casa?
Las personas se detuvieron de inmediato ante mi airada reacción.
-¿Escucharon? ¿Escucharon esa horrible voz?- dijo la anciana.
-Sí, y además la entidad derribó esa Biblia que estaba sobre la mesita de luz- dijo el hombre alto.
Rodearon mi cama, se tomaron de las manos, y comenzaron a recitar una vieja oración para expulsar a los demonios.
Autor: Mauro Croche