El intercambio

Yo soy un chico de 16 años de edad. Me gustan las cosas simples; escuchar música y leer. Tengo una amiga a la que amo y aprecio.

Es diciembre, y a mi amiga le gusta realizar intercambios navideños. Yo no soy tan fanático, pero por verla feliz hago lo que me pidan. A una de sus amigas no le agrado, y le dijo que no me invitara. Yo no me preocupé; sabía que me invitaría.

Pero llegó la fecha y no me invitó. Mi corazón se partió en dos... Yo que reí, lloré y sonreí junto a ella, y no fue invitado... Ya había pasado la línea entre amor y locura.

Tomé una mascara de carnaval que tenia guardada, un cuchillo de carnicero y me propuse a ir a su casa. Total, mi madre siempre me dijo: 'Espera, espera; pero cuando explotes, arrasa con todo'.

Llegué a su casa con mi corazón caliente, pero mi sangre muy fría. Miles de recuerdos me pasaron por la mente, y en esos mismos segundos, me abrieron sus padres y comencé. Primero fueron sus ellos. Luego, su amiga; me encantó escucharla gritar: fue música para mis oídos.

Después, venía mi supuesta amiga... La miré a los ojos y le dije: "Sólo quería la invitación".

Clavé el cuchillo en su estómago. No fue letal. Con aquellos ojos castaño claro que yo observaba todos los días, extendió su mano y me entregó una carta. Mi invitación... Sólo que la fecha no era la que yo pensaba. El intercambio sería mañana en la noche.

La miré y le pedí perdón, ella sólo me miró con su mirada tan cálida... No me dijo nada, y cerró sus ojos.

Han pasado tres días, y escribo esto desde mi casa. Ya no lo soporto más; las voces en mi cabeza me dicen que no debía hacerlo, que confiese, pero no pienso hacerlo.

Esto será lo último que escriba antes de acabar con mi sufrimiento. Sólo una cosa más... María, espero que me perdones.