Mientras nosotros nos divertíamos con los payasos y los pollitos mi abuelo se sentaba solo en el estudio y le murmuraba cosas a una copa de brandy.
Para mí el abuelo estaba loco, y así lo creí hasta que viví en carne propia los eventos que causaron su desolación, en la finca de mi abuelo nos atendió la esposa del mayordomo fue ella quien revelo los hechos que marcaron la vida de mi abuelo la señora nos contó y sobre la existencia del patetarro, un espanto que arruinaba cosechas con la inmundicia que destilaba de su pierna cortada, la señora nos dijo que su abuela había muerto por ser rociada por líquidos del putrefacto patetarro.
No creí ni media palabra pero igual fui a investigar la propiedad con mi prometida.
Recuerdo que el atardecer trajo nubes negras y vientos fuertes, cuando se hizo de noche decidimos volver a la casa pero mi prometida vio que le faltaba su pañoleta roja y decidió volver por ella. Paso un tiempo y no volvía, así que decidí ir a buscarla en medio del campo, vi una horrible escena, una gran figura que se abalanzaba contra mi prometida que daba alaridos de terror, sin poder evitarlo esa cosa roció a mi prometida con su asqueroso líquido sin que pudiera hacer algo corrí hacia ella para salvarla pero la imagen me congelo la sangre y no pude seguir avanzando.
Esa cosa jugueteaba a mi mujer mientras le rociaba ese líquido que contenía sangre y bichos, pronto gusanos ganaron terreno sobre su cuerpo, hordas de gusanos penetraban sus heridas mientras escuchaba la aterradora carcajada de esa cosa, vi como mi amada desvanecía en un charco de sangre y líquidos putrefactos, por alguna razón no pude cerrar los ojos en ese momento luego esa cosa se empezaba a acercar hacia mí pero en ese momento vi cómo se iba no sé a dónde, en ese momento caí desmayado y al día siguiente el cuerpo de mi prometida no se encontró y nunca podré olvidar esa horrible escena.