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Hubo un tiempo en mi juventud en que mis malas decisiones culminaron en haber sido botado a la calle, sin nada más que la ropa que llevaba puesta y una caja de cerillos en mi bolsillo.

Cuando finalmente mi ira y resentimiento se disiparon encendiendo dentro de mi el miedo y la incertidumbre junto con el frío del ocaso, empecé a pensar en que podría hacer a continuación, comencé a sentir frío, no tenía ropa abrigada ni un lugar cálido a donde ir, en mi desesperación alcance la caja de cerillos en mi bolsillo y encendí uno con la esperanza de que fuera de alguna ayuda.

En cuanto encendí la pequeña llama, sentí algo parecido a tener un chute de alguna droga, sentí una agradable calidez recorriendo todo mi cuerpo, me quedé con la mirada fija en el cerillo en mano, era como si todos mis problemas se hubieran resuelto con el fuego.

Cuando se consumió por completo esa primera caja de cerillos, empezó sin darme cuenta mi periodo de adicción.

No tomaba conciensa de ello cuando empecé a gastar el poco dinero que logre obtener en más cajetillas de cerillos, ni cuando empecé a sentir que las pequeñas llamas de los cerillos no eran suficiente y comencé a quemar montones de basura, ni cuando eso escalo a contenedores de basura, ni cuando queme un viejo auto abandonado, ni siquiera cuando empecé a fantasear con quemar algo mucho más grande.

Fue en esa vez, cuando la policía me atrapó quemando aquel auto, que toque fondo.

Fui arrojado en contra de mi voluntad a un refugio para indigentes.

Odiaba cada minuto en ese basurero.

deseaba con desesperación poder encender alguna llama, pero creía que en ese lugar no había nada combustible.

Hasta que note una pequeña fuga de gas en el comedor.

Recuerdo un estallido, dolor en mi espalda, ardor en mi rostro, un olor a gas...

Y aquella llamarada nublando mi visión, expandiéndose rápidamente como una criatura hambrienta devorando todo a su paso.

Desperté en la cama de un hospital con mi cuerpo cubierto de vendas, una fractura de coxis y solo pequeñas cenizas flotando en mi memoria.

La explosión me había arrojado hacia atrás, mi espalda golpeó directamente la pared de cemento, estuve un buen rato allí tirado, hasta que los bomberos me rescataron de los cimientos.

El saldo total de víctimas fue de 32 muertos, 5 de ellos voluntarios del centro y 12 heridos, entre ellos me encontraba Yo...

Según las investigaciones el incendio fue accidental, los medios únicamente se fijaron en señalar la irregular seguridad de la instalación, no tenía alarmas contra incendios ni salidas de emergencia.

ALGO QUE TARDE O TEMPRANO IBA A SUCEDER

ha si lo informaron los periódicos.

nadie sospecho que fuera intencional, nadie nunca sospecho de mi...

Nunca le he dicho esto a nadie y después de tantos años limpio, no tengo pensado hacerlo, aunque sepa muy bien que nunca podré sofocar esa chispa de mi mente.

El tronar de mi cadera y las quemaduras en mi rostro avivan el recordatorio de que alguna vez...

Fui basura quemándose