Wiki Creepypasta
Advertisement

Mi vida no tiene sentido. Todo me sale mal. Primero, a mi padre le da un infarto, más tarde me dicen que no me pueden admitir en la universidad de medicina, y por último, mi mejor amiga se suicidó la semana pasada. 

Y ahora estoy aquí, sola en la oscuridad de mi cuarto, con una simple vela encendida en mi regazo. La contemplo con la mente vacía, sin pensamientos por medio. Fundiéndome en su cálido resplandor y sintiendo su pequeña llama.

De pronto, oigo un ruido extraño. Un golpe seco de algún objeto que se acaba de caer por alguna parte de la casa. Me levanto cuidadosamente para que la llama de la vela no se apague y me adentro en el oscuro pasillo de la planta de arriba de mi casa, ya que nos hemos quedado sin luz todo el vecindario hace ya más de una hora. Camino despacio para no chocarme con nada y bajo las escaleras que hay al fondo del pasillo sin hacer mucho ruido.

Cuando llego al salón, veo a mi madre tumbada en el sofá como siempre hace cada viernes por la noche, completamente borracha. Su mano derecha está colgando del sofá, rozando con los dedos la botella de whisky que esta tirada en el suelo.

Al darme la vuelta para subir de nuevo a mi cuarto, desde el fondo de la sala se oye otro golpe seco. Me quedo inmóvil con la vela bien agarrada en la mano. Miro atentamente a la dirección de donde ha venido ese ruido. Pero, con aquella oscuridad, no puedo apreciar nada. Algo o alguien se me acerca lentamente si no me equivoco, y lo más extraño, es que no me he movido todavía. Al cabo de unos segundos después, reacciono y salgo corriendo de allí, sin darme cuenta de que mi madre se queda en el sofá.

Entro en mi habitación y cierro la puerta con un portazo. Echo el pestillo y me dispongo a abrir la ventana para salir de la casa. Pero, por más esfuerzo que hacía para abrir la dichosa ventana, no podía. Me doy la vuelta para buscar algo con la llama de la vela aún encendida y en mi mano bien sujeta cuando, de pronto, se apaga. Me quedo quieta intentando ver algo a través de la oscuridad, que por suerte, mis ojos se acaban adaptando y consigo ver algo. Y de una de las esquinas aparece un hombre. Alto y de una silueta ancha pero delgada.

Yo me vuelvo a quedar inmóvil como antes en la sala. Él se me acerca sin vacilar y me coge la mano donde sigo sosteniendo la vela ahora apagada. Me la pone enfrente y la llama se enciende si haberla dado fuego con una cerilla o un mechero. Me quedo boquiabierta contemplando la vela. Y, a través de la luz que desprende, consigo ver el rostro de aquel hombre. ¡Dios mío! Es guapísimo. Si no me equivoco, ya que estoy medio a oscuras, sus ojos son grandes e intensos. Ni azules, ni verdes, ni marrones, sino dorados. Es lo mejor que puedo apreciar en este momento. Su mano está muy cálida, reconfortablemente cálida. Su piel es suave y tirante. Yo sigo en un profundo sueño, navegando por sus ojos cuando él comienza a hablar.

-¿Tú eres Britany Scott? -me pregunta con una voz tranquilizadora.

-Sí-contestó apenas articulando palabra.

Él sonríe mientras dice:

-Te encontré.

Y me golpea quedando yo inconsciente.

Advertisement