Green Butterfly

Dakota del Norte, Estados Unidos, 2010

Jessica Johnson Da Silva, una intrépida y aventurera niña de 10 años, irradiaba alegría y amor en su corazón que apenas cabía en su pecho. Vivía junto a su dulce hermana menor, Emily, de 3 años, con quien compartía interminables horas de juego en el jardín, siempre rodeadas de mariposas de todos los colores y tamaños. Las de color verde, eran sus favoritas.

Las dos inseparables hermanas eran un equipo en todo: desde compartir su cuarto, dibujar y escuchar música hasta jugar videojuegos. Jessica adoraba su hogar, especialmente debido a su proximidad a un misterioso pantano que le recordaba a Cuiabá, su ciudad natal en Brasil, aunque solo vivió allí durante sus primeros seis años antes de que sus padres buscaran nuevas oportunidades en los Estados Unidos. Actualmente vivían en una casa, en la colina, la Calle 3 precisamente.

La relación entre ambas hermanas florecía, a pesar de estar bajo el cuidado principalmente de su padre, el doctor Patrick Johnson, un reconocido científico sumido en su laboratorio privado en el sótano de la casa. Mientras Jessica y Emily eran inseparables, el padre apenas prestaba atención a sus necesidades emocionales, dedicado por completo a sus experimentos científicos.

Un día, el padre ordenó a Jessica que le llevara la cena y unos frascos de mercurio al laboratorio. Aunque a regañadientes, ella accedió. Mientras estaba allí, se encontró con una foto de su madre, una figura que apenas recordaba debido a la prematura muerte de ella durante el parto de Emily. Jessica anhelaba saber más sobre su madre y el lugar donde estaba enterrada, pero su padre siempre evadía la pregunta.

Regresando a la realidad, Jessica escuchó al Sr.Johnson frustrado por la falta de algún elemento en su experimento. En un momento de distracción, dejó caer los frascos de mercurio, lastimando gravemente sus pies debido a la sustancia tóxica. El padre reaccionó con enojo y desprecio, regañandola por su "torpeza". Jessica huyó llorando hacia su cuarto, dejando atrás la cruel indiferencia de su padre y su dolor físico y emocional.

Aquella noche, mientras su hermana dormía plácidamente, Jessica se sumió en la soledad de su habitación. Canturreando una canción brasileña, evocaba recuerdos de su madre y buscaba consuelo en la melodía de chico Buarque

. "Pra la....Roda viva....Roda Gigante....rudaiminho....roda pião, tempo rodou num instante....nas voltas no meu coraçaõ".

Mientras las lágrimas caían por su rostro, Jessica sentía que estaba atrapada entre la ausencia de su madre y la fría indiferencia de su padre. Anhelaba escapar de esa casa, donde la soledad y el dolor eran su única compañía.

Con el paso de las horas, horas que se volvieron eternas, todavía no podía cerrar el ojo y pudo notar como amanecía al ver el sol, cuando se acercó a ver el paisaje por su ventana , vio a una pequeña mariposa que se había quedado atascada en un material adhesivo puesto en el techo por su padre, para que no se volara la antena de la casa, a pesar de su dureza, ella la liberó y se fue volando, se le quedo mirando un rato como volaba y era libre a diferencia de ella que nunca podía volar.

Cada vez que pasaban los meses, se hacía cada vez más delgada, el mercurio en su pierna ya le hizo efecto y le causaba que no comiera o que el estómago se le cerrase, aún así, decidió no armar escándalo y seguir con su vida normal.

Un día, mientras realizaba sus compras semanales en la tienda, un ladrón encapuchado, desenfundó un arma y empezó a exigir todas las pertenencias de las personas y el dinero del local. La joven, miraba inmóvil y paralizada al sujeto, que se puso más nervioso, cuando este le ordenaba que se ponga en el piso, pero Jessica ni se inmutaba. Cómo había tardado mucho y sabiendo que patrullas dentro de poco lo rodearian, decidió darle un fuerte culatazo, haciendo que la joven se quede inconsciente y caiga.

Jessica yacía en el suelo, su cabeza latía con dolor mientras el sujeto en capucha escapaba. A pesar de la ira y el enojo que ardían dentro de ella, el miedo la mantenía paralizada en ese momento de caos. La adrenalina corría por sus venas mientras sus ojos seguían fijos en el lugar donde el ladrón había estado. Las lágrimas de frustración brotaron de sus ojos, una mezcla de rabia por no haber actuado y de temor por lo que vendría a continuación.

Las luces del hospital parpadeaban a su alrededor mientras los médicos la examinaban. Las palabras del doctor resonaban en su mente como un eco ominoso. Un prion en su cerebro, una enfermedad rara y mortal que se cernía sobre ella. La realidad era devastadora, apenas en la cúspide de su adolescencia, enfrentando la perspectiva de la muerte en solo unos años.

El rostro de Jessica se crispó con ira mientras el médico enumeraba los posibles síntomas que enfrentaría. Comportamiento errático, agresivo, canibalismo incluso. Cada palabra resonaba en su cabeza, como un recordatorio de la pesadilla que estaba por venir. La rabia se mezcló con el dolor, formando una tormenta de emociones que amenazaba con desbordarse.

Sin embargo, a pesar de la tormenta que rugía en su interior, Jessica mantuvo la compostura. Sus ojos se llenaron de lágrimas al pensar en Emily, su dulce hermana menor. La preocupación por el futuro de Emily se apoderó de ella, sumándose a la tormenta emocional que la embargaba. A pesar de su propio sufrimiento, el amor y la responsabilidad hacia su hermana se mantenían firmes en su corazón.

Decidió ocultar su enfermedad a Emily, anhelando verla sonreír y reír sin el peso de la tristeza. Imaginaba días en la plaza, aventuras en patines y risas compartidas, incluso si eso significaba caerse y reírse de ello. Jessica estaba determinada a proteger la felicidad de Emily, incluso si eso significaba llevar su propio sufrimiento en silencio.

Así, en medio de la ira, el enojo y la desesperación, Jessica encontró una nueva fuerza. Una determinación incandescente la impulsó a enfrentar lo que venía, por su hermana y por sí misma. Enfrentaría el futuro incierto con valentía y, aunque la oscuridad amenazara con apoderarse de su destino, Jessica estaba decidida a mantener viva la luz de la esperanza para Emily y para sí misma.

Las noches se volvieron un tormento para Jessica, su mente atrapada en un remolino de pesadillas y recuerdos aterradores. Las sombras de su pasado la acosaban mientras el terror se arraigaba en su corazón. Las visiones de su propia agonía y la sombría profecía de su muerte se repetían una y otra vez en su mente, desgarrando su cordura.

En su sueño, las voces de su padre y otra figura desconocida se entrelazaban en una pelea incomprensible. El eco de sus gritos resonaba en su mente, haciéndola sentir impotente y vulnerable. Pero no se atrevió a compartir sus temores con nadie, manteniendo en secreto la oscura carga que la acechaba.

El peso de sus propias lágrimas cayendo sobre su rostro marcaba el inicio de una noche interminable. En su mundo de insomnio, la sombra de su madre desaparecida se convirtió en una pesadilla latente. La tristeza y el dolor se mezclaban en una danza macabra que atormentaba su mente.

La figura de su padre se recortaba en la penumbra de su habitación, una presencia ominosa que la sumergía en el miedo. Sus palabras crueles la golpeaban como un látigo, su dolor se convertía en ira. Jessica desafiaba la opresión, buscando respuestas que su padre no estaba dispuesto a proporcionar.

El intercambio tenso reveló la brecha entre padre e hija, la distancia que separaba sus mundos. Jessica luchó por entender los secretos que su padre guardaba, pero sus preguntas quedaron sin respuesta, perdidas en la bruma del misterio.

La voz de su hermana resonó en su mente, un rayo de luz en la oscuridad. Emily se convirtió en su ancla, su razón para mantenerse firme. Jessica sabía que debía proteger a su hermana de la verdad aterradora que se cernía sobre ella. Aunque el peso de su propia carga amenazaba con aplastarla, encontró fuerzas para sonreír y calmar a Emily, ocultando la sombra que la atormentaba.

La noche la llamó con un susurro irresistible, llevándola al pantano donde la oscuridad parecía abrazarla. Un cigarrillo se encendió, emitiendo un resplandor efímero en medio de la penumbra. Pero el frío que recorrió su cuerpo era más que físico; era el presagio de lo que vendría.

La silueta en la distancia desencadenó un temor visceral. La figura se acercó, revelando una criatura grotesca y aterradora. La piel de Jessica se erizó, su mente girando en un torbellino de pánico mientras luchaba por comprender la abominación que tenía frente a ella.

La voz siniestra penetró su mente, sus palabras como dagas en su psique. Jessica se retorció, tratando de huir del horror que la acechaba. La negrura de la noche parecía absorberla, su mundo girando fuera de control mientras luchaba por encontrar una escapatoria.

La desesperación la impulsó a correr, costandole debido a su problema en la pierna, su corazón latiendo desbocado mientras huía del abismo que se abría ante ella. Pero la voz la perseguía, un eco siniestro que la arrastraba más profundo en la pesadilla. Jessica se giró, su voz temblorosa rompiendo el silencio, pero solo encontró el vacío.

La casa parecía un refugio, pero incluso allí, la oscuridad persistía. El espejo reflejó la visión aterradora de la criatura con alas de mariposa, una imagen que atormentaría sus pensamientos durante mucho tiempo. El miedo se aferraba a ella como una sombra implacable.

En la siguiente mañana en el colegio, varias chicas rodearon a Jessica, ayudándola a descender las escaleras. Aferrándose al pasamanos debido a su pierna infectada y lastimada por la noche anterior, luchaba por mantener el equilibrio. Murmullos de curiosidad se extendieron sobre lo que le había sucedido.

Las respuestas ensayadas brotaron de sus labios, explicando que un accidente automovilístico había dejado su pierna paralizada y fracturada, y que necesitaría muletas de por vida. Sabía que era más sensato optar por esa explicación, en lugar de mencionar el incidente con el mercurio, algo que nadie creería.

Con una mezcla de ansiedad y determinación, Jessica pidió ser liberada de sus amigas y con un esfuerzo considerable, se dispuso a bajar los últimos cuatro escalones por su cuenta. Sus manos se apresuraron a detener su cabeza de golpear el suelo, pero no pudo evitar que el dolor se disparara a través de su pierna herida. Lágrimas silenciosas cayeron mientras luchaba por contener su angustia.

"Maldita sea", murmuró entre dientes, sintiendo una presencia ominosa que la envolvía. La voz inquietante de la noche anterior regresó, resonando en sus oídos, como si se burlara de su sufrimiento.

"¿Quién eres?", preguntó Jessica, su voz temblorosa.

"Levántate", susurró la voz, cargada de malicia.

"¡Jessica, levántate!", insistió con más intensidad.

Desafiando el dolor y la agotadora resistencia de su cuerpo, Jessica se esforzó por ponerse de pie, agarrándose al pasamanos con determinación. La voz extraña se desvaneció una vez que estuvo en pie, dejándola con una mezcla de asombro y confusión.

A la salida de la escuela, encontró consuelo en los brazos de su novio Samuel. Planeaban ir al parque para distraerse, pero su momento de felicidad se convirtió en una pesadilla cuando un ladrón los confrontó, apuntándolos con un arma.

Valiente y desafiante, Samuel se interpuso entre Jessica y el ladrón, pero los disparos resonaron. Dos impactaron en el pecho de Samuel y uno en la pierna de Jessica. Los gritos llenaron el aire y las lágrimas se mezclaron con la lluvia.

La agonía en su pecho y su pierna parecía insignificante ante la marea de emociones que la abrumaba. Sintió rabia, tristeza y una sed de venganza burbujeando en su interior. Ignorando el dolor, se puso de pie con una determinación feroz.

Con pasos tambaleante, corrió tras el ladrón. El campo de mariposas, un lugar que conocía desde la infancia, se convirtió en un campo de batalla. El ladrón intentó esconderse, pero Jessica lo persiguió con la ira ardiendo en sus ojos. El arma del ladrón falló, y Jessica aprovechó el momento para confrontarlo.

"¿Me recuerdas?", espetó, el pasado se cruzó con el presente, pues era el ladrón de la tienda y Jessica, tendría su pequeña revancha. Un enfrentamiento violento siguió, con golpes intercambiados y desesperación palpable. En un giro sorprendente, Jessica mordió al ladrón, arrancando un pedazo de su carne en un acto de crueldad y venganza.

El ladrón luchó, pero Jessica finalmente lo venció, ahorcandolo con sus propias manos. La realidad de lo que había hecho la dejó en shock, una asesina improvisada. Las luces de la patrulla destrozaron su momento, y la llevaron a la estación de policía, donde enfrentó la ira de los oficiales.

El padre la regaño diciendo que no pensaba en esta familia, y que ahora pagaría un precio, ir a la correccional, acto seguido, los policías, le pusieron las esposas, y ella gritaba en vano por su permanencia, que lo hizo para defenderse, que Emily no puede quedarse en la casa con alguien tan descuidado, todo esto mientras la cara de su hermanita, se alejaba mas y más al llevársela.

En la correccional, Jessica enfrentó una nueva pesadilla, rodeada de desconocidas y amenazas invisibles. La sensación de vulnerabilidad la invadió mientras luchaba por encontrar su lugar en ese mundo oscuro y hostil. Las miradas de las otras reclusas parecían penetrar su alma, y la voz en su cabeza persistía, susurros inquietantes que la empujaban al límite.

El peso del aislamiento y la culpabilidad la perseguían, acosándola en cada esquina de su mente. Los días pasaban con lentitud agonizante, y cada noche se convertía en una prueba de resistencia contra sus propios demonios.

Esa noche, una polilla se posó en su mano y se convirtió en una macabra representación de su propio tormento interno, la aplastó para tener que evitar ver eso y sufrir de nuevo. La brisa helada que la envolvía parecía arrastrarla hacia un abismo de locura. La voz susurrante la empujó hacia actos impensables, desgarrando los cimientos de su cordura.

La figura que emergió de su reflejo la llenó de un horror indescriptible, su propia imagen retorcida y monstruosa. Jessica se veía a si misma con alas gigantes, sangre en al boca, comiéndose a varias personas

Mientras el tiempo avanzaba en la correccional, Jessica se volvió más frágil y perturbada. Sus ojos enrojecidos y hundidos reflejaban el agotamiento de su alma. La sombra de lo que había hecho, de lo que se había convertido, se cernía sobre ella, amenazando con tragársela por completo.

El cambio en la joven era evidente, ninguna guardia ni una reclusa preguntaron sobre su estado, estaba lastimada y deteriorada, como si no hubiese comido en días.

Jessica se encontró paralizada ante la voz siniestra que resonaba en su mente, sus palabras la atormentaban, alimentando el oscuro conflicto interno que la consumía. La criatura en el espejo, una versión retorcida de sí misma, la miraba con ojos inyectados en odio y sed de sangre.

"¡Mátalo! Mata a tu padre", susurró la voz maligna, y la criatura del espejo sonrió de manera siniestra, sus labios se curvaron en una expresión malévola que heló la sangre de Jessica. Su reflejo distorsionado parecía disfrutar del sufrimiento ajeno, empujándola hacia un abismo de miedo y desesperación. Pelo negro y alas gigantes, que demonios era eso

La figura de su padre apareció distorsionada en su mente como lo mataba, y ella transformándose en una aberración monstruosa. La criatura en el espejo aplaudió con frenesí, sus manos se alzaron en aplausos macabros mientras alentaba a Jessica a ceder ante su oscuridad interior. "Yo soy tú" dijo la joven.

"¡¿Vas a seguir viviendo este infierno?!" rugió la voz, un eco que reverberó en la mente de Jessica como una lanza ardiente. El pánico la invadió por completo, pero su amor fraternal era más fuerte. "Tengo a mi hermanita", gritó, tratando de encontrar una razón para resistir, mientras esa cosa se calló ya por fin pero no podía aguantar más todo, perder a su hermanita, su casa, sus amigos, todo.

.

Harta ya, Jessica golpeó el vidrio de su celda, liberando su frustración y desesperación en cada golpe.

Las astillas se clavaron en su mano, dejando una herida física que parecía reflejar su dolor interno. La envolvieron con sus vendas pero fue regañada.

Un guardia, ajeno a su conflicto, tocó la celda con indiferencia, advirtiéndole que se mantuviera en silencio. El frío aviso parecía casi cómplice de la opresión que la rodeaba. Jessica se aferró al pedazo afilado de vidrio, esperando pacientemente su oportunidad, mientras la criatura del espejo se reía, ahí del otro lado

La mañana siguiente trajo consigo una tortura aún más cruel, ya que las presas la acosaban porque era nueva, sobretodo Anna, la que parecía ser la líder. Su vulnerabilidad la convertía en presa fácil para las burlas y los golpes. Pero algo en Jessica cambió después de recibir tantos golpes. Algo dentro de ella despertó su furia, como cuando la atacó ese delincuente, debe ser la parte erratica de la enfermedad que atravesaba.

Algo dentro de ella despertó.

Una furia oscura brotó de lo más profundo de su ser, su resistencia se transformó en ferocidad ya que Anna la molestaba demasiado. Le dio puñetazos y la apuñaló con el pedazo de vidrio que había guardado anoche, además de desfigurarla con sus propios dientes

El destello de humanidad que había en Jessica pareció desvanecerse cuando su agresión se desató nuevamente cuando atacó a otra reclusas que eran amigas de Anna mientras está última se desangraba.

Las miradas horrorizadas de las demás reclusas se cruzaron con los últimos instantes de lucidez en los ojos de la joven que seguía atacando, mordiendo y golpeando a su víctima pero la policía intervino a destiempo y las separaron. Anna fue declarada muerta horas después debido a las heridas mientras que la otra reclusas se salvó pero perdió el brazo.

El precio de su ira fue alto. Las paredes de la prisión la confinaban aún más, sumando 7 años a su condena en suspenso.

Jessica empezó a patalear y a golpear los barrotes de la prisión, ya no quería estar más, y se quejaba como una niña, que no la dejaban en paz, a ella y a su hermana, cosa que le causó que empiece a herirse a si misma, se empezaba a ser normal verla con sangre.

Aunque aislada, ella se mordía un poco, debido a sus nervios, y otras veces era encontrada comiendo insectos de su propia celda, cosa que causaba que varios guardias no quisieran vigilarla y al igual que varias reclusas, alejarse de ella.

Unos meses después, Octubre 2017

Estando mucho más lastimada, pidió por favor que la acompañen al sector de informatica, se dirigió al rincón donde albergaba computadoras, no podía quedar mucho tiempo ya que fue considerada, una presa peligrosa.

Mientras revisaba el internet, Jessica empezaba a desentrañar secretos familiares, revelando una mentira atroz: la "cura" ante el VIH era una ilusión. Su padre, prometiendo avances científicos, solo la había engañado, debido a que había expedientes a su nombre, había portales de noticias diciendo que se lo buscaba a el, desde California desde 2007, además que adeudaba unos $10.000.000.000.000 de dólares a una financiera y unos 15.000 más por maquinaria.

El rostro de su padre era una de traición en su mente, un delincuente . Pero la ausencia de su madre seguía siendo un misterio. ¿Dónde estaba enterrada? ¿Cómo había muerto? Preguntas oscuras carcomen la cabeza de la joven.

Entonces, una presencia invisible la envolvió y una voz susurrante resonó.

"-vas a tener que descubrirlo por ti misma- dijo la voz, esa que la acosaba, esa cosa , que está vez, y sin que ella lo supiera sería la última vez que la escucharía.

En la siguiente noche, antes de cenar, enojada, quería escapar, ya no podía soportar más la idea de que su hermana esté con un delincuente cruel, estafador, mentiroso como padre, empezó a patear y a pegarle inútilmente a la pared como si fuera a servir de algo, sin embargo, los barrotes que ella pegaba, empezaron a moverse, estaba cerca, le pegó unas veces más y se soltó, cayendo de su lado...Jessica gritó fingiendo dolor y un guardia le dijo que se callara.

-Me lastimé...ayudeme- Fingiendo señal de que se lastimó, dejo que el guardia se acerque y cuando lo hizo, lo apuñaló con el barrote contra la pared, varias veces, matándolo. Solto el barrote y aprovecho la huida, mientras había otro guardia en la puerta el cual ella se abalanzó y le mordió fuerte el cuello, haciendo que salga sangre y se retuerza, mientras se escapó por la puerta del frente, agarró una bici, y con todo el dolor del mundo empezó a pedalear, porque el mercurio, seguía ahí.

Durante el camino un vecino, sacaba la basura, y al estar tan cerca, Jessica se abalanzó sobre el, atacandolo y mordiendolo tan fuerte para comérselo. Lo mató debido al sangrado grave del sujeto, aunque tuvo que abandonar la escena rápido a pie, con lo que eso significaba, mientras había otros vecinos que se aproximaban por los gritos del sujeto. Lo hizo quizá por hambre, placer o parece que ya era lo único que sabía hacer.

Apenas llego a casa, la confrontación escaló rápidamente. Al llegar a La sala, Patrick , estaba sentado allí, preguntándose porque estaba en la casa. Que se convirtió en un campo de batalla, y Jessica respondió que también era su hogar y se iba a quedar el tiempo que quisiera mientras luchaba por su permanencia. El padre violento, agarró a la joven de los pelos y la puso contra la pared, sin embargo Jessica mordió su brazo fuerte, haciendo que salga sangre, el padre adolorido, se agarró del brazo y la empujó al sofa para que se calmara, alterada, quería matarlo, quizás esa cosa en sus pensamientos no estaba tan equivocada.

La joven, harta de todo y después de romper algunas cosas, decidió seguirlo al sótano muy sigilosamente, encontró rastros sangrientos de experimentos secretos. La sombría verdad se develaba.

Con la sangre aún palpitando en sus puños y la mente inundada de horror, Jessica sabía que su lucha estaba lejos de terminar. Vio que tenía un frasco de mariposas muertas, en ese estante y que eran usadas en su experimento, según sus papeles.

¿Pero que tenía que ver con las mariposas que atrapaba el?, pues él mataba a las mariposas para extraer su sangre que tenían un elemento químico que estaba en la tabla periódica y que era importante para el cuerpo. Tenían sodio y esperaba que se regenere y combaten al virus, pero no pudo funcionar todavía, faltaba un elemento..

Ella se asustó al ver eso y se llevó el susto de su vida cuando vio que su hermana estaba en la pizarra puesto que su padre le había dado una vacuna con sangre infectada. Así es , había infectado a su hermana con sida, y ella no era la única, a su madre también le había hecho lo mismo y había muerto meses después de haber dado a luz a Emily.

Agarró un anotador que se encontraba en la mesa y busco pagina por pagina para encontrar alguna cura y se encontró con la explicacion más repudiable de sus hijas

"Debido a las muertes de los animales del laboratorio, no me queda más opción, que probarlo con mi familia" leyó la joven en el diario.

Pasó a la página siguiente y decía, comienza la prueba 2. Margaret Johnson será utilizada para la prueba, quiso pasar a la siguiente página para saber cómo había salido, pero solo había, páginas en blanco.

Jessica: Mama...? -Dijo la joven afligida, como un rayo de esperanza de recibir alguna respuesta.

Cuando intentaba buscar más, sintió un olor horrible, un olor a putrefacción, y provenía de una mesa en donde había algo raro bajo una manta blanca, Jessica se puso un guante de látex, lo levantó lentamente, y gritó.

Era su madre, muerta hace años en estado de descomposición con un montón de cortaduras y de inyecciones debido a que era usada por su padre como conejillo de indias, es increíble cómo se conservó el cuerpo, porque había rastros de ella intactos.

En ese momento quería irse corriendo, llorando y llamar a la policía, conociendo los peligros, pero estaba tan paralizada del miedo, que no le permitió moverse un centímetro, hasta que sintió un golpe que la dejó inconsciente, puesto que su padre había aparecido, y con una botella de vidrio, se la partió a su hija en la cabeza, causándole que pierda un poco de sangre.

Despertó minutos después encerrada, está vez en una jaula de vidrio con un montón de mariposas muertas a su alrededor, ella quería gritar aunque sabía que debía ser fuerte, con todo el dolor en su pierna enferma, se levantó.

Pero lamentablemente lo único que pudo hacer fue solo ver como su hermana iba a ser la siguiente prueba de Su experimento, intentó romper el cristal tirando cualquier cosa pero nada sirvió.

Gritó tan fuerte implorando por el bienestar de su hermana.

Jessica sintió cómo su voz temblaba al gritarle a su padre, suplicándole que detuviera su cruel experimento. Los ojos de Sr. Johnson brillaban con una extraña mezcla de determinación y nostalgia mientras le explicaba a su hija que este último paso los llevaría de regreso a la felicidad que habían perdido.

El corazón de Jessica latía con fuerza en su pecho, una mezcla de ira y desesperación. ¿Cómo podía su propio padre ser capaz de infligir tanto sufrimiento a una inocente niña? Sus palabras eran un intento desesperado por romper a través de la fachada de obsesión y locura que parecía haber tomado a su padre.

"Monstruo", susurró Jessica con los labios apretados mientras observaba la inquebrantable dedicación de su padre a su proyecto. No podía permitir que Emily sufriera más a manos de ese hombre. Sabía que, una vez fuera de allí, haría todo lo posible para liberar a la niña y protegerla de la oscuridad en la que su padre la había sumido.

El Sr. Johnson, con un rastro de melancolía en sus ojos, desestimó las palabras de su hija, recordándole que ella también tenía secretos oscuros, que la culpabilidad también recaía sobre ella. La revelación dejó a Jessica atónita, luchando por procesar la magnitud de lo que había dicho. Mientras el silencio llenaba la habitación, las sombras de la tragedia y el conflicto se cerraban en torno a ellos, transformando la escena en un torbellino de emociones enredadas.

Emily seguía sonriendo como si no se diera cuenta de lo que le estaría por pasar, debido a que su padre le había mentido con jugar un juego, la inocencia de esta niña, es la que cualquiera quiere tener, sin saber lo que está por ocurrir

Junto a dos compañeros que había traído al proyecto para que le ayudasen con el experimento le inyecto con la sangre de mariposa para ver la reacción, debido a los altos niveles de sodio, Emily empezó a retorcerse del dolor, tanto que se desplomó al suelo, después de unos minutos, ya estaba casi sin signos vitales.

Le inyecto un poco de radiación a Emily y en un par de minutos con un monitor de signos cardíacos daban 0, no había latidos, no había pulso, su hermanita del alma había muerto.

El señor Johnson preguntó "¿Hora.. del.... Fallecimiento?" La cual su compañera respondió que se había producido a las 23:25

Jessica rompió en llantos, gritos y pataleo intentando romper el vidrio, tanto que su padre intentó poner un gas para que se tranquilizara dentro de la jaula pero en lugar de eso, le liberó por accidente, el gas radiactivo de la radiación en su hija mayor, en vez de soltarla , le dio curiosidad, quería saber qué efectos tendría en ella.

El señor Johnson enloquecido dijo que la joven se tranquilice, que todo saldrá bien.

Jessica sintió como ese humo radioactivo entraba dentro de sus vías respiratorias y también le liberó el sodio de mariposa en estado gaseoso. Un montón de vapores que ahogaban cada vez más a la pobre Jessica.

La joven grito por ayuda, queriendo que la saquen pero sus gritos eran en vano, mientras esa nube tóxica se le aproximaba.

Mientras su hija sufría adentro de la jaula, el padre la observaba desde afuera como cargaba con semejante dolor, hasta que finalmente se cayó desplomada en el suelo, su hija también había muerto.

Sr. Johnson miró horrorizado la escena ante sus ojos. La habitación se llenó de una densa neblina que se arremolinaba alrededor del cuerpo inerte de su hija. Los demás científicos, paralizados por el miedo, observaban en silencio mientras el Sr. Johnson, desesperado, ordenaba a Elena que verificara el estado de la joven. La tensión era palpable en el aire, y el sabor a tragedia estaba presente incluso antes de que la voz de Elena anunciara la terrible noticia de que no había signos de vida.

Pero entonces, el monitor que antes marcaba un cero comenzó a revivir con ferocidad, latiendo como un corazón desbocado. Los números aumentaron de manera vertiginosa, como si la muerte misma estuviera luchando por aferrarse a algo que escapaba de su control. Y en medio de ese caos, la mano gélida de Jessica se aferró a la pierna de Elena, su presencia silenciosa cargada de una fuerza oscura y misteriosa.

El grito ensordecedor de Elena atravesó la habitación cuando sintió el agarre de Jessica. Las palabras no podían describir el puro terror que emanaba de esa escena, un miedo que se propagó como un virus a través de los científicos presentes. La ira en los ojos de Jessica, antes marrones, se transformó en un verde oscuro y malevolente, una señal inequívoca de que algo sobrenatural y monstruoso estaba ocurriendo.

Elena se retorcía en agonía mientras las palabras de Jessica resonaban en la sala. La voz de Elena, mezclada con sus gritos, advertía a todos que dejaran en paz a la niña, una advertencia que quedó grabada en sus mentes justo antes de que la sala estallara en un silencio repentino y escalofriante. El grito de Elena resonó en el auricular de los científicos, haciendo que muchos de ellos se quitaran el auricular y fueran corriendo hacia la entrada de la jaula.

La situación escaló aún más cuando Elena fue lanzada violentamente de la jaula, impactando contra la mesa y quedando inmóvil, su cuerpo mordido y mutilado, y la hemorragia que tuvo debido a la violencia del impacto. El Sr. Johnson observó en estado de shock la escena, su grito ahogado por la pérdida de su compañera.

Pero el terror no terminó ahí. La mano de Jessica, antes delicada y normal, presionó contra el vidrio de la jaula, haciendo que se resquebrajara ante su toque monstruoso. El padre, aterrado, vio cómo su hija se transformaba frente a sus ojos: su pelo se volvió una maraña de negro carbón, su cuerpo mutó en una chica alta, flaca  y de tonos verdosos, y sus ojos, ahora un verde oscuro, irradiaban furia incontrolable.

Greeen

"¡Eres mi mayor orgullo, Jessica! ¡El mercurio, ese era el elemento que faltaba!" exclamó el Sr. Johnson, su risa resonando en la habitación como un eco macabro, mientras su hija, ahora convertida en un monstruo de pesadilla, se liberaba de su prisión y se abría paso hacia la habitación, una fuerza indomable de horror y venganza.

En medio de una transformación espeluznante, los huesos de su costilla se fracturaron violentamente, saliendo despedidos en todas direcciones como fragmentos de una pesadilla hecha realidad. Uno de esos fragmentos de hueso encontró su marca mortal en el cráneo de su compañero, hundiéndose con un chasquido macabro mientras su vida se desvanecía en espasmos grotescos.

De las sombras enredadas a su alrededor, emergieron alas negras como el abismo, sus membranas desgarradas y llenas de venas sanguinolentas que pulsaban con un ritmo oscuro y perturbador, daban cierto toque pintoresco a sus alas.

Con una sonrisa desquiciada pero tranquila, Jessica se abalanzó sobre su padre, sus ojos inyectados en sangre brillaban con un destello maníaco. "¿Es esto lo que siempre quisiste?", murmuró con una voz que parecía un coro de voces moribundas. "Fui tu sacrificio, tu descenso a la oscuridad. Ahora soy completa, tus cuerdas conmigo están rotas."

El cuerpo de su padre fue arrojado contra una mesa con un estampido siniestro, huesos crujiendo y vísceras reventando en una danza grotesca de agonía. Los dedos de Jessica se convirtieron en garras retorcidas, extendiéndose como cuchillas para empalar a su padre en un acto de violencia demente. Su mano atravesó su pecho, agarrando su corazón latente y lo arrancó con un grito de agonía.

Un placer perverso bailaba en sus ojos mientras llevaba el corazón palpitante a su boca, sus dientes destrozaban la carne y el órgano estallaba en un goteo viscoso y sangriento. Gotas carmesíes salpicaban su rostro y se mezclaban con su felicidad maniaca.

Cuando la última gota de sangre fue consumida, ella produjo un incendio infernal que consumió el laboratorio, las llamas crepitantes como serpientes danzantes en el aire enrarecido. Jessica emergió de las llamas como una figura infernal, sosteniendo a su hermana con devoción distorsionada, la depositó en el suelo, rodeada de flores marchitas que parecían absorber su esencia macabra.

Sus lágrimas eran lágrimas de verdad mientras murmuraba con voz entrecortada: "¿Es esto... es esto el final, hermanita...?" Esa voz ronca y sepulcral susurró en su mente, prometiendo un futuro de pesadilla aún más oscuro. "No, no es el final, ha llegado tu hora, tu momento de brillar y vengarte" ella sonrió mientras veía la casa vecina y las patrullas de policía acercándose debido al incendio, y al divisarla con ese tamaño y esas alas gigantes. El policía con el megáfono de la patrulla le pregunto:

.... El policía con el megáfonde la patrulla o le gritó

"-¿Quien demonios eres tu?-"

"-No lo se..Solo se que es hora de volar-"

Esa noche en la calle 3, nadie durmió, todo fue grito, dolor, temporal y sangre, patrullas sin conductor, o algunas sin vidrios, árboles caídos, Cuerpos mutilados....ese es el escenario que Green Butterfly habia dejado frente a su casa mientras seguía ardiendo en llamas.. y ella miraba a la ciudad y la cárcel donde estuvo... Creo que les había llegado la hora de Volar.