En realidad, «Hora de Aventura» se basa en el sueño de un niño inglés llamado Finn. Finn era un niño que sufría abuso y que decidió asesinar a los compañeros que los maltrataban a él y a su perro, Jake. El pequeño Finn, cansado de los abusos, quemó su escuela. El fuego, sin embargo, lo hirió seriamente. Finn cayó en un profundo coma. A veces, balbuceaba sus sueños: era un héroe que derrotaba seres malignos, y su perro, un ser mágico que podía cambiar de tamaño y estirar sus extremidades y que lo acompañaba en sus aventuras.
El niño balbuceaba personajes. Una dulce princesa, como la apodaban a la novia de su hermano mayor, de la cual estaba perdidamente enamorado. Un rey helado, como llamaba a su abuelo, cuya barba larga y blanca lo hacía parecerse a un malévolo San Nicolás. Hasta el momento no se sabe quién es Marceline, la joven vampiresa, de quien habló Finn. Psicólogos y especialistas estudiaban el comportamiento de su cerebro durante el coma y apuntaban todo lo que decía el mismo rubio.
Finn falleció de un infarto cerebral a los veintiún años, un cinco de abril. Su hermano mayor, haciéndose llamar “Ooo”, vendió la historia de Finn a un productor de caricaturas televisivas para Cartoon Network, a quien hubo enternecido la historia. Algunos años después se publicó la anécdota adaptada para todos los públicos, «Hora de Aventura».
"La aventura apenas comienza"