En la puerta misteriosa aparece un hombre con barba.
Al principio, te asustas por encontrarte a un extraño en tu casa.
Su sonrisa es tu peor pesadilla.
Te parece imposible mirarle fijamente a los ojos. Crees que algo atemorizarte te sucederá si "nota" que lo observas demasiado.
Tienes muy en cuenta que su presencia no es humana, por el contrario, hay algo espeluznante en él. En el momento en el que, por unos segundos parecía que el miedo se iba e intentabas darte una explicación al suceso, una nueva y macabra sonrisa te devuelve tus ansias de desear no estar en esa situación.
Tu cuerpo empieza a pesarte por estar allí. Por alguna razón, sabes que aquella presencia no contaba con la tuya. No debías estar allí. Te abalanzas hacia la ventana para abrirla, pero te sientes demasiado observado por detrás. No necesitas la vista para presenciar aquél cuerpo, pero de todos modos no puedes perder el contacto visual.
Bajo tu miedo y tu pesar sabes que tienes que girarte, así que empiezas a girarte despacio, cada milímetro que se gira hacia el cuerpo te da el mismo mensaje:
¡No quiero estar aquí!
Sin embargo, en tu pesar, descubres que ha sido una pésima idea.
El "hombre" se abalanza hacia ti, pero caminando de lado, casi "trotando" como lo haría un animal. Esto hace aún más tétrico su encuentro.
Empiezas a odiar esta visión cuando, acompañado de otra y más extraña sonrisa malévola, la parte del hombre donde supuestamente esta el tronco, lo sustituye un horrible cuerpo de ternera....