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"Never hate your mother" o "I will end you..."
Hubo, hace no mucho tiempo una familia de una madre soltera y 2 hijos, Zelith (chica) y Acrenm (chico). Acrenm tenía 17 y Zelith tenía 10, pero había un problema con Acrenm: odiaba a su madre desde que tenía memoria y su hermana jamás supo por qué... Acrenm tenía la mala costumbre de tener pensamientos psicópatas y a ella (Zelith) le encantaba leer conjuros, siempre buscaba en internet o iba a una biblioteca que se dedicara a tratos o peticiones a demonios o seres del inframundo; sin embargo, su corazón era grande y frágil, y más que nada por su madre, ya que la quería con todo el corazón del mundo.
Un 10 de mayo, el joven se peleó con su madre y se enojó a tal grado que sacó un cuchillo de su chaqueta y de pura ira lo encajó en el brazo de su madre una y otra vez. Él se perdió totalmente en la sangre derramada y el llanto de su madre, continuó acuchillándola en las piernas, otras 2 fueron a su estómago y la última en el corazón; en medio de la masacre, su hermana miró llorando con ira y furia cómo su hermano acababa con su madre.
Ella, llena de ira y enojo, fue corriendo a su cuarto, se encerró e hizo algo de lo que jamás se creyó capaz: "magia negra".
Encendió algunas velas, y recitando palabras extrañas cuyo significado solo ella entendía, cortó parte de su cabello y parte de sus brazos hasta sangrar sin parar. Luego esperó alguna respuesta... Y la recibió.
Un demonio de las sombras le habló y le ofreció un trato que le daría la habilidad de matar y nunca morir, pero a cambio de su alma.
Ella deseaba vengar la muerte de su madre y sabía que no podía hacerlo por sus propios medios, así que aceptó sin dudar. En cuanto firmaron el pacto, su pelo cambió a un color rojo pero no brilloso ni bonito, sino un rojo que parecía sangre, se le hizo largo largo, muy largo, hasta los pies le llegaba; sus manos se volvieron pálidas pero suaves y tersas, sus uñas eran largas como un lápiz y filosas como las garras de un tigre dientes de sable... Su cara se volvió pálida, sin vida y sus ojos tan negros y vacíos como una cueva vieja y abandonada; sin pensarlo más, se encaminó a buscar a su hermano y lo encontró.
En un parque cerca de una vieja choza, Acrenm sentía que lo vigilaban y se metió corriendo hacia la choza. Pero las puertas y ventanas se cerraron de inmediato. Él intentó romper la puerta con su cuchillo para poder salir, pero no lo logró. En eso, escuchó el llanto de una niña: el de su hermanita.
Sonrió con confianza, poniendo el cuchillo en su espalda para que no lo viera ella, gritando: "¡Sé que estás escondida! Ven conmigo. ¡Tengo un regalito para ti!"
"Si derramas sangre de tu sangre, la pierdes... Lastimaste a la que alguna vez te cargó en sus brazos, los pierdes; apuñalas a la que te dio su corazón, también lo pierdes."
Él se queda totalmente asustado al ver a la figura que alguna vez fue su hermana; en un movimiento rápido, ella le rasguñó los brazos, dejándolo totalmente ensangrentado. Acrenm se encerró en el baño de la choza. Pero en el espejo apareció: "Voy a acabarte".
Desesperado, corrió hasta la puerta; demasiado tarde. Sintió el brazo de su hermana atravesando su corazón y estrujándolo hasta aplastarlo. Luego escuchó una risa macabra.
Tal fue el conjuro de Zelith: "Todo aquel que lastime, insulte, dañe o hiera a su madre, conoce su destino."