Wiki Creepypasta
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  Se dice que al oeste de Missouri vivía un chaval llamado Jack Wallace. Era un niño normal y corriente como los demás. Solía jugar con sus amigos cerca de la granja de su tío Max con los utensilios que éste tenía para labrar la tierra y cuidar a sus animales, cosa que su tío le dijo que estaba mal porque se podían hacer daño.

Hacían como si Jack fuera el granjero y los otros fueran los animales. 

Un día que sus tíos se fueron con sus padres a la ciudad, Jack aprovechó que no había nadie en la granja para llamar a sus amigos y así poder jugar sin que nadie se enterase.

Cuando todos se reunieron se pusieron a jugar y uno de sus amigos le dijo a Jack:

-Oye, Jack, ¿me dejas a mí ser el granjero esta vez?

-Es que estoy un poco aburrido de ser siempre un cerdo.

-Vale, está bien. Pero sólo por esta vez-dijo Jack.

Esa tarde se lo pasaron muy bien, hasta que el amigo de Jack, Cady, en un descuido que tuvo, le clavó a Jack un rastrillo que tenía su tío para amontonar la paja. Los gritos de Jack se oían por toda la granja. El rastrillo se le había incrustado en toda la cara, atravesándole la piel y un ojo.

La sangre caía a borbotones por su cuerpo.

Los demás niños, al ver tan macabra escena, no supieron qué hacer, y del pánico que tenían huyeron despavorídamente de allí, dejando a Jack en aquella mortal situación. Sí, en efecto. Jack murió desangrado, ya que su familia llegó demasiado tarde para hacer algo al respecto. Al día siguiente tuvo lugar el entierro de Jack, al cual asistieron sus amigos entre otras personas allegadas a él.

Los amigos de Jack lloraban desconsoladamente, no solo por la pérdida de este, sinó también por el desagradable recuerdo que tenían de la tarde anterior.

Cuando ya todo estaba más calmado, la policía de la localidad tomó cartas en el asunto. Uno por uno, los amigos de Jack fueron interrogados respecto a lo que pasó aquella tarde. Todos dijeron que había sido un accidente:

Jack siempre hacía de granjero. Le gustaba coger el rastrillo y hacer como si amontonara la paja. También lo utilizaba para mandarnos a los otros hacía el campo como si fueramos animales de granja. Pero esta vez tuvo un tropiezo al intentar cogerlo y se lo clavó en la cara. Nosotros tuvimos miedo y nos fuimos corriendo de allí.

Como solo eran unos niños, la policía creyó su versión y al final se dio el caso por cerrado.

Todos estaban conmocionados por la muerte del pobre Jack, pero el tiempo pasó.

Casi un año después de aquel incidente, sus amigos seguían jugando cerca de la granja del tío de Jack. Todo volvía a ser tranquilo y normal para ellos. Hasta que la noche en la que justamente murió Jack pasó algo desconcertante. Todos sus amigos se fueron a dormir y todos y cada uno de ellos tuvieron un sueño en el cual se les aparecía Jack con la cara desfigurada diciendo:

-Vosotros me matasteis. Preparaos para recibir vuestro merecido.

Cada uno de ellos se despertó de un sobresalto en sus respectivas camas.

Pero todos pensaron que solo era eso, un sueño.

Al día siguiente, cada uno se despertó, notando algo duro en sus respectivas camas. ¡Todos ellos tenían a su lado un rastrillo de granja manchado de sangre!

Del miedo que les entró, chillaron como locos, chillidos que cada uno de sus padres oyó perfectamente, yendo a ver qué les pasaba a sus hijos. Cuando entraron en la habitación de sus hijos, estos respondieron a cada grito con otro más terrorífico aún.

Y es que resulta que los chavales que aquella tarde estuvieron jugando con Jack, tenían sus caras desfiguradas con una cicatriz que les atravesaba de parte a parte sus infantiles e inocentes rostros... 

 

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