Wiki Creepypasta
Advertisement

Todo comenzó tan silenciosamente, tan sutilmente. Ni siquiera notamos la mayoría de los signos hasta después de que todo terminó. Supongo que es porque los humanos estamos acostumbrados a una guerra ruidosa, brutal y, lo más importante, luchada por humanos.

No vimos a nuestros enemigos a pesar del hecho de que rara vez estaban fuera de nuestra conciencia. Siempre estaban allí, posando en ventanas y mirando sin vida desde las vitrinas, rara vez les dabamos importancia, excepto para comentar lo aterradores que se veían a veces.

Creo que nuestros comentarios podrían haber sido una de las razones por las cuales se rebelaron. Verán, sorprendentemente resultaron tener una audición mucho mejor de lo que cabría esperar, y creo que se cansaron de escucharnos hablar de ellos de la manera en que lo hacíamos.

No los culpo, yo también odíaria no poder moverme y aún así tener que escuchar comentarios acerca de lo "espeluznante" o "aterrador" que me veo.

No sé qué tipo de fuerza les permitió hacer lo que hicieron, ni siquiera sé si hubo involucrada una fuerza externa en todo esto.

Tal vez siempre fueron capaces de moverse rapidamente y de ser brutales pero nunca quisieron demostrarlo, tal vez debajo de esas caras sin emociones, había ira reprimida hasta que finalmente decidieron que había sido suficiente. Hasta que finalmente pudieron rebelarse contra su propia naturaleza.

Todo comenzó de manera tan inocua: cambiaban de posición cuando no estábamos mirando, movían sus extremidades de plástico pálido muy ligeramente, giraban la cabeza e incluso tiraban de sus soportes.

Puede que quizás en ese momento solamente hacían experimentos de su nueva libertad, o talvez se estaban comunicando entre sí (rara vez solo uno lo hacía). No sé la explicación real, pero habían comenzado a moverse y estábamos completamente ciegos a sus conmociones.

Después de algunas semanas, si uno iba al centro comercial o a cualquier tienda de renombre, tendría la inconfundible sensación de ser observado.

Todavía puedo recordar cómo se me erizaban los pelos en la parte posterior de mi cuello cada vez que iba a mi Goodwill local, pero nunca pude entender que era lo que me estaba mirando; al menos, no hasta después de que la revolución comenzó.

Esta tensión creció hasta que finalmente se sintió como una presencia física sólida, todos podían sentirla, y estaban tensos, nerviosos, todos se movían más rapidamente en el centro comercial o giraban sus ojos velozmente a cualquier lado. Todos actuaban de la misma forma en la que la gente actúa después de un desastre.

Recuerdo haber escuchado los primeros informes de personas atacadas en tiendas de todo el país. Gente golpeada, arañada, e incluso mordida.

Al principio, los casos se limitaron a lugares aislados o pequeños, en pequeñas tiendas y centros comerciales. Pero luego los incidentes se hicieron cada vez más frecuentes, al igual que la gravedad de los ataques.

La primera muerte ocurrió el 5 de julio. Una joven fue encontrada muerta en una trastienda, su tráquea había sido aplastada hasta convertirse en pulpa debido a un poderoso agarre. Al día siguiente, dos personas más fueron asesinadas de manera similar, luego tres más, luego cinco, luego 22.

A finales de mes, más de 430 personas habían muerto en lo que se denominó "circunstancias inusuales". Nadie quiso mencionar la falta de evidencia de ADN en los cuerpos, o la ropa destrozada que a veces se hallaba cerca de los cadáveres, o sus ubicaciones.

Creo que esto los enfureció, porque atacaron directamente unos días antes de agosto.

Todo sucedió muy rápido. Mirando hacia atrás, era vertiginoso lo rápido que se movían. En un segundo estaban quietos y sin vida, y al siguiente se habían arrancado la ropa y las joyas y atacaban a todo lo que vieran moverse.

Fue sorprendente lo fuertes que eran; Los vi torcer cabezas como si fueran tapas de botellas, los vi romper extremidades como ramitas y los vi desgarrar sangrientas hendiduras en la carne con sus dedos romos.

También eran rápidos, más rápidos de lo que cabría esperar. El primer ataque cobró decenas de vidas y no mucha gente sobrevivió. Los que lo hicieron solo pudieron sobrevivir porque se hallaban lejos de la zona de ataque.

Los medios no supieron cómo reaccionar ante la situación. Por un lado, fue una masacre brutal cuyo alcance no podía ser ignorado. Por otro lado, los responsables de la matanza eran cosas tan poco naturales que muchas fuentes de noticias no sabían cómo informar acerca del ataque sin sonar ridículas.

Sus dudas costaron la vida de miles.

Los rebeldes atacaron sin remordimiento y sin parar. Las balas no los detuvieron, los puñetazos no los asombraron y el fuego apenas los desaceleró.

Escalaron por fuera de los edificios para entrar a travéz de las ventanas, se metieron a los automóviles para asesinar a todas las personas dentro de ellos, salieron tambaleándose de los callejones y otros lugares oscuros para sorprender a los incautos, acechando como leones en la hierba alta. .

A finales del mes siguiente, el número de muertos aumento a más de dos millones en todo el mundo.

Cuando las fuerzas armadas del mundo finalmente decidieron contraatacar, descubrieron que sus oponentes eran más de lo que ellos pensaban, en el sentido de que podían adaptarse y aprender.

Sus números aumentaron, atacaban con el tipo de gracia que solo un depredador máximo podría lograr. Aprendieron a operar maquinaria y armas de fuego, y descubrieron cómo cazar en manadas.

Eran mortales, pero seguían siendo una amenaza manejable.

Una vez que el shock inicial desapareció, descubrimos que nuestros enemigos aún podían ser derrotados y destruidos. Las granadas funcionaron maravillosamente contra ellos, al igual que el ácido. Los que estaban hechos de yeso se rompían fácilmente cuando se enfrentaban contra dos o más personas y los de vinilo podían ser abatidos por el uso continuo de napalm.

Pero los insurgentes no dejaron de adaptarse. De hecho, llego un momento el que finalmente llegaron más allá de la mera adaptación y cruzaron la frontera a la evolución.

Primero aprendieron a hablar como nosotros. Esperaron y escucharon en lugar de atacar ciegamente, aprendiendo cómo hablamos y a utilizar nuestras jerga, luego gritaron por auxilio a nuestras tropas, imitando la voz de un humano que necesitaba ayuda; Incluso aprendieron a imitar voces de diferentes géneros y diferentes edades.

Eso resultó ser un punto de inflexión masivo. Ya no podíamos confiar en las súplicas de lo que podría haber sido un compañero humano, tuvimos que endurecer nuestros corazones al sonido del llanto de un bebé, a una madre suplicando que ayudaramos a salvar a sus hijos, a un anciano pidiendo misericordia. Todavía puedo recordar lo fuerte que lloré cuando escuché a un niño llorar en la oscuridad de la noche.

Pensamos que las cosas no podían empeorar, pero nuestros enemigos aún no habían acabado con nosotros.

Su próxima evolución los hizo capaces de hacer más de su clase. Allanaron desguaces, fundiciones, museos e incluso cementerios para obtener piezas. Cuando paso esto, llegamos a tener que combatir contra nuevos seres grotescos hechos de hueso, metal y plástico, con pies hechos de resortes y mandíbulas fabricadas con trampas para osos y ojos de neón.

Nos encontramos entre la espada y la pared cuando llegó el invierno. Incapaz de aventurarnos en las ciudades por comida; los rebeldes reclamaron las ciudades como propias y el aire sobre ellas estaba vivo con aberraciones voladoras. Incluso restauraron la energía electrica en las ciudades, aunque la mayoría de nosotros no sabía por qué necesitarían calor, comida o entretenimiento.

Y así nuestros números disminuyeron a medida que pasó el año. El pequeño cónclave de personas con las que vivía se volvió cada vez más vacío, hasta que solo quedamos yo y algunos otros.

Pude ver la mirada opaca en sus ojos y supe que sus mentes habían huido. Podía sentir mi espíritu hundirse cuando la oscuridad envenenó mi mente, así que me dirigí a la ciudad, esperando abrazar la muerte con algo de dignidad.

Y ahora estoy aquí, devuelta en mi viejo departamento. Las ventanas fueron destruídas hace mucho tiempo durante el primer ataque y la mayor parte de lo que solía ser mi sala de estar, esta cubierta de nieve.

Pero los insurgentes dejaron intactas la mayoría de mis cosas, incluida mi escopeta.

Pero, antes de terminar con todo, debo contarles algo que vi, algo que finalmente le ha dado sentido a todo.

Esta mañana, mientras miraba desde mi ventana hacia la calle cubierta de nieve, vi pasar varios de ellos debajo de mí, y los cambios que habían experimentado en el tiempo transcurrido entre mi último encuentro con ellos me sorprendieron.

Estaban usando ropa. Pieles gruesas y abrigos gruesos, botas, guantes y hasta sombreros. Casi llegue a creer que los humanos habían retomado el control de la ciudad.

Pero entonces uno de ellos levantó su vista y vi la piel blanca como papel y la cara lisa y opaca que tanto los caracteriza. Pero incluso esas características habían cambiado: pude ver que sus rasgos se habían vuelto más... definidos de alguna manera sutil, sus labios se torcian, revelando dientes humanos, sus fosas nasales se dilataban y sus ojos realmente eran capaces de parpadear.

Vi a uno de ellos, una de las aberraciones, deslizarse por el camino con piernas parecidas a las de un insecto y con el estómago abultado de tal manera que parecia... embarazado.

Al otro lado del camino, varios cuerpos se arrastraron por los costados de un edificio, y el viento invernal trajo a mis oídos una serie de sonidos murmurantes y sibilantes que solamente podían ser un idioma completamente nuevo.

Esto me trajo a la realidad de nuestra situación: habían ocupado nuestros viejos hogares, estaban creando más como ellos e incluso habían desarrollado su propio idioma.

Habían reemplazado a la humanidad, y se habían convertido en la nueva especie dominante.

La pura locura horrible de todo esto me da ganas de reír. Los humanos hemos sido usurpados por cosas que alguna vez consideramos simples objetos.

Mirando hacia atrás, es sorprendente cómo no lo vimos venir, los signos de una gran agitación, un cambio en el status quo universal. Siempre creímos que lo que nos extinguiría sería el calentamiento global, la caída de la economía o una guerra núclear.

Nunca esperamos ser reemplazados como especie.

Maniquíes

Pero eso es lo interesante de los maniquíes, su absoluta inocuidad.



Autor original: Hopefullygoodgrammar

Perfil del autor: https://creepypasta.fandom.com/wiki/User:Hopefullygoodgramar

Historia original: https://creepypasta.fandom.com/wiki/The_Blank_Revolt?li_source=LI&li_medium=wikia-footer-wiki-rec

Advertisement