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(Página nueva: Estaba tan emocionado cuando fui a comprar la impresora E-Print. Verán, yo soy fotógrafo. En mi trabajo paso todo el día fuera de casa, y cuando vuelvo imprimo las fotos tomadas...)
 
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En cuanto llegué a mi casa preparé la impresora: La probé y los resultados fueron satisfactorios. La probé usando distintas imágenes, cada una con distintos colores y resolución. Algunas de las fotos tenían un suave tinte rojo, pero supuse que era un problema de los cartuchos de tinta.
 
En cuanto llegué a mi casa preparé la impresora: La probé y los resultados fueron satisfactorios. La probé usando distintas imágenes, cada una con distintos colores y resolución. Algunas de las fotos tenían un suave tinte rojo, pero supuse que era un problema de los cartuchos de tinta.
   
Todo iba bien, nada parecía fuera de lo normal. Una noche, cuando estaba a punto de caer dormido, exhausto luego de un duro día de trabajo, me interrumpió el agresivo sonido de la impresora encendiéndose. Estaba tan cansado que no era consciente de lo que sucedía.
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Todo iba bien, nada parecía fuera de lo normal. Una noche, cuando estaba a punto de caer dormido, exhausto luego de un duro día de trabajo, me interrumpió el agresivo sonido de la impresora encendiéndose. Estaba tan cansado que no era consciente de lo que sucedía.
   
Me dispuse ha apagadla, cuando vi que en la pantalla de la misma se leía "666". Salían fotos de la máquina. Todas esas fotos eran las mismas fotos que tomé en la última semana, pero con un tono oscuro. Las fotos que incluían personas y animales los ilustraban con las cuencas de sus ojos vacías, de las cuales caía sangre, estilo Zalgo.
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Me dispuse ha apagarla, cuando vi que en la pantalla de la misma se leía "666". Salían fotos de la máquina. Todas esas fotos eran las mismas fotos que tomé en la última semana, pero con un tono oscuro. Las fotos que incluían personas y animales los ilustraban con las cuencas de sus ojos vacías, de las cuales caía sangre, estilo Zalgo.
   
 
Algunas de las fotos que incluían plantas ilustraban hojas muertas y secas de los que alguna vez fueron bellos árboles y flores. Se podía sentir la muerte a través de las imágenes. Entre las fotos encontré una foto que era propia. Era de mi último cumpleaños. Pero en la foto estaba yo sólo, nadie más alrededor, con las cuencas vacías igual que el resto.
 
Algunas de las fotos que incluían plantas ilustraban hojas muertas y secas de los que alguna vez fueron bellos árboles y flores. Se podía sentir la muerte a través de las imágenes. Entre las fotos encontré una foto que era propia. Era de mi último cumpleaños. Pero en la foto estaba yo sólo, nadie más alrededor, con las cuencas vacías igual que el resto.
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Me desperté frente a la impresora, totalmente destrozada, con pedazos por toda la habitación. Consternado, me desplomé en el sofá y encendí el televisor. El noticiero matutino anunciaba el hallazgo de un cuerpo mutilado en la calle.
 
Me desperté frente a la impresora, totalmente destrozada, con pedazos por toda la habitación. Consternado, me desplomé en el sofá y encendí el televisor. El noticiero matutino anunciaba el hallazgo de un cuerpo mutilado en la calle.
   
La descripción de la víctima coincidía con el viejo que me encontré afuera de la tienda donde compré la impresora. Me dirigía a la tienda a presentar una queja y pedir un reembolso, pero los de la tienda juraban nunca haber vendido tal impresora.
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La descripción de la víctima coincidía con el viejo que me encontré afuera de la tienda donde compré la impresora. Me dirigía a la tienda a presentar una queja y pedir un reembolso, pero los de la tienda juraban nunca haber vendido tal impresora.
   
 
''Pronto me di cuenta de que la impresora desapareció de todas las tiendas de mi país.''
 
''Pronto me di cuenta de que la impresora desapareció de todas las tiendas de mi país.''

Revisión del 15:40 8 oct 2013

Estaba tan emocionado cuando fui a comprar la impresora E-Print. Verán, yo soy fotógrafo. En mi trabajo paso todo el día fuera de casa, y cuando vuelvo imprimo las fotos tomadas en el día. Con esta impresora podría tomar las fotos y enviarlas ha imprimirse, así las fotos ya estarían listas en cuanto vuelva.

Luego de comprar la impresora me encontré con un hombre anciano vistiendo ropas harapientas. Se me arrimó y me dijo: "Mucho cuidado. No sabes lo que es capaz de hacer." Extrañado, lo ignoré y seguí mi camino. Pero el viejo decía la verdad...

En cuanto llegué a mi casa preparé la impresora: La probé y los resultados fueron satisfactorios. La probé usando distintas imágenes, cada una con distintos colores y resolución. Algunas de las fotos tenían un suave tinte rojo, pero supuse que era un problema de los cartuchos de tinta.

Todo iba bien, nada parecía fuera de lo normal. Una noche, cuando estaba a punto de caer dormido, exhausto luego de un duro día de trabajo, me interrumpió el agresivo sonido de la impresora encendiéndose. Estaba tan cansado que no era consciente de lo que sucedía.

Me dispuse ha apagarla, cuando vi que en la pantalla de la misma se leía "666". Salían fotos de la máquina. Todas esas fotos eran las mismas fotos que tomé en la última semana, pero con un tono oscuro. Las fotos que incluían personas y animales los ilustraban con las cuencas de sus ojos vacías, de las cuales caía sangre, estilo Zalgo.

Algunas de las fotos que incluían plantas ilustraban hojas muertas y secas de los que alguna vez fueron bellos árboles y flores. Se podía sentir la muerte a través de las imágenes. Entre las fotos encontré una foto que era propia. Era de mi último cumpleaños. Pero en la foto estaba yo sólo, nadie más alrededor, con las cuencas vacías igual que el resto.

De repente sentí un fuerte dolor en el pecho, estaba sufriendo un infarto. Impotente ante la situación, me desplomé, pero más allá de eso no recuerdo.

Me desperté frente a la impresora, totalmente destrozada, con pedazos por toda la habitación. Consternado, me desplomé en el sofá y encendí el televisor. El noticiero matutino anunciaba el hallazgo de un cuerpo mutilado en la calle.

La descripción de la víctima coincidía con el viejo que me encontré afuera de la tienda donde compré la impresora. Me dirigía a la tienda a presentar una queja y pedir un reembolso, pero los de la tienda juraban nunca haber vendido tal impresora.

Pronto me di cuenta de que la impresora desapareció de todas las tiendas de mi país.