Cuenta la historia que un ser proveniente del inframundo se oculta debajo de las camas y, cuando tiene a su víctima en su poder, la arrastra hasta su mundo. Se le conoce como la Mano Peluda, es decir, una mano de color negro con enormes y filosas uñas, las que en sus agudas puntas segregan un veneno mortífero.
Lo más insólito de este ser es que en sí se reduce, en su apariencia, a una mano sin cuerpo alguno, en cuyo término brota la sangre.
Se dice que cuando un niño baja de su cama a altas horas de la noche, la Mano Peluda está esperándolo, y sin mucha demora, lo ataca, arañándolo con sus largas uñas para luego conducirlo debajo de su cama, portal al inframundo, donde será alimento de otros demonios.
Si el niño logra escapar, aún permanece en peligro, debido a la inoculación del veneno. Al carecer de un antídoto, muere irremediablemente, devorado por terribles dolores.