Fue un día normal de trabajo, ya estaba dirigiéndome a mi casa y como siempre el ascensor no venía rápido, al llegar a la planta baja salude con el guardia del edificio y charlamos un poco mientras mi esposo venía a recogerme.
Hablamos de todas las cosas extrañas que pasan en el edificio, pero nos reíamos por la incredulidad del caso, en eso el rostro del guardia se puso serio y me dijo “EN REALIDAD HABLANDO CON SERIEDAD QUIERO HACERLE UNA PREGUNTA”, me sorprendí un poco y brindándole una sonrisa le dije: “CLARO”, hubo un pequeño silencio y después continuó: “¿TALVEZ USTEDES O SEA LAS PERSONAS EN SU PISO DEJAN ALGÚN RADIO PRENDIDO?”, lo pensé por unos segundos, recordé el radio que tenía en mi escritorio que quedaba justo a la entrada de mi piso, también recordé los 9 radios de frecuencia troncalizada que usamos en mi departamento para la comunicación dentro de toda la ciudad y respondí: “Sabe realmente en mi piso nadie puede escuchar música o la radio en alto volumen, yo tengo un pequeño RADIO-DESPERTADOR en mi escritorio, pero jamás lo he usado para nada más que no haya sido por el reloj digital que a todo el personal nos sirve, en realidad ese no puede ser porque nunca lo enciendo en ninguna estación de radio, y después de ese no tenemos ningún otro radio en mi departamento, aunque usamos radios portátiles de comunicación, pero esos siempre se los apaga después de la 4 de la tarde y en todo caso si los dejamos prendidos no sé podría escuchar nada porque nadie puede llevárselos a casa o ocuparlos, los 9 radios se quedan aquí, y dígame ¿Por qué la pregunta que se ha escucha algo?”.
Me miró por un momento y me respondió: “La otra noche subí a darme una vuelta de rutina, cuando estaba en el turno de la madrugada, lo hice como siempre subí en el ascensor hasta el último piso y de ahí tome las gradas revisando que la puerta de cada departamento estuvieran cerradas, llegué a su piso y escuché unas voces que no lograba distinguir qué decían era como escuchar una estación radial mal sintonizada, como es mi obligación velar que no haya nadie en el edificio golpee la puerta para ver si alguien estaba dentro, en ese momento esas voces se callaron, lo cual me hizo pensar que había alguien, golpee más fuerte y empecé a escuchar unas risas como de niñas, realmente me dio un poco de temor, así que toqué la chapa de la puerta para ver si se abría, pero estaba totalmente asegurada, al otro día le dije a mi compañero que tomara muy en cuenta quién subía de su piso primero, en este caso había llagado Usted, al poco rato mi compañero le había timbrado a su extensión y le había preguntado si cuando Usted llegó había habido alguien antes de Usted, a lo cual Usted respondió que no y que era la primera”, lo interrumpí diciéndole que “si recordaba que me llamó a preguntar eso, pero que en ese momento estaba ocupada y no pude preguntar el porqué…” Entonces continuó: “Y desde esa noche cada vez que voy a ser las rondas normales, cuando me toca el turno de madrugada, escucho esa misma sintonía confusa que nunca logro escuchar con claridad”.
Escuché el pito de mi carro, era mi esposo, me despedí y salí corriendo, olvidando el asunto por completo.
El lunes de la semana pasada, mi esposo había prometido venir a verme como siempre, pero lamentablemente le surgió un imprevisto y tuvo que quedarse hasta más tarde yo tenía que esperar, realmente soy muy temerosa de los ladrones y no me gusta tomar BUS así que esperé. Eran las 19:00 y mi esposo aún no salía de su trabajo entonces el ambiente de soledad y obscuridad de la oficina me inundó en pánico así que dije que esperaría 30 minutos más y de ahí bajaba a la planta baja para esperar un poco mas acompañada con el guardia de turno.
El reloj marcó las 19:30 y empecé a organizar mis cosas, apagué el computador y fui hacia el baño, mientras estaba ahí escuché un fuerte sonido de interferencia como cuando a la tele se le va la señal, me asusté así que lavé mis manos rápidamente y salí revisé todo el piso y no había nada raro, un poco asustada tomé mi cartera y salí del departamento serrando las 2 puertas la de madera y la de vidrio, tomé el ascensor y fue ahí cuando de repente alcancé a escuchar unas voces venían como de un radio algo que no entendía bien llegué a la planta baja y sonó mi celular casi me muero del susto estaba tensa así que respiré y traté de tranquilizarme.
Contesté y era mi esposo, me decía que en 10 min llegaba por mí, casualidad de la vida le encontré al mismo guardia y le dije que las había escuchado que era real que en verdad se oyen pero que no sabía qué eran, me respondió que cada vez las escuchaba más claro y que podía distinguir a unas niñas hablando y que también escuchaba una mujer adulta insultándoles que de repente las risas de las niñas eran llantos, y desde que logró escuchar con tal claridad esas voces no entraba a mi piso que en su paseo nocturno se saltaba mi piso.
El asombro no se me iba de la cara cuando el pito de mi carro se escuchó en las afueras del edificio, le grité mientras corría que ya hablaríamos otro día. Subí al auto y pensé en todo lo que me había dicho el guardia así que me decidí a averiguar sobre el pasado del edificio, quiero saber que empresas arrendaron antes o que había antes ahí o sea ver de dónde pueden salir las voces de “¿NIÑAS?”, debe haber algunas muertes porque eso de niñas llorando y señoras gritando es muy raro.
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