HISTORIA[]
No sé si alguien va a creerme, pero necesito contarlo. Esto empezó hace tres semanas, después de que me mudé solo a este departamento. Es un lugar antiguo, con pasillos estrechos, pisos de madera que crujen y vecinos que apenas se dejan ver.
La primera noche fue tranquila. Silencio total. Ni siquiera tráfico. Pero en la segunda noche... algo cambió.
Estaba acostado en la cama, medio dormido, cuando escuché una voz.
No fue un sonido común, ni música de fondo ni un vecino hablando. Era una voz clara, profunda, casi… familiar. Me decía:
“¿Puedes oírme?”
Me senté de golpe. Pensé que estaba soñando. Pero no. Estaba despierto, y la voz no venía de afuera ni de mi cabeza. Venía… de adentro del departamento. De ningún lugar en específico. Como si saliera del aire.
No volví a escucharla esa noche. Pero en las noches siguientes, sí.
Cada vez más frecuente.
“¿Me oyes ahora?”
“Estoy tan solo…”
“Escúchame. Solo a mí.”
Revisé todo: las paredes, el techo, incluso debajo del piso. Pensé que podría ser una radio, una broma, algo escondido. Pero no. Nada.
Llamé al casero. Me dijo que el departamento llevaba más de diez años vacío. El último inquilino desapareció. Nadie supo cómo ni por qué. Solo encontraron la puerta abierta y una silla frente a la pared. Eso fue todo.
Esa misma noche, la voz habló de nuevo. Pero esta vez, no me preguntó nada.
“Ahora tú eres nadie.”
Sentí un escalofrío. Mi reflejo en el espejo… parpadeó un segundo después que yo. El eco de mi voz no salía igual. Algo me imitaba, pero no era yo.
Me encerré en el baño, llorando, temblando. Pero incluso ahí, la voz seguía. No a través del oído. Era como si estuviera dentro de mis pensamientos, empujando, torciendo, borrándome.
He dejado de recibir llamadas. Mis amigos dicen que suenan voces extrañas cuando contestan. Mis correos llegan vacíos. Como si yo no existiera. Como si poco a poco, algo... me estuviera reemplazando.
Hace dos días, encendí una grabadora y le hablé directamente:
—¿Quién eres?
Y se grabó una respuesta.
(voz distorsionada):
“Soy la voz que nadie oye. Y tú... pronto serás nadie también.”
Esta será la última vez que escriba algo. Lo siento, pero ya no confío en mi voz. A veces hablo, y no reconozco el tono. A veces hablo… y ya no soy yo.
Si algún día escuchas una voz que te llama, pero no sabes de dónde viene, no contestes.
Porque si lo haces…
Dejarás de ser alguien.
Y solo quedará la voz de nadie.
DESCRIPCION[]
A Silent se la podría describir como una joven de pelo por los hombros y morado usa una camiseta de manga larga negra y una chaqueta negra, unos shorts azul oscuro algo rotos y unas converse, tiene las uñas pintadas de negro y usa delineado negro en el parpado inferior.Suele usar su poder de cambio de voz para ataca pero usa dos cuchillos de vez en cuando, solo si está enfadada o no tiene suficiente tiempo.Se alimenta de la identidad de sus víctimas, poco a poco. Primero se deja oír. Luego se hace familiar. Después… habla con tu propia voz.Finalmente, reemplaza al hablante. No mata. Borra. Te vuelve nadie. Puedes atravesar espejos para ir a otras realidades
Origen[]
Hace más de cien años, en el mismo edificio donde ocurre la historia, vivía un hombre solitario: Edwin Harker, un lingüista obsesionado con los patrones del lenguaje oculto y las llamadas “palabras que no deberían existir”. Decía que el lenguaje no solo comunica ideas, sino que puede abrir puertas... incluso a otras realidades.
Edwin pasó años encerrado en su apartamento, susurros salían a veces de debajo de la puerta. Grababa su voz, la distorsionaba, hablaba con las paredes. Nadie sabía si hablaba con alguien… o con algo, pero siempre los vecinos escuchaban como se dirigía a Ligeia Holloway.
Un día desapareció. No dejó cuerpo, ni rastro. Solo un cuaderno lleno de símbolos fonéticos y una grabación que, al reproducirse, no emitía sonido humano. Solo una voz suave que decía:
"Soy lo que queda cuando el nombre se borra. Yo soy lo que habita entre las palabras."
Desde entonces, quienes viven en ese apartamento aseguran que oyen cosas. Pero no ruidos. Voces. Una sola voz. Que llama. Que insiste. Que quiere ser escuchada.