Wiki Creepypasta
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[...]Cero sesenta y séis ¿Cuál es su emergencia?

—Estoy en mi casa y... ¡Ay, Dios! [llorando] Toda mi familia está muerta. Alguien se ha metido a matar a mi familia y sigue aquí.

—De acuerdo, deme su nombre y su domicilio, por favor.

—Monica Vazquez, Melquiades Alanis, 4549 [jadeando], cerca del Lienzo Charro..., no sé cuánto tiempo voy a sobrevivir con este psicópata en la casa... ¡AYÚDENME!

—Muy bien, señorita Velazquez. La unidad con número 173 va en camino. Llegará en diez minutos. Necesito que se tranquilice ¿Sabe dónde está el agresor en este momento?

—¡No! No lo he visto [llorando].

—Pero usted dijo que sigue en la casa.

—Desperté y lo escuché caminar en la planta alta. Ató a mi familia en la cocina y los degolló; a mi mamá, mi papá y mi hermana menor. ¡¡MIERDA!!

—¿Tiene algo a la mano con qué defenderse en caso de que sea necesario?

—No..., ¡sí! mi papá tiene una pistola en su cuarto.

—Muy bien. Si está completamente segura de que el criminal está en la planta alta y cree poder lograrlo, corra al cuarto de su padre, enciérrese y tome esa pistola. Esta no es la primer llamada de esta naturaleza que recibimos este año, puesto que se han reportado más de diez intromisiones similares. Estamos hablando del mismo sujeto. La voy a guiar por una serie de pasos para que salga de esto lo mejor que se pueda. Dígame cuando haya hecho lo que le pedí.

—No, no puedo! Tengo mucho miedo [llanto].

—Señorita, por favor. Créame. Sólo trato de ayudarla. Tiene que hacer un esfuerzo o terminará muy mal. Reúna valor y haga lo que le pedí.

—Dios..., ayúdame! [Pasos, movimiento, ruido de perilla, movimiento del otro lado de la línea] ¡Ya, ya! [Respiración nerviosa] Estoy donde me dijo.

—¿Tiene el arma?

—Sí, la tengo en mis manos y está cargada ¿Ahora qué hago?

—Retírese todo lo que pueda de la puerta y ubíquese en un lugar seguro.

—[movimiento del otro lado de la línea] Listo ¿Y ahora? Ayúdeme, por favor.

—Está bien, está bien. Lo está haciendo muy bien, sólo una cosa más. Es la parte más difícil, pero es necesario que lo haga, ¿entiende?

—Sí, ¿qué?

—Apunte la pistola en su cabeza y oprima el gatillo.

—¡¿QUE?! ¿Qué fue lo que dijo?

—Ponga la pistola en su cabeza y dispare. Por favor, créame que no hay otra salida.

—¿A qué diablos se refiere? ¡Dijo que quería ayudarme! ¿Qué es esto? ¿Qué tipo de solución es esa...?

—Es lo mejor que puede hacer. Mire, ya lo hemos intentado todo, el resultado siempre ha sido el mismo: ya sea que le pida que escape, que se encierre en una habitación del pánico, que tome un cuchillo... ¡demonios!, una chica tenía una escopeta, este sujeto siempre encuentra la forma de atraparlas, violarlas en repetidas ocasiones y matarlas antes de que la policía llegue a su puerta...

—¡No, por favor!

—Y yo siempre tengo que escuchar los gritos, los gemidos, el estrangulamiento, y honestamente ya no quiero que sea así.

—¡¡¡NOOOOO!!! ¡¡¡AYÚDEME, POR PIEDAD!!!

—Sólo usted se puede ayudar, señorita. Hágalo por usted y por mí. Pero quiero que sepa que atraparemos a ese desgraciado. No importa cuánto nos tome, su sacrificio no quedará impune ¿Me escuchó?

—No, Dios. No quiero morir, ¡por favor, no! [llorando] ¡Quiero a mi mamá, ayúdenme!

—Le aseguro que mientras más pronto lo haga será mejor.

—[Ruidos de pasos acercándose] ¡LO ESCUCHO AFUERA! ¡NO, POR FAVOR!

—Hágalo ahora que aún puede. ¡Hágalo!

—¡DIOS MÍO, AMPÁRAME!... [Detonación de Pistola]

[Tocan la Puerta] ¡Policía, abran esta puerta! [Ruido de ruptura y policías entrando en la habitación, pasos cerca] ¡Ay, no, ese hijo de puta lo volvió a hacer!

[Fin de la llamada]


La policía recibió una llamada anónima reportando un homicidio en una colonia cercana al Lienzo Charro a las 2:02 AM. Llegaron veinte minutos después al domicilio y pudieron escuchar los gritos y el disparo que terminó con la vida de Mónica. Al acercarse al cuerpo sin vida de la muchacha de 16 años y quitarle el teléfono de las manos, comprobaron que la última llamada que se había hecho había sido a un NÚMERO DE EMERGENCIAS. Como sea, al revisar este número se dieron cuenta de que no era el 066, sino un teléfono celular no registrado.

Ella era la sexta víctima del mismo psicópata; era su móvil: cada que actuaba, toda una familia moría y una joven mujer presuntamente se suicidaba con el teléfono en la mano, creyendo que habían hablado al 066. Se sospechaba que este suicidio era su objetivo principal, ya que nunca se robaba nada ni ponía el mismo empeño en los demás miembros de la familia, a quienes sólo degollaba. El cambiar el número de teléfono de emergencias era algo que nadie podía entender.

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