Cuando fuimos invitadas a participar de un recorrido por unas instalaciones de Disney en nuestro país, Lucía y yo nos sentimos realmente emocionadas; desde pequeñas nos habíamos sentido atraídas por sus icónicas animaciones, y la oportunidad de dar un paseo por viejos y nuevos estudios nos había dejado sin habla. Sin embargo, lo aceptamos sin dudar, y nos dirigíamos hacia allá en tren cuando pudimos ver una porción del sitio.
Ciertamente no se trataba del lugar donde todos trabajaban, porque la fachada revelaba que estaba abandonado: muchas paredes estaban a punto de caerse, el techo tenía agujeros por doquier, y las ventanas tenían tanta suciedad que era imposible ver a través de ellas (sin embargo, también estaban tapadas).
La curiosidad pudo con las dos, y cuando pasábamos cerca de ese lugar (que podría bien tratarse de un basurero) nos separamos del grupo y buscamos formas de ingresar al edificio; una de las posibles entradas era la única ventana que no estaba bloqueada, por lo que levantamos a duras penas el cristal y nos escabullimos debajo de él. Sin duda, no era un estudio porque no tenía nada de estudio, y quizás era el lugar donde se fabricaban los muñecos de exhibición y cosas así.
Estuvimos rondando un rato antes de darnos cuenta de que allí no había nada de interesante. Rezamos para que nadie se hubiera percatado de nuestra ausencia, mientras intentábamos colarnos nuevamente por el ventanal; Lucía aplastó un par de cajas, que hicieron mucho ruido al caer, y se mostraron una serie de CD's polvorientos dentro de ellas.
Muy a regañadientes logramos sacar los discos, y varios insectos recorrieron nuestras manos en el intento, pero el resultado fue exitoso. Los guardamos en nuestras mochilas y nos unimos a la fila de los invitados, que estaba pasando por los auténticos estudios. Duró menos de lo que esperaba, pero mi amiga y yo volvimos a casa muy agotadas. Mientras estábamos pensando en el contenido de los CD's, Lucía dijo:
-Casandra, ¿te apetece que los probemos?
En aquellos momentos podría haber imaginado cualquier resultado menos el que sucedería posteriormente. Sin embargo, contesté asintiendo con la cabeza y fui yo misma quien introdujo uno a uno los CD's en el reproductor del PC de Lucía. La gran mayoría estaban demasiado dañados como para poder ver algo en ellos, pero casualmente nos encontramos con uno que decía simplemente: "Mickey ██ ████". Lo que restaba de título había sido tachado con un marcador negro, haciendo imposible su lectura.
El disco se ejecutó. Dentro contenía un archivo de vídeo, simplemente titulado MP4; lo iniciamos y al instante se mostró en pestaña una extraña presentación, con una anormal baja calidad (ya que para ser CD, no debía haber sido fabricada hacía mucho) con las caras de Mickey y Minnie, acompañados de la música de un arpa.
Finalmente, parecía que no iba a ser otro capítulo más de alguna serie de Disney, sino una grabación barata de algún fanático de los personajes; si la introducción era de muy baja calidad, el vídeo era asqueroso. Apenas se podría haber distinguido una pared blanca de un fondo negro. Como uno podría esperarse de la creación de un fan, en escena apareció una persona disfrazada de Mickey y luego, otra de Minnie. El audio estaba prácticamente roto, así que era imposible escuchar la conversación que tenían.
Riendo por lo bajo, Lucía y yo presenciamos lo que parecía ser una pelea entre los dos ratones, y cada cual se iba por su lado: Minnie a su cuarto, y Mickey al jardín. Como esperábamos, la casa era una edificación normal, y con las habitaciones sucedía lo mismo (inclusive, en el minuto que se veía a Mickey en el jardín, pasaban por allí unas inocentes señoras con bolsas mirando con extrañeza a aquel "actor").
La representación cambió rápidamente, pues en ese momento se enfocaba una carta que Minnie estaba escribiendo; las letras eran muy borrosas como para leerla, pero por la estructura la identificamos como... un testamento. Ella arrojó la pluma a un lado y se cortó la grabación.
Nos sorprendimos, pero pasado ese instante, nos echamos a reír. En parte, de mi suposición sobre el testamento de la última escena y por otra, de la pésima calidad con la que ese vídeo contaba; intentamos quitar el CD de la computadora, pero se apagó sin previo aviso y nos fue imposible volver a encenderla. Como no teníamos nada qué hacer, decidimos ver la televisión. Así estuvimos varias horas, hasta que opté por regresar a mi hogar y comer algo después de tanto tiempo.
...
Fui despertada a las cuatro de la mañana por el sonido de mi teléfono, y cuando lo cogí, sólo pude escuchar la voz de Lucía rogándome:
-Pude volver a encender la PC. ¡Ven ahora, por favor! ¡Hay otro archivo MP4 en el disco!
Descendí rápidamente las escaleras y tomé la única chaqueta decente que vi colgada en la entrada; con el pijama aún puesto y unas zapatillas, corrí hacia el departamento en el que mi amiga residía. Cuando llamé a la puerta, ella me atendió enseguida y me arrastró a su habitación. Se había equivocado un poco. En la pantalla no aparecían dos, sino ¡tres archivos! El primero, sólo titulado MP4 que ya habíamos visto, el segundo, llamado "FIN.MP4" y el tercero, que era un archivo EXE, con las palabras "Mickey es real" encima suya.
Clickeamos el archivo de vídeo nuevo y comenzaba de esta forma:
Mickey se encontraba buscando a Minnie por un lago, por lo que pude adivinar, cercano a la vivienda de la primera grabación; pero no encontraba a su amada, y parecía que se lamentaba por la pelea que había tenido. Por sobre el distorsionado audio pudimos escuchar un débil llanto. Entonces llegó el Pato Donald y conversaron por unos pocos minutos. Lentamente, las voces comenzaron a aclararse y los constantes ruidos se callaron; los diálogos del pato seguían siendo vagamente reconocibles, pero estoy segura que se refería a que se sentía extraño, como si el mundo donde ambos vivían quizá fuera algo irreal.
La melodía de un triste arpa, que se había quedado rezagada en el primer vídeo, volvía con más intensidad en el instante que ambos personajes encontraban lo que buscaban: a Minnie, flotando sobre el agua, con varios instrumentos (cuchillos, sogas...) desperdigados sobre la orilla. El ratón logró acercarse un poco antes de asestarle un golpe al "cadáver", y que se cortara la escena por un error de la cámara. Antes de que esta finalizara, pudimos ver a una familia inocente que pasaba por allí, horrorizada.
El siguiente cortometraje mostraba a Mickey sentado en una silla de cuero negro, cruzado de piernas. La escena no encajaba con la sonriente cara del disfraz, que se notaba mucho más arruinado que antes; un líquido extraño había sido puesto sobre los ojos a modo de lágrimas. Una única luz proveniente del techo alumbraba esa parte de la habitación, que era el suelo blanco. Poco a poco, el personaje se levantó, revelando que detrás de sí tenía unos pedazos de cartón escritos con marcador azul; comenzó a recitar lo que parecía ser un guión escrito allí, y era algo parecido a esto:
-Lo que has visto fue la causa. Como me ves a mí, fue el efecto. Lo que te pasará a ti, es la consecuencia. Has visto a las personas que contemplaron con asombro lo que le sucedió a Minnie... Todo parecía muy real, ¿verdad? Entonces ¿por qué no puede serlo? Soy una ilusión, soy parte de una grabación, pero ¿eso significa que no pueda ser real?
Ahogué un grito, y Lucía salió disparada hacia atrás por el terror cuando la estática produjo un sonido escalofriante. Más allá de eso, todo transcurría normalmente. Sin embargo, estábamos seguras: algo fuera de lo común iba a suceder tarde o temprano, fuera malo o bueno para ambas. Lo que cualquiera habría tomado como una broma sólo con vernos, para nosotras era una declaración macabra. Fue entonces que mi amiga decidió llamar a la policía; yo sabía que ellos no podrían hacer nada, por lo que decidí simplemente volver a casa y no decir nada acerca de ello.
...
Sigo viviendo en el mismo espiral de siempre, siempre despertando de un sueño y descubriendo que estoy en otro que tiene el mismo sistema: él viene, hace cosas indescriptibles con mi cuerpo y acaba la pesadilla, para que parezca un nuevo despertar. Ese despertar es ilusorio, pues antes de que pueda darme cuenta, vuelve a suceder. En cierta forma, me he acostumbrado, pero las preguntas acechan en mi cabeza... ¿Dónde queda la conciencia de mi anterior ser, aquel que "vivía"? ¿Dónde queda la conciencia de ese ser futuro que "agonizaba"? ¿En qué punto el sueño fue real y en qué punto era sólo un producto de mi imaginación? ¿Ya habrán sucedido todas esas cosas? ¿O son premoniciones? ¿Sigo durmiendo, sigo en el espiral, o es algo que pasó y a la vez está por pasar? Puedo dudar de todo lo que me he planteado, pero hay algo es irrefutable...
Fue real. Es real. Mickey, para mi desgracia y no como lo imaginaba, es real.